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Se queja una trabajadora sexual del ineficiente servicio médico que les dan en Tlapa, donde laboran unas 300

Adela tiene 27 años, acude cada semana al Centro de Salud de Tlapa a una revisión que le cuesta 65 pesos, una revisión mala se quejó, “me tardo más en desvestirme que en lo que me meten el espejo y así rápido lo sacan, no me preguntan nada y si tienes dudas de algún dolor me han dicho que no saben, que preguntarán”.
Por los pretextos que le dan para atenderla considera que el que le brindan es un servicio incompleto.
Ella debe pagar 80 pesos cada semana al Ayuntamiento para poder ofrecer sus servicios en Tlapa, tiene permiso para laborar en dos cervecerías, si lo hace en otra la multan.
A  pesar de cubrir una cuota, desde anteriores administraciones, tiene derecho si acaso a condones pero no a algún otro beneficio para grupos vulnerables.
Sólo en el servicio médico y el permiso para ejercer gasta alrededor de 580 pesos mensuales, más la renta de su cuarto y la tarea  de juntar para la manutención de su hijo, el cual deja encargado.
Relata que se irá un tiempo de Tlapa, “a ver si se tranquiliza la movida” ya que dice que en los lugares donde trabaja “ha estado pesado el ambiente y hay pocos clientes”.
Su situación, así como la de otras mujeres es muchas veces invisibilizada.
Es el caso de Patricia quien hace tres meses sufrió de agresiones físicas de dos hombres que la quisieron meter a fuerza a un cuarto, pero ella no se dejó y les dijo que prefería morirse defendiéndose a dejarse golpear.
El titular de Grupos Vulnerables en el estado, Igor Petit, mencionó que no ha trabajado directamente con las sexoservidoras porque dijo que ellas ganan dinero y además las ha apoyado la diputada Rosario Merlín.
La semana pasada, la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, Elisa Martínez, cuya sede se encuentra desde hace 20 años en La Merced en la Ciudad de México entregó manuales ilustrados de Trabajo Sexual y Sida en el siglo XXI y del Auto-Cuidado de la salud sexual entre trabajadoras (es) sexuales a un grupo mínimo de trabajadoras. Con su campaña, busca poco a poco promover el uso correcto del condón y dar capacitación a las promotoras de salud.
Según cálculos de trabajadoras sexuales, en Tlapa son cerca de 300, entre las cuales se encuentran menores de edad como lo mencionaría un médico ayer en una reunión  a la que acudieron diversas instancias de salud, el Ejército y la ONG MexFam que trabajará junto con un investigador de la Universidad de California en un proyecto estadunidense para evitar que trabajadoras sexuales contraigan enfermedades de este tipo.
En la Dirección de Reglamentos y Espectáculos del Ayuntamiento informaron que algunos trabajadores de la anterior administración se adjudicaron, cada uno, de dos a tres permisos para cervecerías, mismas que ahora están cerrando y están cancelando nuevos permisos porque el “servicio” está saturado. El director Luis Rodríguez Ramos calcula que a medio año habrá aproximadamente 80 giros rojos.
El funcionario dijo que las trabajadoras sexuales pagan 80 pesos para tener derecho a trabajar y 65 por la revisión médica efectuada por la Jurisdicción 04 de la Secretaría de Salud, la cual le proporciona una lista de mujeres que acuden y cuáles no.
Aseguró que les dan preservativos y se ha evitado en semanas recientes llevar a las mujeres que no contaban con su permiso a la cárcel, “porque se ve mal”.
En la cárcel, trabajadores de periódicos amarillistas les tomaban fotos, las  exponían en los diarios usando calificativos denigrantes.
El funcionario público afirmó estar en contacto con los dueños de los giros rojos para que le digan a sus trabajadoras que acudan al centro de salud a realizarse su revisión y el pago en el Ayuntamiento.
Tras aseverar que cuando realizan operativos llegan de una manera respetuosa dijo que no han encontrado a menores de edad laborando, pero que si se denuncia el dueño será quien pagaría el delito. (Sergio Ferrer  / Tlapa).

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