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Sólo encarcelan a quien alza la voz, señala na savi de la OFPM, preso por asesinato

Sergio Ferrer

Ayutla de los Libres

Para contestar entrevistas telefónicas a reporteros, Maximino García Catarino salió del interior del Centro de Reinserción de Ayutla hasta un pequeño cuarto que funciona como oficina. Esposado, saludó con las manos juntas a fuerza a representantes del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan y prensa, esbozó una sonrisa cortés, mientras se sentaba frente a una ventana con vista a la calle.
Maximino García Catarino viste huaraches, pantalón de mezclilla y una camisa deportiva, esta preso desde enero acusado de ser el homicida de un hombre en su comunidad, Juquila. El indígena mixteco, relató a El Sur que el día que lo detuvieron se encontraba en su casa con sus hijos y mujer limpiando frijol, al llegar los ministeriales el no corrió; “el que nada debe nada teme”, ratifica. Los policías lo acusaron de haber matado a Juan Teodoro y se lo llevaron sin mostrarle ninguna orden de aprehensión, “ya te cargo la chingada”, le dijeron.
A bordo del vehículo policial, le pidieron 20 mil pesos para soltarlo al instante a lo que el respondió que no tenía dinero, que esperaría que se investigara el caso.
Hace años, García Catarino realizó un examen en la comunidad de La Concordia y resultó seleccionado para estudiar la secundaria técnica en el internado religioso Villa de los Niños en Guadalajara; allí practicaba natación y leía el catecismo, “me hablaban de Dios, no es fácil para un cristiano matar a una persona, yo no me animaría”, confesó. Después de la secundaria trabajo un año ocho meses en una empresa y tras sufrir sus padres un accidente “con los mañosos”, regresó en 2004 a Guerrero.
El na savi aseguró que observó que su comunidad no estaba civilizada, el gobierno abusaba del pueblo que no sabía gestionar obras, por lo cual decidió buscar la manera de que tuvieran el mínimo de servicios necesarios, educación, carretera, electrificación. Al empezar a organizarse hubo un grupo que no estuvo de acuerdo, “soy de los pocos que tengo vínculos con instancias oficiales, he bajado recursos y proyectos, hay gente que tiene mucha envidia”, señaló.
El mismo año que regresó a Guerrero, García Catarino se casó con Carmen Ramírez. Tienen cuatro hijos: Adriana de siete, Oliver de cinco, Elizabeth de dos y Eduardo de un año. Ahora, sin poder realizar labores de gestión o atender su tierra, teje tortilleros dentro del Centro de Reinserción Social.
El indígena ratificó que han fabricado delitos en su contra, a tres años de la muerte de los defensores de derechos humanos Raúl Lucas y Manuel Ponce, líderes de la Organización para el Futuro de los Pueblos Mixtecos, pide se esclarezca el “horrible asesinato que sucedió”, critica que no haya avances en las investigaciones y sólo encarcelen a quien alza su voz como si la justicia estuviera a favor de los que hacen mal.
García Catarino, considera que para el buen futuro del pueblo mixteco debe prevalecer la justicia entre las comunidades, igualdad y no tanta discriminación, “estar aquí como inocente se siente feo, violan mis derechos humanos, está en el artículo siete que fue pactado con la ONU”, citó.
Del día de los hechos, García Catarino aseguró que estuvo en Ayutla de los Libres junto con su esposa en una reunión con la regidora de Asuntos Indígenas, Guadalupe Morales, quien se negó a dar declaraciones por temor a represalias, “el reportero se va como si nada, pero aquí se queda el problema” criticó.
El defensor de derechos humanos que cuenta con medidas cautelares por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, agregó que también un delegado de nombre Alfonso Reyes estuvo con él en la cabecera municipal cuando sucedió el homicidio en Juquila.
“Hay un problema grave de inseguridad, no hay ley; la gente vive de modo salvaje, no se respetan los derechos, hay personas en Ocotlán que nos tienen envidia porque estamos progresando en Juquila, (pueblo creado hace seis años por gente que se fue de Ocotlán), donde somos muchos parte de la Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco” (OFPM).
La entrevista es breve, García Catarino voltea para mirar a su esposa, con quien platica en su lengua originaria; ella lo mira, observa sus manos esposadas y le muestra las frutas que compró para el.
Afuera, uno de sus paisanos relató que hace dos semanas, uno de los dos maestros que atienden la primaria de Juquila, fue amenazado en su casa de Ayutla por ayudar a la comunidad con ciertos trámites, que según afirmaron, sólo han sido escolares. Remarcaron que cuentan recientemente con el servicio de luz eléctrica y que a ellos, también los amenazan.

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