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Octavio Klimek Alcaraz

Cuenta Pública 2011 y el ambiente

 

El pasado miércoles 20 de febrero fue dado a conocer por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) el Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2011.

Resaltan en dicho Informe los resultados la Evaluación y las Auditorías realizadas al Sector Medio Ambiente y Recursos Naturales, en especial la Evaluación de la Política Pública Ambiental durante el periodo 2003-2011. El Informe se encuentra disponible en la página electrónica de la Auditoría Superior de la Federación http://www.asf.gob.mx

La primera observación que realiza la ASF es que al realizar la evaluación de la política pública ambiental existe falta de información y bases de datos estandarizados para los 24 años que se analizaron, sin embargo se explica que ésto es a causa de que es a principios de este siglo cuando la estructura organizacional del sector medio ambiente muestra signos de consolidación.

A continuación presentamos algunos de los principales resultados identificados, divididos en tres grandes rubros: Medio Ambiente, Biodiversidad y Costos del Deterioro Ambiental.

 

Medio Ambiente: Aire

 

La Semarnat careció de un diagnóstico respecto de las ciudades en las que se requiere realizar el monitoreo de los seis contaminantes criterio (ozono; monóxido de carbono; bióxido de nitrógeno; partículas menores a 10 micras; partículas menores a 2.5 micras, y plomo). Sólo los seis contaminantes criterio están regulados por Normas Oficiales Mexicanas (NOM) para su monitoreo, lo que representa el 11.1 por ciento de las 54 sustancias contaminantes reportadas por las empresas fijas de jurisdicción federal, es decir en los 48 casos restantes la Semarnat no ha emitido las NOM que controlen su emisión.

Por lo que se refiere a la medición de la calidad del aire, 27 ciudades de 16 entidades federativas cuentan con red de monitoreo de la calidad del aire, sin embargo 13 ciudades con población de 500 mil o más habitantes carecen de red de monitoreo, es decir están fuera de NOM.

Adicional a ello, los resultados de la medición de los niveles de concentración de los seis contaminantes criterios demostraron que, a pesar de que los volúmenes de concentración se redujeron en las ocho principales ciudades del país, se siguen rebasando los niveles establecidos en las NOM.

 

Agua

 

El tema del agua merece otro artículo. Así que sólo se presentan en este párrafo los resultados relacionados al estado de la calidad del agua, que tiene que ver con la orientación dirigida a la infraestructura hidráulica más que a una gestión integral del agua con enfoque de sustentabilidad. Por ello, se explica que la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sólo supervisó la calidad del agua en el 20.1 por ciento (131) de los acuíferos y en el 37.8 por ciento (276) de las cuencas hidrológicas, mediante mil 818 sitios de monitoreo en el 29.4 por ciento (407) de los mil 384 cuerpos de agua del país (731 cuencas y 653 acuíferos). Ello puso de manifiesto la insuficiencia de infraestructura de laboratorios y personal técnico especializado para que esta actividad se desarrolle de manera sistemática y permanente en los términos previstos en la Ley de Aguas Nacionales. Peor aún, de las 702 evaluaciones realizadas sobre el indicador Demanda Bioquímica de Oxígeno a cinco días, el 10.8 por ciento (76) resultaron con niveles de contaminación fuera de la norma; y de las 804 evaluaciones sobre el indicador Demanda Química de Oxígeno a cinco días, el 24.5 por ciento (197) registró niveles de contaminación por arriba de los límites permisibles.

 

Suelos

 

Respecto del manejo integral de los residuos sólidos, la ASF determinó que durante el periodo 2009-2011, la generación de residuos sólidos urbanos aumentó en 3.6 por ciento al pasar de 38 mil 325 millones de toneladas  en 2009 a 41 mil 099.0 millones de toneladas en 2011. De esto, el volumen de residuos sólidos urbanos recibidos en rellenos sanitarios aumentó en 7.4 por ciento, al pasar de 22 mil 175.1 millones de toneladas en 2009 a 25 mil 596 millones de toneladas en 2011; también el volumen de residuos sólidos urbanos reciclados aumentó en 14.9 por ciento, al pasar de mil 500.0 millones de toneladas recicladas en 2009 a mil 980.0 millones de toneladas recicladas en 2011; en tanto que el volumen de residuos sólidos urbanos enviados a rellenos de tierra controlados se redujo en 6.5 por ciento, al pasar de 3 mil 924.9 millones de toneladas dispuestas en 2009 a 3 mil 427.9 millones de toneladas dispuestas en 2011, y el volumen de residuos arrojados en tiraderos a cielo abierto se redujo en 3.0 por ciento, al pasar de 10 mil 725.0 millones de toneladas dispuestas en 2009 a 10 mil 095.0 millones de toneladas arrojadas en 2011, aunque esta última cifra significa que 24.5 por ciento de los residuos están sin control alguno.

