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Confían líderes en que Bergoglio ayude a combatir la pobreza en América Latina

Como un aliado para combatir la pobreza en América Latina definieron ayer los mandatarios de la región al papa Francisco, a quien invitaron a visitar sus respectivos países durante el saludo que dio a las más de 130 delegaciones extranjeras que asistieron a la misa de inicio de su Pontificado.
Uno de los primeros en manifestarse al respecto fue el presidente paraguayo, Federico Franco, quien dijo que espera que Francisco pueda “unir a la Iglesia” y logre sensibilizar al sector empresarial “para que con mayor responsabilidad social sea posible generar las condiciones de empleo” que permitan terminar con la pobreza.
El Papa sabe “lo que es la diferencia entre ricos y pobres, la gran asimetría que existe y, sobre todo, conoce las penurias por las que pasan los pueblos latinoamericanos”, dijo Franco, quien le regaló unos sellos del club Cerro Porteño, cuyos colores coinciden con el San Lorenzo argentino, del que Jorge Mario Bergoglio es hincha, y un libro sobre las misiones de la Compañía de Jesús.
Precisamente, el gobernante encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró desde Caracas que el titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que asistió a la entronización, expresó al Papa el compromiso de la revolución bolivariana de acompañarle en su labor con los más necesitados.
Agregó que el Sumo Pontífice le dijo a Cabello “que era el papa de Latinoamérica, que no lo dejáramos solo y rezáramos por él”.
El presidente panameño, Ricardo Martinelli, aseguró que confía en que el nuevo jerarca de la Iglesia católica combata “la demagogia y el populismo” en Latinoamérica, a los que atribuyó la masa de pobres que hay en la región.
También, la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, dijo que le gustaría hablar este miércoles, durante una audiencia que sostendrá con el Papa, sobre “pobreza y hambre”, asuntos frente a los cuales se ha mostrado “especialmente sensible”, aunque, indicó, el obispo de Roma debería además “empezar a comprender las opciones diferenciadas de las personas”, en aparente alusión al matrimonio homosexual.
Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica, indicó que el Sumo Pontífice le transmitió “ánimo” y “aliento” para terminar su Gobierno en 2014, y que durante su conversación le comunicó que su país “se siente identificado con su papado porque en su desarrollo ha emulado mucho el espíritu franciscano”.
“Costa Rica es un pueblo humilde y protector de la naturaleza”, dijo a una radio costarricense. (EFE / Bogotá).

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