Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

* Señales del apocalipsis

Tengo miedo… mucho miedo.
Siempre me asumí escéptico radical de profecías antiguas y modernas, particularmente las apocalípticas. Por eso nunca me dieron ganas de leer las profecías de Nostradamus, lo único que sé de ellas lo escuché de amigos, conocidos y merolicos electrónicos y callejeros, fanáticos de don Michel de Nôtre-Dame.
Así que no estoy seguro cuántas señales ni cuáles profetizó Nostradamus como preámbulo de su apocalipsis, pero sí de que se parecen harto a las inquietantes rarezas de las últimas semanas.
Me refiero específicamente a cuatro, de sobra difundidas, conocidas y comentadas por la mayor parte de los habitantes de este planeta (al menos las primeras dos).
Las menciono en orden cronológico, de atrás pa’ delante:
La renuncia del Papa Benedicto XVI.
De bote pronto, la noticia me produjo asombro, pero más de gusto que de contrariedad. Digo, hasta a no pocos católicos se les atoró Joseph Aloisius Ratzinger, cero carisma, pasado pro nazi y encubridor de sacerdotes pederastas. Así que mala, mala, la noticia de su renuncia no fue.
Pero luego me enteré de que era la primera vez en más de 600 años que un Papa renunciaba, y medio me preocupé. O sea, el hecho era sumamente anormal y extraordinario como para tomarlo a la ligera.
¡Chale!, sólo falta que del próximo cónclave vaticano habemus Papa negro, pensé sacadón de onda.
El meteorito de Rusia.
Si vieron los videos de la explosión del pasado 15 de febrero en la atmósfera en la vertical de los Montes Urales, nada necesito ni debo agregar. Hasta el más guapo y bragado se arrugó al verlos, sabiendo que no eran escenas de una película joligudense de ciencia ficción.
¡Uta!, sólo falta que el mero meteorito, el choncho que juran no caerá en la tierra, se centre justo en la Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, o peor, en Galerías Chilpancingo, pensé ya de plano sacatón.
El OVNI del Popocatépetl.
El 21 de febrero, las cámaras que vigilan la actividad de Don Goyo captaron un objeto que sobrevoló su cráter. Vi y volví a ver los videos del objeto brillante-cilíndrico-horizontal y volador no identificado, sintiéndome cada vez más como un Jaime Maussán de Petatiux, porque na’ más no hallé el truco ni la patraña.
¡Ora qué cosa!, sólo falta que sea la avanzada de una invasión de alienígenas súper gandallas y mal vibrosos, pensé ahora sí rete asustado.
La detención de Elba Esther Gordillo.
No están ustedes para saberlo, pero yo sí para contarlo: hasta ayer, pensaba que con las tres anteriores señales la entrega del Canal Privado de hoy estaría lista. Por fortuna, el procurador de justicia federal Jesús Murillo Karam tuvo a bien ordenar la detención de la maestra Gordillo, justo a tiempo para incorporarla en este espacio como cuarta señal del apocalipsis.
No era ni es para menos, después de 23 años y cuatro sexenios y cachito en el poder, la vida sin la maestra ya no será igual.
La neta, si ya por separado cada una de las anteriores rarezas resulta claramente inquietante, juntas en menos de tres meses, lo ponen a uno en franco ánimo apocalíptico.
Y eso que no mencioné un puñado de otras señales similares, que desde hace unos años se vienen presentando con inusual frecuencia. Por mencionar algunas: la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York; el primer presidente negro de Estados Unidos; la teoría de los ciclos centenarios mexicanos –ya saben, eso de que cada siglo nos ponemos respondones y agitadores (Independencia, Revolución, Fin de la Hegemonía priísta)–; el regreso del PRI a la Presidencia; y, last but not least, el alucine maya de diciembre pasado.
Por eso digo que tengo miedo… mucho miedo.

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