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Silvestre Pacheco León

Las primeras elecciones de sufragio

¡Que el voto cuente y se cuente bien! Esa era la consigna en la izquierda después de que ganó las elecciones de 1988 pero no pudo demostrarlo por falta de representantes en todas las casillas que se hicieran cargo de contar bien los votos y de que su contenido quedara plasmado en las actas de escrutinio y cómputo.
Cuando la oposición de izquierda dejó de ser marginal y su prestigio le permitió conseguir los suficientes representantes de casilla para contar bien los votos, las elecciones en todo el país comenzaron a ser creíbles.
En la historia de la transición democrática los municipios de la Costa Grande aparecen como los primeros con elecciones efectivas debido a que la izquierda supo atender debidamente esa tarea fundamental en aquellos años de no sólo ganar la elección, sino también de tener la capacidad de demostrarlo.
En los municipios que componían el XII distrito electoral local de la Costa Grande, gracias a la atención que pusimos a la preparación electoral, los ciudadanos tuvieron confianza en las elecciones y reconocieron que las cifras que se daban de los votos, eran reales, no simuladas como antes se estilaba.
Antes de ése hecho los candidatos del PRI privilegiaban la relación con los integrantes del aparato electoral de su partido y del gobierno porque era con ello con quien había que negociar la cuota de votos requeridos.
Cuando en las elecciones empezaron a contarse efectivamente los votos los candidatos se vieron obligados a acudir a los electores para demandar su apoyo con propuestas que atendieran sus necesidades. Esa fue una de las novedades que trajo consigo la Corriente Democrática del PRI.
En 1988 cuando la euforia cardenista no cabía en un solo partido, fueron pocos los que se dieron a la tarea de garantizar que el voto mayoritario de la oposición tuviera un respaldo en la organización electoral.
Ése punto fue el que atendimos con el mayor esmero desde Zihuatanejo los fundadores del PSUM, PMS y PRD.
En las primeras elecciones locales que tuvo que enfrentar la oposición de izquierda como PRD nos hicimos cargo de la capacitación electoral de los municipios vecinos de Coahuayutla, La Unión, José Azueta y Petatlán.
Los primeros triunfos electorales de la izquierda en esos tres municipios se deben a la dedicación y profesionalismo de nuestro núcleo dirigente.
Para no decirlo de memoria recurro a mis anotaciones de aquellos años. En Zihuatanejo organizamos dos cursos de capacitación político-electoral el 30 de septiembre de 1989 dirigido a todos los miembros de los comités ejecutivos municipales y a los comisionados electorales.
Para formar las direcciones municipales del PRD se acordó que la representación fuera paritaria de cada uno de los partidos. La primera dirección regional del PRD responsable del XII distrito electoral la conformamos: Silvestre Pacheco, Jorge Carreón, Alejandro Solís, Luis Carbajal, Cruz Osorio y Ramiro Blanco. El PPS participó con el profesor Félix Echeverría, Raymundo Maganda y Pedro Lombera Farías. Por el PARM, Salvador Castro Bracamontes, el finado Felipe Ortiz Tapia y Pedro Gutierrez.
El curso se desarrolló en las instalaciones de la preparatoria 13. Cada participante se hizo cargo del gasto de los materiales de capacitación, de su comida  y transporte. En ese año que por la devaluación del peso el dinero se contaba por miles,  la cuota de inscripción fue de 5 mil pesos.
El curso comprendía los objetivos de los comisionados electorales, la vigilancia y la defensa del voto, las enseñanzas de las elecciones federales del 88 y la política de alianzas en el distrito XII.
Después el PRD procedió a la designación de sus candidatos mediante el método de asambleas populares abiertas en las cabeceras municipales a mano alzada, con los aspirantes dirigiéndose con ideas y propuestas a los electores.
Con ése método la planilla propuesta para ayuntamiento en Petatlán la encabezó Francisco Chavarría  acompañado en la fórmula de síndico por el profesor Pedro Rojas Félix el indiscutible dirigente municipal del movimiento cardenista.
En Zihuatanejo la planilla para el ayuntamiento la encabezó el profesor y Salvador Castro Bracamontes y el aguerrido abogado calentano Homero Jaramillo lo acompañó en la sindicatura.
En La Unión el candidato a la presidencia municipal fue Jorge Luis Valdovinos Luna y a la sindicatura José Luis Berber.
En Coahuayutla encabezó la planilla para el ayuntamiento el finado Magaleno Correa Ríos y Agustín González.
El mismo procedimiento se siguió para la diputación local cuya fórmula, de acuerdo con la votación emitida en cada cabecera municipal, me tocó encabezar.
Blindada la elección de todo el distrito con representantes capacitados en todas las casillas y comisionados fogueados en cada una de las instancias electorales, el triunfo en la mayoría de ellos era inminente, de manera que desde la mañana del 4 de diciembre de 1989 pudimos ofrecer los resultados que respaldaban nuestras actas con lo cual impedíamos la manipulación de las cifras en el intento de desconocer nuestros triunfos.
En Coahuayutla el PRI ganó en 11 casillas y el PRD en 21 de las 32 instaladas; en La Unión de 42 casillas instaladas el PRI ganó en 9 y el PRD en 33. En Petatlán de 52 casillas instaladas el PRI ganó en 17 y el PRD en 34.
En el cómputo de votos el resultado fue como sigue: en Petatlán para ayuntamiento el PRI obtuvo 2 mil 462 votos mientras el PRD se impuso con 3 mil 827 votos.
En la Unión el PRI sumó mil 359 votos frente a mil 664 del PRD.
En Zihuatanejo el PRI alcanzó  4 mil 982 votos frente a mil 009 del PRD.
En Coahuayutla el PRI sumó mil 170 votos y el PRD le ganó con mil 751 votos.
Para la elección de diputados el resultado fue similar. En  Petatlán el PRI obtuvo 2 mil 334 votos y el PRD 3 mil 778 votos. En La Unión el PRI mil 784 votos y el PRD 2 mil 339. En Zihuatanejo el PRI ganó 4 mil 906 votos frente a mil 042 del PRD.
En Coahuayutla el PRI alcanzó mil 179 votos mientras que el PRD se impuso por mil 672 votos.
El PRI se hizo de la diputación con 10 mil 203 votos frente a 8 mil 841 votos que alcancé a pesar de haber ganado en tres de los cuatro municipios. Al final pesó el arsenal de votos que el PRI pudo conservar en Zihuatanejo.
Ése resultado motivó el dicho aquel de don Antelmo, campesino de Las Tinajas del municipio de La Unión:
“Somos muchos cardenistas / en todo el país/ y como viruela loca / los que quedaron del PRI”.
Esa fue mi primera y última candidatura por el PRD a un puesto de elección popular.
Sería hasta siete años después con el registro del Partido de Trabajo que gané la regiduría de ecología en el ayuntamiento de Zihuatanejo.

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