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Mariano Rajoy, aclamado líder por el conservador Partido Popular de España

DPA

Madrid

Mariano Rajoy fue aclamado líder indiscutible por su Partido Popular (PP) en el XVII Congreso Nacional que la formación conservadora española cierra hoy en Sevilla, en el momento de mayor poder político en su historia.
De los casi 2 mil 600 compromisarios que votaron representando a los 700 mil afiliados de la formación, un 97.44 por ciento dio su respaldo a Rajoy como presidente del partido, en una votación sin rival.
Lejos queda ya -y no solo en el tiempo- el anterior cónclave de la formación, celebrado en 2008 en Valencia después de meses de crisis interna y de un fuerte cuestionamiento del liderazgo de Rajoy.
Tras perder por segunda vez consecutiva las elecciones generales frente al socialista José Luis Rodríguez Zapatero, hubo incluso quienes amagaron entonces con disputarle el liderazgo. Pero Rajoy consiguió imponerse y su candidatura a la presidencia del PP, también por entonces la única, fue respaldada por un 84.24 por ciento. “Entonces teníamos en las alforjas muchísimo futuro pero poco presente”, reconoció hoy el propio Rajoy, de 56 años.
De aquellas tensiones no quedan ahora restos en un partido que disfruta de la mayor cota de poder que ha tenido en toda su historia. Rajoy preside el gobierno español desde diciembre, “una guinda”, según dijo ayer, de la tarta que ya disfrutaba el PP desde las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2010, cuando asumió 11 de los 17 gobiernos autonómicos del país, además de una mayoría de los ayuntamientos españoles.
En breve, si se atiende a las encuestas que hay para los comicios autonómicos que Andalucía celebra el 25 de marzo, sumará además ese gobierno autonómico, que ha estado gobernado por el Partido Socialista (PSOE) durante algo más de tres décadas consecutivas.
“Nunca habíamos llegado ni tan lejos ni tan alto ni tan hondo”, sentenció hoy Rajoy durante el discurso que dirigió a los compromisarios solicitándoles su apoyo para la reelección al frente de la formación.
A la evidencia tuvo que rendirse incluso el mismo José María Aznar, que en 2003 eligió a Rajoy como su sucesor pero que no evitó criticarlo, unas veces más solapadamente que otras, cuando su liderazgo al frente del PP era cuestionado.
“Hay que seguir adelante y en la dirección correcta. Sé que ésta es la determinación del gobierno. De un gobierno que ha dado ya muestras de que se toma en serio a sí mismo porque se toma en serio a los españoles. Eso merece el aplauso y el respaldo de todos nosotros. Y desde luego cuenta con el mío”, manifestó el ex presidente del gobierno.
Sus palabras son siempre recibidas con muchos y fuertes aplausos en las reuniones del PP, pero ahora ya, con el liderazgo de Rajoy más que apuntalado, ha dejado de ser aquella referencia estelar que fue en la formación conservadora.
“Somos un partido unido”, dijo Rajoy, en una loa de su formación en la que la presentó como una formación abierta y dialogante. “Aquí hay sitio para todos”, dijo, “queremos ser un partido que escuche a todos, que dialogue”. Y la nueva dirección de ese partido decidió mantener a los que hasta ahora eran número dos y número tres, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, si bien añadió a un tercero, Carlos Floriano, a ese núcleo duro.
Este momento de gloria del que disfruta el PP lo ensombrece sin embargo la grave crisis económica en la que está sumida España. El país entra en recesión en este primer trimestre del año y el número de desempleados roza los 5,3 millones, un 22,85 por ciento de la población activa.
“Podríamos estar celebrándolos sin más (los triunfos electorales) pero no ganamos para celebrar una victoria, sino para asumir una responsabilidad”, dijo Rajoy al respecto.
Desde que asumió en diciembre la jefatura del gobierno ha puesto en marcha un plan de ajuste contra el déficit que incluye un aumento de impuestos y un recorte de gastos, una nueva reforma financiera para que la banca sanee sus balances de los riegos inmobiliarios, así como una drástica reforma laboral, que abarata y facilita mucho el despido y que tiene a los sindicatos en pie de guerra.
Para mañana domingo, éstos han convocado manifestaciones en toda España contra la reforma laboral, frente a la cual no descartan una huelga general. Pero Rajoy está convencido de que el rumbo emprendido, basado en la austeridad y los recortes que la acompañan, es el correcto porque es el que una mayoría de ciudadanos respaldó en las elecciones generales de noviembre, en las que el PP consiguió una victoria histórica.
“Es la hora de las respuestas”, dijo. “Ya no se espera de nosotros quejas, se esperan soluciones”, aseguró. “La gente nos dice: ‘Ya te hemos votado, ahora cumple. Haz lo que tengas que hacer y hazlo deprisa’. Lo que España espera de nosotros es que actuemos con decisión y con prontitud”, aseguró.

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