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Irrumpe el Ejército en comunidades indígenas de Ayutla; culpa la OPIM a la autodefensa

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Efectivos del Ejército irrumpieron el martes en varias comunidades me’phaa (tlapanecas) del municipio de Ayutla y en una de ellas, El Timbre, acamparon en una escuela secundaria, y obligaron a suspender las clases.
El secretario de la Organización del Pueblo Indígena Me’Phaa (OPIM), Cuauhtémoc Ramírez Rodríguez, denunció que la presencia militar en la zona es consecuencia del movimiento de autodefensa en contra de la delincuencia organizada que promueve la Organización de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Por teléfono, informó que desde el lunes, indígenas de la comunidad de El Timbre ubicada en la zona oriente de la cabecera municipal, vieron sobrevolar helicópteros militares, acción que se repitió la mañana del martes.
Dijo que por la tarde irrumpieron aproximadamente 200 soldados por tierra a bordo de cuatro camiones militares y dos Hummer.
Denunció que a la dirigencia de la OPIM le llegó la queja de la señora Delfina Vázquez Silva, en el sentido de que los militares, a su paso dañaron su sembradío de maíz y frijol, cerca de esa comunidad.
“El problema es que los jefes militares no se han entrevistado con los comisarios municipales, no han dicho a qué van, ni tampoco de dónde vienen, simplemente llegaron y desde allí están realizando recorridos por varios lugares”, dijo Ramírez Rodríguez.
El dirigente indígena informó que igual que en la comunidad de El Timbre, los militares han realizado recorridos por la comunidad de Barranca Tecoani, en donde la tarde del lunes bajaron dos helicópteros, sin que los habitantes se hayan enterado de las causas, aunque reconoció que en este caso no entraron a la comunidad.
Dijo que también han llegado cerca de las comunidades de Barranca de Guadalupe y La Hacienda, sin que se hayan acercado a dialogar con los comisarios para informar del objetivo de la aparatosa operación.
En ese sentido, dijo que la OPIM demanda al gobierno federal la salida de los militares de estas comunidades.
“Nosotros estamos en paz, por aquí hay tranquilidad, no necesitamos de la presencia del Ejército que para nosotros significa violación a los derechos humanos, pedimos que se vayan”, agregó.
El temor del dirigente indígena se fundamenta en que en 2002 las indígenas me’phaa Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú fueron violadas sexualmente por soldados, actos por los que el Estado mexicano aceptó su responsabilidad y pidió disculpas, pero a la fecha no ha cumplido con lo mandatado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh).
El secretario de la OPIM, manifestó que la irrupción de los militares en estas comunidades, seguramente, es parte del movimiento de autodefensa en contra de la delincuencia organizada que existe en los municipios de Ayutla, Tecoanapa,  San Marcos y Florencio Villarreal (Cruz Grande), pero dijo que en los pueblos me phaa, de la zona alta del municipio de Ayutla se vive otra situación y que los militares han cometido muchos atropellos en años anteriores, “por eso la gente no los quiere por allá”, insistió.
Dijo que la presencia de los militares en estas comunidades significa violaciones sexuales a las mujeres, saqueo de sembradíos y huertos, allanamientos de casas, detenciones arbitrarias, “y todo tipo de excesos en contra de los indígenas”.

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