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Felicita Kirchner a su paisano y le pide apoyo a las “causas justas”

DPA / Agencia Reforma

Buenos Aires

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, felicitó ayer a Jorge Bergoglio por su elección como nuevo Papa y le deseó que pueda lograr “un mayor grado de confraternidad entre los pueblos” para que triunfen “las causas justas”.
“Hoy es un día histórico, y no quiero dejar de mencionarlo: por primera vez en 2 mil años va a haber un papa que pertenece a Latino-américa. Le deseamos de corazón a Francisco que pueda lograr mayor grado de confraternidad entre los pueblos y las religiones”, declaró la mandataria en un acto público.
“Que sea la opción para que las altas jerarquías para que finalmente podamos volvernos a encontrar toda la humanidad, todos los seres humanos, en igualdad de condiciones, con amor, justicia, y equidad”, expresó Fernández de Kirchner.
“Todos mis deseos de buena ventura y de buena misión pastoral para todos los habitantes del mundo. Sé que hay muchos argentinos que tienen otra religión o que piensan diferente, pero no hay ninguno que quiera que el mundo no esté mejor”, aseguró.
La presidenta argentina le pidió asimismo que “lleve el mensaje a las grandes potencias del mundo para que dialoguen y puedan convencer a los poderosos de que finalmente dirijan la mirada a sus ciudadanos y a los pueblos emergentes”.
“Le pedimos a Dios que lo ayude para que pueda hacer lo posible para que alguna vez triunfen las causas justas”, expresó.
La primera reacción oficial del gobierno argentino se conoció poco más de una hora después del anuncio de la elección del cardenal jesuita argentino.
“Su Santidad Francisco: En mi nombre, en el del gobierno argentino y en representación del pueblo de nuestro país, quiero saludarlo y expresarle mis felicitaciones con ocasión de haber resultado elegido como nuevo Romano Pontífice de la Iglesia Universal”, comienza la misiva enviada por la mandataria.
“Es nuestro deseo que tenga, al asumir la conducción y guía de la Iglesia, una fructífera tarea pastoral desempeñando tan grandes responsabilidades en pos de la justicia, la igualdad, la fraternidad y de la paz de la humanidad”, sostiene Fernández de Kirchner.
La jefa de Estado viajará al Vaticano para presenciar la misa de inauguración del papa Francisco que se celebrará el martes 19, según confirmó el secretario de Comunica-ción, Alfredo Scoccimarro.

Fuertes enfrentamientos de Bergoglio con los Kirchner

Como jerarca de la Iglesia católica en Argentina, el nuevo Pontífice, ha sido evitado, desde siempre, tanto por el presidente Néstor Kirchner como por su viuda y sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, con quienes ha tenido fuertes enfrentamientos desde hace ya una década.
Tras dos periodos consecutivos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, un total de seis años, Bergoglio dejó en noviembre de 2011 el Episcopado, marcado por su tensa relación con el Gobierno.
Las diferencias entre el nuevo Papa y la dupla política se basó en sus políticas sociales, en especial en el ámbito sexual, y van desde la aprobación de las bodas gay en el país, la primera en América Latina, hasta la política de derechos reproductivos y educación sexual que impulsa su gobierno.
El principal fracaso del religioso fue el matrimonio entre personas del mismo sexo, que se aprobó hace tres años en Argentina, pese a que el propio Bergoglio advirtió que era una movida del diablo y lanzó una guerra de Dios.
Su principal batalla, la pobreza, fue objeto de conflicto junto con la pelea con el campo y el clima de crispación, a su juicio, reinante en el país sudamericano. Sus cuestionamientos hacia las políticas de la dupla, al frente de Argentina desde 2003, causaron una reacción de rechazo dentro del oficialismo.
Francisco considera prioritario que la Iglesia sea  tomada en cuenta, en las cuestiones políticas y sociales, y sus disputas con el oficialismo datan de antes de la administración de Néstor Kirchner, quien llegó a identificarlo como un exponente de la oposición. Los gobiernos de Carlos Menem, Fer-nando de la Rúa, Eduardo Duhalde no se salvaron de sus mordaces comentarios.
Y cuando se conoció la noticia de la renuncia de Benedicto XVI de la Santa Sede, el 11 de febrero, la Casa Rosada optó por la cautela, y no pronunció nada al respecto.
Semanas atrás, mientras la Iglesia católica organizaba su proceso de sucesión, la Presidenta dijo, irónica, en un acto en Casa Rosada: “Decí que no hay papisa, si no, te disputo algún lugar”.
Pero luego de la noticia del nue-vo Papa, la Presidenta publicó una carta por Twitter y Facebook en la que felicitó al cardenal de Buenos Aires  Jorge Bergoglio.

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