La ASF es enfática al señalar que la Semarnat no logró reducir el impacto ambiental ocasionado por los residuos sólidos, ya que su manejo integral relativo a la separación, reciclaje y tratamiento fue marginal en relación con los residuos generados; de las 41.1 millones de toneladas producidas, sólo se sometieron a esos procesos 2.0 millones de toneladas, el 4.8 por ciento, lo que impacta desfavorablemente en la contaminación de los suelos.

En cuanto a los residuos peligrosos, la auditoría reveló que en 2011 se generaron 1.9 millones de toneladas de estos desechos, de las cuales 0.9 millones de toneladas (47.4 por ciento) se sometieron a un proceso de tratamiento y se aprovecharon 0.3 millones de toneladas (15.8 por ciento. Por lo que se manejaron integralmente 1.2 millones de toneladas de residuos peligroso, el 63.2 por ciento. En tanto, 0.7 millones de toneladas (36.8 por ciento) no se sujetaron a ningún proceso, lo cual limitó el cumplimiento del objetivo del Plan Nacional de Desarrollo de reducir el impacto ambiental ocasionado por los residuos peligrosos.

De 2007 a 2011, los sitios contaminados identificados pasaron de 29 a 793, con lo cual la superficie contaminada también aumentó, al pasar de 0.1 miles de hectáreas a 62.3 mil hectáreas. Más allá, de la identificación, lo más grave es que de los 793 sitios contaminados, a 2011, 548 (69.2 por ciento) se encontraban sin atención; 224 (28.3 por ciento) fueron remediados, y 20 (2.5 por ciento) continúan en proceso de remediación.

 

Biodiversidad

 

Por lo que se refiere a la conservación de áreas naturales protegidas, en el periodo 2007-2011 se incorporaron 21 a este esquema, que significaron 3 mil 554.1 hectáreas, con lo cual su número aumentó a 174 y la superficie protegida mediante este mecanismo se ubicó en 25 mil 384.8 hectáreas, 4.9 por ciento de la superficie del territorio nacional, y representan el 38.9 por ciento de las 65 mil 274.7 hectáreas que se determinaron como meta para 2020 conforme a las Metas de Aichi (17.0 por ciento de las zonas terrestres y de aguas continentales, y el 10.0 por ciento de las zonas marinas y costeras). Es decir, se requieren todavía declarar hacia el 2020, 39 mil 889.9 hectáreas del territorio nacional dentro del sistema de áreas naturales protegidas. En el caso de ecosistemas terrestres 12 mil 765.0 hectáreas, y para los ecosistemas marinos 27 mil 124.9 hectáreas. La ASF estimó que para lograr la meta se deberán decretar 4 mil 986.2 hectáreas anuales, a partir de 2013, pero la propia ASF señala que se carece una estrategia respecto de las zonas terrestres y de aguas continentales, así como de las marinas y costeras que se deberán sumar anualmente para cumplir con las referidas Metas de Aichi.

La ASF señala que se realizaron acciones de restauración de suelos, reforestación y rehabilitación de humedales en 60 (34.5 por ciento de las 174 áreas naturales protegidas, en una superficie de 38.5 miles de hectáreas, que significó el 3.0 por ciento de las mil 279.0 hectáreas determinadas con necesidades de restauración para 2011.

 

Vida Silvestre

 

La ASF indica que respecto de la vida silvestre no se dispuso de una lista de especies prioritarias que sirva para canalizar esfuerzos de conservación y recuperación de la biodiversidad de México. Con el análisis comparativo de la NOM-059-ECOL-1994, y sus actualizaciones en 2001 y 2010, se determinó que en el periodo 2001-2010, las especies en alguna categoría de riesgo aumentaron de 2 mil 583 a 2 mil 606; las especies sujetas a protección especial disminuyeron de mil 336 a mil 186; las catalogadas en peligro de extinción aumentaron de 368 a 475; las extintas crecieron de 41 a 49, y las amenazadas se incrementaron de 838 a 896, lo cual denota en palabras de la ASF, que los mecanismos de protección de especies de flora y fauna silvestres no propiciaron su conservación y, por el contrario, se continuó con la pérdida de especies.

