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Afectó 14 mil hectáreas y especies el camino del gobierno del estado en El Veladero, informan

Karla Galarce Sosa

El camino que construyó el gobierno del estado en el cerro del Encinal para llegar al monumento a Cristo Rey de la Paz no sólo afectó 14  mil 196 hectáreas de bosque de encino y selva baja caducifolia del Parque Nacional El Veladero, sino que también puso en riesgo la existencia de especies vegetales enlistadas en la Norma 059 de la Semarnat, como la del género zamira, una palma pequeña que se pudo observar en la zona impactada.
En un recorrido resguardado por policías ecológicos, el director de la reserva, Fernando Guerrero Bello, y Walfre Gaytán Romero, en el que corroboraron los puntos de georreferenciación satelital para conocer los puntos que limitan la poligonal poniente del área natural protegida, también se observó que con el despalme de los cerros existe el riesgo de deslaves de gran cantidad de tierra que con las próximas lluvias llegarán al mar.
Guerrero Bello calculó que la zona donde se ubica la efigie de ocho metros de altura, en la cima del cerro del Encinal, se ocuparon más de mil 500 metros de superficie para formar la planicie donde se ofician misas y que además de perder vegetación, también fue cubierta con tierra.
“Esa área ocupa más de 2 mil metros cuadrados”, señaló en referencia a lo expuesto por el canciller del arzobispado de Acapulco, Juan Carlos Flores Rivas, el domingo pasado, quien expuso que el ejido de Carabalí otorgó en acta de asamblea el uso de una hectárea en esa área y también el camino para llegar al lugar, porque hace 20 años no había nada.
Señaló que la capacidad de carga del espacio afectará la vegetación primaria del lugar, constituida por árboles y arbustos, debido a que no soporta la realización de eventos religiosos masivos.
“No es una hectárea lo que se está usando, es más y lo que ellos tienen en aprovechamiento es más. Sólo donde está la imagen son más de 2 mil metros cuadrados pero no es una hectárea, pero como es un parque un área natural protegida no soportará la vegetación primaria, la realización de eventos religiosos masivos”, declaró.
En contraste con el cambio de uso de suelo de forestal a carretero, sin contar con la aprobación de la Semarnat, la constructora que realiza la obra, Proyectos y Construcciones HEF S.A de C.V, contratada por el gobierno estatal, colocó letreros en los que se lee: “prohibida la extracción de flora”, “prohibida la cacería” y “no tire basura”, que fueron colgados en los árboles que aún quedan.
Alertó que derivado de la presencia de una mayor cantidad de personas en la zona, se verá deteriorada la vegetación del lugar, que comprende principalmente árboles de encino y arbustos.
Entre las afectaciones, Guerrero Bello dijo que con el movimiento de suelo que hicieron para construir el camino de 1.2 kilómetros de asfalto, con el temporal de lluvias, éste será arrastrado por el agua.
“El arrastre del suelo que removieron va a dar a la bahía con la lluvia porque eso lo van a arrastrar. El despalme que hicieron para la apertura del camino para pavimentar, lo echaron a los costados y eso es un cambio de uso de suelo porque se está desplazando la vegetación, dejando el suelo desnudo y expuesto a la erosión”.
Afirmó que una de las especies detectadas en la zona impactada fue la zamia, una palma pequeña y que forma parte del listado en la norma 059.
Alertó que ante el desconocimiento de las medidas compensatorias que la empresa constructora impulse, también se desconoce en qué plazos se restituirán las afectaciones al ecosistema. “No sabemos cómo va a restaurar el ecosistema que ya está dañado (…) pero la empresa está obligada a presentar las autorizaciones correspondientes por la Semarnat y en esas autorizaciones se especifica qué es lo que tiene que realizar por el cambio de uso de suelo que se esté dando y la empresa debe informar cómo realizará los procesos de restauración de todo lo que ya afectó y eso nadie lo conoce, pero hasta que no presente nada, la obra estará clausurada”.
Señaló que aunado al impacto ocasionado por la construcción del camino, está la contaminación por residuos pues se pudieron observar diversas áreas que los visitantes del lugar utilizan como tiradero o como sanitario a cielo abierto.
Recalcó que la categoría de parque impide cualquier tipo de infraestructura en la zona, y enfatizó que el decreto explica que la imposibilidad de edificar se indica en el acta de decreto del parque como un área natural protegida.
“Sólo se permitirán actividades acordes con la naturaleza del lugar (…) lo que ya está concluido, a los costados, fuera de las cunetas, lo que está al lado, prácticamente se va a perder, el suelo queda expuesto a la pérdida por erosión. El decreto dice que no se permitirán acciones de infraestructura dentro del parque, sin embargo se están haciendo y aún cuando la constructora presente el estudio, tal vez se le niegue por estar dentro de un área natural protegida, pero eso lo va a determinar la Semarnat”, finalizó.
Durante el recorrido, el comandante de la Policía Ecológica, quien solicitó la omisión de su nombre por seguridad, informó que las invasiones en el límite del polígono del parque persisten.
Como parte del recorrido, en las colonias Loma Bonita y Lázaro Cárdenas se mostró alambrado de lo que fue una cerca y que los vecinos colocaron, tras mover la cerca original del parque.
En esa zona se pudo observar que los vecinos ocupan las faldas del cerro como basureros a cielo abierto y queman la basura, desmontan la vegetación para urbanizar el terreno y después aplanan el suelo. Tan sólo en unos 500 metros cuadrados había varias terrazas rústicas hechas con las mismas rocas para delimitar lotes.
El comandante a cargo explicó que el lunes pasado quitaron una cerca en ese mismo lugar porque habían advertido a la líder que el terreno forma parte del Área Natural Protegida.

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