Las autodefensas son “un mal ejemplo” pero surgen por la incapacidad del Estado, reconoce jefe militar

Israel Flores

Ciudad Altamirano

El comandante de la 35 Zona Militar, general Juan Manuel Rico Gámez dijo que espera que en la región de la Tierra Caliente la gente no decida tomar las armas, y calificó a los grupos de autodefensa de “mal ejemplo”.
En entrevista durante la campaña de canje de armas, dijo que el programa no está enfocado a combatir y desarmar a la autodefensa, sino a reducir los riesgos en el hogar por tener armas de fuego.
De las autodefensas expresó, “esperamos que este mal ejemplo no cunda en esta región”.
Cuando se le preguntó por qué los calificaba de esa manera, contestó que su opinión es debido a que “la seguridad es responsabilidad del Estado, el hecho de que la gente se arme es porque estamos pasando a un nivel de incapacidad, por un lado, y por otro de tomar la ley por las manos que no es función de la gente, el respeto a la ley es esencial para la convivencia”.
Sobre si el Estado cumple con la obligación de brindarle seguridad a la sociedad, el jefe militar consideró que, “lo está haciendo con los recursos que tiene, hay interés de los tres niveles de gobierno, estamos buscando la confianza y colaboración de toda la sociedad, estamos buscando los mecanismos para tratar de reducir la inseguridad”.
El general estuvo presente en el arranque del programa de canje de armas e informó que Ciudad Altamirano es el lugar de arranque en Guerrero, y que servirá de termómetro para el resto de las regiones, sobre todo “por ciertos  índices de inseguridad que tiene el municipio”.
Explicó que, “la Constitución nos permite tener un arma en nuestro domicilio, pero si pensamos que en algún momento no la sabemos manejar, es un riesgo por los niños, por eso los invitamos a entregarla”.
En el primer día llegaron cinco personas a realizar la entrega de armas a cambio de una cantidad de dinero. Fueron dos pistolas calibre 22, un revolver calibre 380, un rifle carabina 30-30 y una escopeta.
En el lugar se vio una larga fila para el registro de armas, a diferencia de los pocos casos de ciudadanos que llegaron para entregar las que tienen a cambio de un monto económico.