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Urge regular la normatividad de los consultorios adyacentes a farmacias: INSP

Adriana Alatorre / Agencia Reforma

Ciudad de México

Aunque desde hace una década operan en el país hasta 10 mil consultorios dentro de farmacias, a la fecha no existe una norma específica que los regule y garantice la correcta práctica médica en estos sitios, coinciden especialistas.
Mauricio Hernández, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), advierte que “es urgente revisar el marco normativo de las farmacias y el reglamento de prestación de servicios médicos para establecer reglas claras sobre el funcionamiento de los consultorios adyacentes a farmacias”.
Señala que incluso, el marco normativo actual, prohíbe la comunicación directa entre farmacias y consultorios médicos.
Actualmente, la ley los incluye en los lineamientos que rigen los consultorios médicos, pero falta garantizar las condiciones mínimas de atención, un protocolo, expediente clínico, seguimiento, costo y prescripción, señaló Mario Acosta, presidente Nacional de Alianza Médica, organización que agrupa a 30 mil médicos a nivel nacional.
“No se ve a la persona como paciente; no hay expediente clínico, existe mucha rotación del personal médico y hay un grave conflicto de intereses. No hay protocolos de atención y se denigran los valores de la medicina”, denunció.
Según la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012), el 16 por ciento del total nacional de visitas ambulatorias ocurrió en consultorios de farmacias.
“Esto representa 35 millones de consultas por año, muchas más que las que da el ISSSTE”, expuso Acosta.
La mayoría de los usuarios fueron jóvenes, 52 por ciento menores de 19 años, que buscaron atención para problemas de salud agudos y a casi dos tercios de los usuarios les recetaron tres o más medicamentos.
“Ello llama la atención tratándose de pacientes jóvenes que acudieron a consulta. El problema de prescripción injustificada ocurre tanto en el sector público como en el privado, pero es indispensable instrumentar acciones para supervisar la calidad prescriptiva de los servicios”, agregó en entrevista por separado Hernández.
“Llama la atención que la más alta prescripción de tres o más medicamentos lo tienen los consultorios en farmacia, seguido de los consultorios privados y de seguridad social”, señaló el director del INSP.
Los usuarios de consultorios de farmacias gastaron más frecuentemente en medicamentos que los usuarios de otro tipo de servicios.
El promedio de gasto en medicamentos fue de 190 pesos, menor al de consultorios privados con 350, pero mayor a la de los usuarios de la Secretaría de Salud de 150 pesos.
Pero, en comparación con instituciones públicas, los usuarios de consultorios de farmacias reportaron tener menor tiempo de espera y recibir mayor información sobre los medicamentos.
Los especialistas coinciden que en la demanda de consultas en farmacias incide la poca calidad del servicio médico público.
Hernández advierte que más de la mitad de los usuarios de consultorios de farmacia están afiliados a algún seguro público de salud.
Ante este escenario, dijo, las instituciones públicas deben poner en práctica modelos ágiles de prestación de servicios ambulatorios para disminuir los tiempos de espera.
Hernández, añadió que los consultorios de farmacia cubren de forma expedita la demanda de atención médica ambulatoria y de prescripción de medicamentos que las instituciones no pueden cubrir.
Por su parte, Acosta señaló que tanto la consulta tradicional como de punto de venta no tienen esquemas de medicina preventiva que aminore las enfermedades crónico degenerativas.
“Estamos a la deriva, los esfuerzos del gobierno difícilmente se verán resultados si no se legisla y se pone orden en las consultas de punto de venta”, llamó.
Los consultorios de puntos de venta deben ser legislados, dijo, exigiendo condiciones mínimas de la atención de un paciente y un protocolo, expediente clínico, seguimiento del paciente, costo, prescripción o por lo menos riesgos al buscar un servicio que tiene mucho por dar.

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