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Amenaza la UPOEG con detener a dirigentes de la autodefensa de Tecoanapa, denuncian

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La división se vislumbra entre los integrantes del movimiento de autodefensa en contra de la delincuencia organizada en los municipios de Ayutla, Tecoanapa, San Marcos, Florencio Villarreal (Cruz Grande) y Cuautepec, luego de que dirigentes de Tecoanapa denunciaron que fueron incluidos en la lista de los que podrían ser detenidos por el movimiento, acusados de provocar, precisamente, la división.
Los dirigentes incluidos en la lista, denunciaron vía telefónica que incluso se han presentado “roces” entre los grupos armados y que ha tenido que interceder el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, para evitar enfrentamientos.
La denuncia se da un día después de que la UPOEG aceptara que la intención del gobernador, Ángel Aguirre Rivero, de que se libere a los 54 detenidos sin juzgarlos podría prosperar.
Los dirigentes que han sido incluidos en las listas del movimiento de autodefensa, en su mayoría, no pertenecen a la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) que encabeza Bruno Plácido Valerio, pero se incorporaron a las acciones en contra de la delincuencia organizada porque son víctimas de la violencia, sin embargo ahora ya están siendo marginados y desplazados y hasta amenazados de que serán detenidos, bajo la acusación de que provocan la “división” en el movimiento.
Uno de los dirigentes de Tecoanapa, dijo que los acusan de “dividir al movimiento”, porque en las reuniones internas critican y disienten de las decisiones que toman los dirigentes de la UPOEG, muchas de ellas sin consultar a los pueblos que participan en el movimiento de autodefensa.
Agregó que una de estas decisiones que inconformó a muchos pueblos de Tecoananapa fue que 15 de los 54 detenidos fueran trasladados el fin de semana pasada a la comunidad de Parota Seca, en donde muchos de ellos cometieron delitos como secuestros, ejecuciones y extorsiones, “imagínese como estaba la gente de irritada, lo que se pretendía era provocar una especie de linchamiento en su contra y era lógico que los retenidos recibieran malos tratos”.
Añadió que parte de estos malos tratos fue que no les dieron de comer un día y que uno de ellos no aguantó y se desplomó inconsciente y tuvo que ser llevado para su atención médica al hospital de Ayutla.
Explicó que estas acciones no les parecen a muchos y que las critican al seno de las reuniones, “porque eso ya no es justicia, sino venganza”.
Dijo que las decisiones que toma la UPOEG son como si fuera la única organización dentro del movimiento, y que se olvida que hay muchos pueblos y organizaciones que no pertenecen a esa agrupación, sino que participaron porque estaban cansados de tanta violencia, pero  que ahora después de que ya sirvieron al movimiento pretenden desplazarlos de las decisiones y acciones.

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