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Pide el Instituto Nacional de Salud Pública que se grave a la comida chatarra calórica

Adriana Alatorre / Agencia Reforma

Cuernavaca

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), órgano que depende de la Ssa, propuso a la Secretaría de Hacienda aplicar impuestos a alimentos con alta densidad calórica, como las frituras.
Mauricio Hernández, director del INSP, dijo ayer que gravar alimentos y medicinas ayudaría a frenar el gasto de bolsillo, siempre y cuando la recaudación de esos recursos se destinen para ampliaciones de la cobertura del Seguro Popular.
“Se entregó a la Secretaría de Hacienda un estudio para echar a andar un impuesto a los alimentos con alta densidad calórica de tal manera que puedan ser gravados. Abarca frituras, alimentos industrializados pocos sanos, pero es un impuesto difícil de cobrar, porque no están tan identificados, como los refrescos y el tabaco, del cuál seguimos pensando desde el instituto que debe aumentar el precio”, afirmó al término de la inauguración del 15 Congreso de Investigación en Salud Pública.
“Si estos impuestos se utilizan para mejorar la atención que damos a las familias en situación vulnerable, de tal manera que no tengan que ejercer gasto de bolsillo, de tal manera que tengan el 100 por ciento del surtimiento de recetas, no tendrían que comprar medicamentos con prescripción fuera el sector salud. En ese sentido, estos impuestos se pueden regresar de esta manera y en estos programas a esta población que es la que nos preocupa”, indicó.
En el marco del Congreso, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Ssa, Pablo Kuri, señaló que el Acuerdo Nacional Para la Salud Alimentaria será revisado por la actual administración para evaluar su avance.
“Los lineamientos para la alimentación en las escuelas va en su fase 3, que es expandida a más alimentos, y evidentemente en esta administración van a ser reforzados”, manifestó.
Al respecto, Mauricio Hernández expuso que se han registrado avances en los Lineamientos pero que se requiere reforzar la educación de las personas que trabajan en las cooperativas.
“Tenemos un millón de padres de familia que están a cargo de los alimentos. Vimos que disminuyeron las porciones fritas, pero no en el tamaño de las porciones, en eso debemos trabajar”, indicó.

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