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Van del hip hop colombiano al folk español en el Festival Acuérdate de Acapulco

Aurélie Daly

 

El Festival Acuérdate de Acapulco se puede enorgullecer de haber traído, en su tercera edición, a dos grupos excelentes, Rarefolk de España y Bomba Estéreo de Colombia; el único problema fue la falta de público. Tal vez por mala promoción o quizá por chovinismo, si se compara con la edición anterior que vio reventarse la playa Tamarindos de gente para el concierto de Café Tacuba. El hecho es que los grandes ausentes de este concierto fueron los acapulqueños.

Sin dudas es un logro llenar el lugar de vacacionistas de la capital, pero es una lástima que los locales no lo disfruten más.

¿Dónde estuvieron los jóvenes acapulqueños? Sin duda muchos no se enteraron del concierto y varios ni siquiera conocían a las bandas, aunque muchos se hubieran reconocido en el sonido tropical y festivo de Bomba Estéreo.

Qué bueno que el espacio de la playa pueda ser compartido por todos y que este festival represente la convivencia entre las edades, entre las generaciones, sin impedir la fogosidad joven, o menos joven, expresarse. El hecho de colocar sillas y hieleras a algunos metros del escenario cortó el espacio de comunicación entre el público y los músicos.

Dicotómico, el concierto se brincó del sonido céltico-rock del grupo español Rarefolk a la cumbia electro de Bomba Estéreo.

Un sonido perfecto, una gran destreza técnica, pero un público un poco frío, que no supo cómo reaccionar frente a ritmos y sonidos de otro continente. Es que la música de Rarefolk viene de lejos y cambia radicalmente de los ritmos que se suelen escuchar por aquí. Ahí no se baila suavecito como se acostumbra aquí, se baila con los pies plantados en el suelo. Si existe una música más opuesta a la salsa y cumbia que se bailan aquí, bien podría ser las danzas folclóricas celtas, danzas circulares y gaitas, de las cuales se inspira el sexteto español. Cuestión cultural, de ritmo corporal, no de voluntad, ya que las ganas de bailar se notaron y aún más las de descubrir un nuevo horizonte musical.

“Propuesta difícil en un lugar donde es una propuesta difícil”, confió el bajista, Óscar Valero, después del concierto.

Cómo sonaría una Toto la Momposina rapeando en versión electro? Pues, una Li Saumet, la vocalista de Bomba Estéreo, sería un buen ejemplo.

“Suena costeña la música”, se pudo escuchar entre los espectadores. Es que de una costa a la otra, la chica de la costa colombiana se trasladó un poco más al norte para hacer vibrar a la gente con su voz ronca, su energía y su carita bonita.

La clave es la clave. Nada de pleonasmo en esto, así se define la cumbia, no importa lo que tocas, si tienes la clave, es cumbia. Sin salir del patrón rítmico de la clave, que desde África hasta Cuba, pasó a Colombia para mezclarse con los sonidos locales, Bomba Estéreo propuso una versión revisitada del patrimonio musical de Colombia en una propuesta fundamentalmente moderna.

Quedó pendiente apreciar cómo brincaron de lo tradicional al electro, cómo pasaron subrepticiamente del sonido de sus antepasados a un ambiente de rave party.

“Hay dos cosas que no se pueden separar, es el alma y el cuerpo por eso quiero regalar esa canción con todo el cuerpo y el alma”, declaró la cantante antes de lanzar el tema de la canción El alma y el cuerpo.

“Sin el alma en el cuerpo me quemo por dentro” dice la canción, que propone reflexionar en una simbiosis de los dos para vivir “sanamente”, como dijo Li. Tal es la propuesta del grupo que busca incitar a un cambio interior, único capaz de procurar un cambio de la sociedad.

“Y así es mi raza / Mi folclor / Y esta es la cumbia que te canto yo / Y así es mi raza / Mi folclor / De bien adentro del corazón / Esta es la casa / Cuando quieras pasa”

Con Raza invitaron el público a compartir su buen humor y el elemento unificador contenido en la cumbia costeña, que sea de México o de Colombia.

Obviamente prendieron el fuego con la canción epónima que les hizo pasar a la gloria, como para anunciar que después de haberlo prendido, bastaba con dejarlo consumirse en el alma de cada uno, en recuerdo de su paso en el puerto.

El público volvió a llamar al grupo, una y otra vez, antes de dejarlos ir hacia otros horizontes, los de Estados Unidos para la promoción de su último disco, Elegancia tropical.

Los músicos recibieron un reconocimiento por parte del director del Instituto Guerrerense de la Cultura, Manuel Zepeda Mata, quien saludó las acciones de la Organización no gubernamental, Más Música Menos Balas en la persona de su coordinador nacional, Abraham Chávelas Durán.

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