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Localizan en la cúspide de la Pirámide del Sol gran escultura de Huehuetéotl

Yanireth Israde / Agencia Reforma

Ciudad de México

En la cúspide de la Pirámide del Sol se encontró la escultura más grande de Huehuetéotl –Dios Viejo o del Fuego– hallada hasta ahora en Teotihuacán.
La pieza de 58 centímetros pesa unos 190 kilos y se pueden distinguir pigmentos originales como el verde, anaranjado, amarillo, blanco y negro, aunque le faltan la pierna y el brazo izquierdos, detalló el arqueólogo Alejandro Sarabia, director de la zona arqueológica.
“Se han encontrado otras representaciones de Huehuetéotl en templos, unidades administrativas o habitaciones de Teotihuacán. Se trata de esculturas de piedra, la mayoría en andesita, pero no tan grandes; una de 40 centímetros ya es difícil de hallar”, comparó.
La escultura presenta brazos entrecruzados, arrugas en rostro poco profundas, a diferencias de otras representaciones de la deidad, y porta un antifaz, además de moños, tanto en la cabeza como en el cuello.
El descubrimiento, junto con el hallazgo en 1906 de un brasero y varios símbolos escultóricos de la ceremonia sagrada del Fuego Nuevo sobre la plataforma adosada, podría indicar que la Pirámide del Sol fue escenario de cultos de carácter ígneo (dedicados al fuego) y de finales de ciclos calendáricos.
Además de la efigie de Huehuetéotl, ubicada a 66 metros de altura, aparecieron dos estelas completas de piedra verde y el fragmento de otra, que debieron decorar hace mil 500 años el templo que remataba esta edificación.
Una de las estelas completas pesa 955 kilos, por eso destaca como monolito de piedra verde más grande de los 20 registrados en Teotihuacán.
Sarabia, quien junto con su colega Saburo Sugiyama, de la Universidad Provincial de Aichi (Japón), desarrolla desde 2005 el Proyecto Pirámide del Sol, recordó que es la primera vez en 100 años que se indaga la cúspide de la Pirámide, desde que trabajaran allí, a principios del siglo XX, los arqueólogos Leopoldo Batres o Antonio García Cubas.
“Se han hecho trabajos de conservación, arquitectónicos o de mantenimiento, pero no de exploración”, enfatizó el especialista. Tras finalizar la temporada de investigación –de junio a diciembre de 2012– el área de excavaciones fue cerrada, para permitir las visitas al monumento
Las piezas se encontraron en el interior de una fosa de 4 metros de ancho, 17 de largo y 5 metros de profundidad, que probablemente data de finales del siglo V o inicios del VI de nuestra era.
A escasos 50 centímetros fueron apareciendo los vestigios referidos, más otros objetos de piedra verde o pizarra, como cuentas y placas y concentraciones de conchas marinas.
La poca profundidad a la que fueron ubicadas las piezas, indica que cuando Leopoldo Batres consolidó la Pirámide del Sol, hace poco más de un siglo, únicamente cubrió la cima, sin antes haber excavado esta área, consideró la arqueóloga Nelly Núñez, investigadora del Proyecto Pirámide del Sol, de acuerdo con un comunicado del INAH
Para su transportación a las oficinas correspondientes, se requirió del apoyo de personal de la zona arqueológica, particularmente de las áreas de restauración y museografía, que supervisaron su embalaje y descenso desde 66 m de altura, mediante un sistema de cuerdas y anclajes en los diferentes cuerpos de la Pirámide del Sol.

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