 

Recursos Forestales

 

Con las estimaciones efectuadas por la ASF, se estableció que en el último periodo 2002 a 2007 la superficie forestal del país disminuyó a una tasa media anual de 0.3 por ciento (357 mil .1 hectáreas), al pasar de 141 mil 812.6 hectáreas en 2002 a 140 mil 027.2 hectáreas en 2007. También disminuyó la vegetación primaria durante el mismo periodo a una tasa media anual de 0.5 por ciento (496 mil .4 hectáreas), al pasar de 99 mil 659.1 hectáreas en 2002 a 97 mil 177.1 hectáreas en 2007. Mientras que la vegetación secundaria se incrementó en ese periodo en 0.3 por ciento (139 mil .3 hectáreas), al pasar de 42 mil 153.5 miles de hectáreas en 2002 a 42 mil 850.1 hectáreas en 2007.

Conforme a las estimaciones de la ASF para los años de 2008 a 2012, en las que de continuar con las mismas condiciones, la vegetación primaria perderá 2 mil 637.4 hectáreas, mientras que la vegetación secundaria podría ganar en el periodo mil 594.7 de hectáreas.

Es interesante señalar que la ASF comparó la superficie afectada por incendios con la reforestada en el periodo 2007 a 2011 por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), de lo que determinó que por cada hectárea que resultó afectada por incendio se reforestaron 0.5 hectáreas. También se comparó la superficie afectada por plagas y enfermedades con la reforestada por Conafor, de lo que se determinó que por cada hectárea que resultó afectada se reforestó casi media hectárea (48.6 por ciento).

Además, de 2005 a 2010, el índice de supervivencia de plántulas disminuyó 2.0 puntos porcentuales, de 51.2 por ciento en 2005 a 46.2 en 2010, debido a un periodo prolongado de sequía.

Es importante también señalar que la ASF determina que en 2011 no se logró conformar el Inventario Nacional Forestal y de Suelos 2004-2009, ya que para ese año sólo cinco entidades federativas establecieron su inventario estatal forestal y de suelos, por lo que se careció del instrumento de política forestal que permitiera conocer información precisa y actualizada sobre la cuantía, ubicación y condiciones de los recursos forestales del país, así como evaluar el impacto de la política en términos de reducir la pérdida de superficie forestal.

 

Costos del deterioro ambiental

 

La ASF señala que en el periodo 1989-2011, la proporción del costo del deterioro ecológico respecto del PIB registró una disminución promedio anual de 2.8 por ciento, al pasar del 12.7 por ciento en 1989 a 6.8 por ciento en 2011.

No obstante, en términos absolutos para el periodo 1989-2011, el costo del deterioro ecológico por agotamiento más la degradación del medio ambiente, se incrementaron en 1.0 por ciento en promedio anual, al pasar de 762 millones 115 mil 145 pesos en 1989 a 939 millones 546 mil 449 pesos en 2011.

En 2011, de los 676 millones 730 mil 575 pesos del costo por degradación calculados por la ASF, el 75.6 por ciento (511 millones 618 mil 708 pesos) se integró por problemas de contaminación del aire, 11.0 por ciento (74 millones 625 mil 207 pesos) por problemas de contaminación del suelo; 6.7 por ciento (45 millones 620 mil 028 pesos) por problemas de residuos sólidos, y 6.6 por ciento (44 millones 866 mil 631 pesos) por la contaminación del agua.

De la misma forma, en 2011, de los 262 millones 815 mil 875 pesos del costo por agotamiento estimado por la ASF, el 81.7 por ciento (214 millones 662 mil 998 pesos) se constituyó por problemas generados por las actividades relacionadas con la industria del petróleo, 9.6 por ciento  por agotamiento del agua subterránea, y 8.7 por ciento (22 millones 887 mil 848 pesos) por la deforestación.

Para ese periodo, la proporción del presupuesto ejercido en medio ambiente y recurso naturales respecto del PIB aumentó en 12.2 por ciento en promedio anual, siendo no significativo en 1989 a un 0.4 por ciento del PIB en 2011 (52 millones 611 mil 749 pesos), que además representan sólo el 5.6 por ciento de los 939 millones 546 mil 449 pesos del costo del deterioro ambiental en el 2011.

Dado que siempre es mas económico prevenir que remediar, es necesario disminuir de manera abrupta los actuales costos del deterioro ambiental. Sin embargo, la ASF concluye que la actual política ambiental no ha logrado reducir dichos costos ambientales.

En conclusión los retos de país son enormes en materia ambiental y pasan necesariamente por transformar el actual modelo de desarrollo. El problema es que no se observa voluntad política alguna de los principales actores de la sociedad para que esto suceda por lo menos en el corto y mediano plazo.

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