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Podría cancelarse la primera coproducción cinematográfica entre México y China

Ángel Villarino / Agencia Reforma

 

Beijin

 

La primera coproducción cinematográfica entre México y China (Bi’an: La obsesión de una isla misteriosa) podría ser cancelada irrevocablemente después de una larga polémica entre los directores de la cinta, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y la Academia de Cine de Beijing (BFA, por sus siglas en inglés).

El proyecto fílmico de los mexicanos Pablo Mendoza y Martí Torrens ganó la Décima Emisión del Programa de Operas Primas del CUEC y su rodaje debería haber empezado en febrero con fondos del CUEC (a través de la UNAM) y del Instituto Mexicano de Cinematografía (20 millones de pesos en total), además de la aportación logística y de material de la BFA.

Sin embargo, la renuncia de la directora de fotografía, Ximena Amann, abrió una crisis que ha desembocado en la decisión del CUEC de cancelar el proyecto, algo que según la BFA podría incluso tener un efecto negativo en las relaciones culturales entre México y China.

“Desde las altas autoridades hasta los empleados hemos hecho muchos esfuerzos por sacar adelante este proyecto. Hace un año y medio que trabajamos en ello y hemos dedicado recursos materiales y humanos. La cancelación sería un golpe para la estrategia de colaboración con México que teníamos proyectada. Será una gran pérdida para ambos países”, aseguró a Reforma Xu Xiangyun, vicepresidente del Youth Film Studio de la BFA.

En la BFA destacan que el proyecto de Pablo Mendoza y Martí Torrens, cuyas localizaciones se sitúan en China y México, tiene un valor histórico y de largo recorrido, ya que es la primera vez que se saca adelante una colaboración cinematográfica entre ambos países.

“La colaboración va más allá de la película en sí, tiene un recorrido educativo y cultural importante que, obviamente, quedaría destruido. Queremos pensar que todos los problemas y obstáculos se pueden solucionar conjuntamente y que la película finalmente se realizará. No queremos criticar a México pero nosotros nunca anularíamos un proyecto después de haberlo aprobado”, agregó Xu.

Los problemas empezaron con la renuncia de Amann por desavenencias con los directores. Al buscar un sustituto, Mendoza y Torrens propusieron a un candidato italiano, Massimo Betarelli, una decisión que provocó la indignación entre varios miembros del CUEC, ya que el fotógrafo no es egresado en dicho Centro Universitario, aunque sí participó en una película de la misma escuela en el pasado.

Tras un intercambio de propuestas y contrapropuestas entre las partes para resolver el problema, el director del CUEC, José Felipe Coria, anunció de manera informal a los directores que el proyecto quedaba cancelado irrevocablemente, una decisión que enojó a las autoridades del BFA.

“Tuvimos una conversación por videoconferencia donde tratamos de resolverlo, sin éxito. Después, el presidente de la BFA escribió una carta dirigida al rector de la UNAM en la que expresó su pesar por la cancelación y remarcó lo mucho que valoramos el proyecto de colaboración. Pero por ahora no hemos recibido respuesta. Estamos apenados”, anotó Xu.

“A la polémica inicial, el CUEC añadió después otros impedimentos que en su opinión hacen inviable el proyecto. Por ejemplo, se planteó si la coproducción era equitativa. Hay que decir que la aportación de la BFA no es líquida, pero ellos ponen el equipo durante las cinco semanas de filmación, algo que es muy caro. En todo caso, los términos estaban claros en el proyecto inicial y ganó el concurso”, explicó uno de los directores, Pablo Mendoza.

“Estamos esperando a que se publique un acta oficial con las razones oficiales de la cancelación. La falta de claridad genera también malestar porque tenemos todo preparado para empezar a rodar, el casting está hecho, los permisos de rodaje en trámite, etcétera”, abundó Mendoza.

Los términos económicos del acuerdo también son señalados como parte del problema y la BFA se plantea exigir parte del dinero invertido si la cinta finalmente no se produce.

“Hemos gastado ya alrededor de un millón de yuanes (dos millones de pesos), de los cuales sólo hemos recibido un quince por ciento de México”, se quejó Xu.

El proyecto preveía que el CUC se quedase con los derechos de emisión en todo el mundo excepto en Asia. La BFA podría explotar la película en el continente asiático y la cinta podría ser proyectada en los cines chinos al ser una coproducción.

En China sólo entran 20 películas extranjeras al año, la mayoría estadunidenses.

Bi’an narra la historia de un piloto mexicano que cubre la ruta Tijuana-Shanghai. Viudo y con dos hijos, se siente vacío a pocos meses de su jubilación. Ese hueco en su vida lo cubre Waner, una azafata china de 28 años con la que establece una relación sentimental y quien le abre las puertas del universo asiático.

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