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Denuncia integrante del Cecop que soldados irrumpieron en su casa

Redacción

El integrante del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (Cecop), Julián Blanco Cisneros, del poblado de Los Huajes, denunció que soldados revisaron sus vehículos y entraron a su casa.
“Temo que vayan a sembrar un delito porque vinieron a mi casa”, denunció el opositor vía telefónica por la noche, luego de asegurar que con su familia son gente “pacífica, no portamos armas, nos dedicamos al puro trabajo, queremos seguridad y no que quieran culparnos”.
Blanco Cisneros contó que después de las 9 de la noche llegaron soldados, unos 40 aproximadamente, en un camión del Ejército al poblado de Los Huajes y fueron directo a su casa, donde se metieron y registraron sus vehículos, la serie de los carros, además de que cargaban sus teléfonos celulares al parecer tomando fotografías.
Dijo que uno de los soldados le preguntó si los vehículos eran suyos y respondió que sí, pues ejemplificó que un Mustang fue un regalo de su hijo que se encuentra en Estados Unidos.
El integrante del Cecop les preguntó porqué registraban sus vehículos, “les dije porqué se metían así, porque estaban violando los derechos”.
Mencionó que tres soldados se metieron a su casa, luego se salieron y dijeron que pedirían un permiso para registrarla y que regresarían.
Agregó que los militares siguieron hacia un poblado arriba de Los Huajes, pero que temía que quisieran regresar más tarde.
Que también les preguntaron en qué trabajaban, si “van seguido a Acapulco” y que les respondió que sí “voy casi a diario a Acapulco”.
También le preguntaron sobre la carretera “les dije que como siempre, está bien”, y después se quejó que lo estaban interrogando.
A uno de sus hijos los soldados le preguntaron cómo consiguieron los vehículos, una camioneta Expedition, una camioneta Ford que usan para trabajar, un Tsuru y un Mustang, y que les respondió que sus hijos “están trabajando en el norte”.
El dirigente del Cecop señaló sque su familia, su esposa, tres hijos y una nuera estaban asustados porque los soldados llegaron con sus armas y los tratan “como si uno fuera delincuente”.
“Pregunté de dónde venían, que batallón eran, me dijeron que de Chilpancingo, no creo que vengan de allá no les pertenece esa área”, agregó.
Justo cuando hablaba por teléfono, a las 10 y media de la noche, el ejidatario explicó que observó que pasaba el camión con los soldados pero que se fueron al poblado de Dos Arroyos, aunque tenía temor de que regresaran más tarde.

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