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Confunden entrega de cadáveres; ya no hay desaparecidos: Murillo Karam

Antonio Baranda / Agencia Reforma

Ciudad de México

El procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, reconoció anoche que hubo una “confusión” al entregar cadáveres de la explosión en las instalaciones centrales de Pemex.
Aunque no reveló detalles, trascendió que el cuerpo de María de la Cruz Canales, cuyos parientes se aferraban a la posibilidad de que la trabajadora administrativa se encontrara viva entre los escombros del edificio B2, fue entregado a otra familia.
“Déjenme decirles que al día de hoy (ayer) todos los cuerpos han sido identificados, aunque nos informa el Cemefo (Centro Médico Forense de PGR) hace unas horas que había habido una confusión con dos de ellos, que a estas alturas está debidamente aclarado.
“Me lo reportaron hace unos minutos del Semefo, parece ser que algunos de los familiares identificó un cadáver que no era el que correspondía y en este momento ya se arregló, ya se definió cuál es cuál”, señaló Murillo Karam.
Durante la conferencia de prensa en la que detalló los resultados de los primeros peritajes de la tragedia, el titular de PGR dijo que “afortunadamente” se tomaron huellas digitales de las víctimas mortales y, en algunos casos, también el ADN.
No obstante, Murillo Karam adelantó que averiguará qué es exactamente lo que sucedió en esta “confusión”.
Por la tarde, elementos de la brigada Topos Azteca revelaron que, de acuerdo con el hijo de Cruz Canales -quien labora en Pemex- el cuerpo de la mujer había sido entregado, por error, a personas que la identificaron como su familiar.
Antes, la PGR descartó mediante pruebas de genética que el único cuerpo sin identificar que permanecía en su Semefo, correspondiera al de Canales Gutiérrez.
Fuentes de Pemex informaron que el domingo a las 5 de la mañana se le tomaron muestras de ADN a Alexis Roberto Carmona Canales, hijo de María de la Cruz, para realizar una compulsa y determinar si el cuerpo del anfiteatro era el de su madre.
Los resultados del análisis se conocieron la tarde de ayer y resultaron negativos. Dichos estudios se realizaron después de que la familia de Canales desconociera en el Cemefo al cadáver de la mujer que fue trasladado desde Pemex.
La persona que se encontraba en las planchas del forense federal, de entre 45 y 50 años de edad, portaba una blusa negra, pantalón azul oscuro, un reloj y aretes dorados; mientras que Canales, de 49, llevaba una blusa blanca con rayas rosas, pantalón azul marino, además de un anillo en la mano derecha de un antifaz.
“En relación a la señora Cruz yo me permitiría reservar la información, dado que hemos estado en comunicación con sus familiares, y una vez que se les termine de dar toda la información a ellos, poder compartirla con los medios”, agregó Alfredo Castillo, subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de la PGR.
Todavía la mañana de ayer, familiares de Canales Gutiérrez, repartieron carteles con datos de sus señas personales con la esperanza de que alguien pudiera reconocerla.
Incluso, el esposo y uno de los hijos de la señora Canales colaboraron en la extracción de escombros del lugar, ya que estaban convencidos de que permanecía sepultada.
De acuerdo con el director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, el número total de personas fallecidas por la explosión del jueves pasado es de 37 personas.
El domingo se rescataron de entre los escombros los cadáveres de dos trabajadores de la empresa Copicosa que laboraban en el área de cimientos del edificio cuando ocurrió la explosión.

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