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Ordena a empresa un juez federal de EU regresar a España un tesoro que rescató del mar

Un juez federal de Estados Unidos ordenó ayer a la empresa cazatesoros norteamericana Odyssey entregar la semana próxima a España las alrededor de 500 mil monedas de oro y plata del siglo XIX que recuperó de un barco español hundido.
La empresa reaccionó advirtiendo que la decisión tendrá un “efecto profundamente negativo” para el país europeo en materia de futuros hallazgos de este tipo.
De acuerdo con el fallo emitido ayer por el juez Mark Pizzo en Tampa, y al que tuvo acceso la agencia DPA, Odyssey deberá permitirle a España el acceso al tesoro a más tardar el martes 21.
Tres días después tendrá que transferirlo a custodia española.
Además, el magistrado denegó la petición de Odyssey para que España le diera una compensación por el mantenimiento de las 500 mil monedas de oro y plata que recuperó del barco español Nuestra Señora de las Mercedes, y que ha mantenido en un lugar secreto desde que lo encontrara en 2007.
Según la orden del juez de Tampa, hasta el próximo martes Odyssey debe permitir el acceso al tesoro a los represntantes españoles para que éstos puedan “inspeccionar, documentar y considerar las necesidades logísticas para una custodia y transferencia ordenada” del tesoro.
Hasta esa fecha, Odyssey deberá además proporcionarle a España un “inventario verificado” de todo lo que tiene en su posesión, que deberá pagar de su propio bolsillo. Los gastos de la inspección sin embargo correrán por cuenta de España, decidió el juez.
El fallo supone un fuerte revés para la empresa cazatesoros, que trató hasta el último momento de apelar la decisión judicial. El magistrado Pizzo ya había ordenado en 2009 la devolución del tesoro, pero Odyssey fue apelando una y otra vez hasta que la semana pasada un juez de la Corte Suprema le dio el golpe final al rechazar atender su caso.
Consciente de que la vista de ayer era el punto y final de su batalla legal por preservar el tesoro, la vicepresidenta de Odyssey, Melinda MacConnel, había declarado antes de ingresar al juzgado que este viernes era un “día triste para el patrimonio cultural de España” porque, advirtió, la obligación judicial de devolver el tesoro marítimo tendrá un “efecto profundamente negativo” para España en futuros casos similares.
“Lamentablemente, creemos que este caso, a largo plazo, va a tener un efecto profundamente negativo en el patrimonio cultural submarino de España”, sostuvo MacConnel en un comunicado remitido a DPA.
MacConnel acusó a España de haber sido “muy corta de vista” en este caso y le advirtió de que el fallo judicial podría impedir que en el futuro otras empresas reporten hallazgos históricos como el del buque Nuestra Señora de las Mercedes.
“No se han dado cuenta de que en el futuro nadie se sentirá incentivado para informar de hallazgos submarinos”, alertó. “Cualquier cosa hallada y por la que España sienta un interés potencial será escondida o, aún peor, fundida o vendida por eBay”, vaticinó.
“Nosotros nunca haríamos algo así, pero es el resultado más probable de este caso. Es un día triste para el patrimonio cultural español”, concluyó.
España ya había declarado en los pasados días su confianza en la pronta resolución definitiva del caso y su disposición para trasladarlo en cuanto lo permitiera la justicia estadunidense de vuelta a territorio ibérico.
“Los expertos de nuestro Ministerio están preparados para viajar mañana o pasado (a Estados Unidos), y podemos decir rotundamente que el tesoro está en el camino de vuelta a España”, declaró el pasado martes, el ministro de Educación, Cultura y Deporte español, José Ignacio Wert.
En 2007, Odyssey encontró 500 millones de dólares en monedas de oro y plata, valoradas en 350 millones de euros, en un buque hundido en aguas del Atlántico. Llamó a ese barco Cisne Negro y no quiso revelar su ubicación exacta. Tras el hallazgo se llevó el tesoro en avión hasta Florida.
España aseguró desde el principio que se trata del buque Nuestra Señora de las Mercedes, perteneciente a la Armada Española y hundido el 4 de octubre en 1804 en un combate naval con la flota inglesa frente a las costas de Portugal. Odyssey, por su parte, sostenía que se trataba de un barco comercial.
España inició un litigio contra la empresa en Estados Unidos, en el marco del cual los tribunales han ido dando reiteradamente la razón al país europeo, en sentencias y resoluciones que Odyssey ha ido recurriendo a lo largo de estos años, hasta que hoy el juez de Tampa pronunció el revés final para la compañía cazatesoros.

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