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Exponen en Madrid fotografías del periodista Kapuscinski que documentan la caída de la URSS

Carlos Rubio / Agencia Reforma

 

Madrid

 

El periodista polaco Ryszard Kapuscinski siempre tuvo el proyecto de organizar una exposición con las fotografías procedentes de sus viajes por la ex Unión Soviética.

Pensando en ello, seleccionó personalmente una serie de imágenes, los encuadres y guardó los negativos en sobres cafés, donde permanecieron durante varios años, hasta que Izabela Wojciechowska, coordinadora de su archivo fotográfico, conformado por casi 10 mil imágenes, las expuso por primera vez en la Galería Nacional de Arte Zacheta, en Varsovia.

Wojciechowska (1954-2010) incorporó a la selección inicial fotografías procedentes del viaje realizado por Kapuscinski (1932-2007), tras 40 años de ausencia, a su Pinsk natal, gracias a lo cual el viaje fotográfico por aquellas regiones adquirió una dimensión personal.

La exposición fue también el último evento gestado, con exquisito cuidado, por Wojciechowska, redactora jefe de la Agencia Fotográfica PAP, sin duda una de las mejores editoras gráficas de Polonia.

Ese gran legado es la exposición El ocaso del imperio, una selección de 36 fotografías de Kapuscinski, la cual se exhibe desde este fin de semana y hasta el próximo 2 de junio en la Casa del Lector, en el Centro Cultural Matadero de Madrid, primer destino internacional de esta muestra.

Las imágenes son del período 1989-1991, cuando el autor recorrió las repúblicas de la entonces a punto de extinguirse Unión Soviética, y dan fe tanto de aquel hecho histórico, como del talento como reportero gráfico y la calidad artística del autor.

Como señala Carolina Wojciechowska, hija de la editora gráfica que coordinó el archivo y curadora de esta exposición, hay entre estas imágenes fotografías dedicadas al acontecimiento histórico que supuso el fallido golpe de agosto perpetrado en Moscú, así como diversas instantáneas del viaje que llevó al periodista a través del agonizante imperio soviético.

“Los paisajes con casas y cementerios se complementan con retratos humanos, porque Kapuscinski quería ante todo mostrar en toda su obra, tanto escrita como gráfica, al ser humano, su rostro, su alma, y a la muchedumbre enfrentada ante unos acontecimientos especialmente importantes como los que tuvieron lugar en la ex Unión Soviética”, dice la curadora.

En efecto, se trata de paisajes humanos, paisajes cuyo entorno se derrumbaba, y, sobre todo, paisajes que reflejan un periodismo directo, que captaba la realidad sin cinismo, como demandaba el propio Kapuscinski.

En cuanto al archivo fotográfico del periodista polaco, Carolina Wojciechowska indica que posiblemente constituya una pequeña parte de su obra fotográfica: la que se ha salvado.

“Si bien en este archivo predominan las instantáneas de África, continente en el que se habían centrado las anteriores exposiciones de la obra fotográfica de Kapuscinski, el carácter singular de El ocaso del imperio se debe precisamente a su contenido, ya que el paisaje y la temática de estas fotografías difiere de las presentadas en ocasiones anteriores, pues la única frontera geográfica que el autor cruzó en los viajes recogidos en esta exposición fue la del imperio vecino, un mundo aparentemente mucho más cercano a él, pero no por ello menos extraño”, explica la curadora.

Las fotografías de El ocaso de un imperio se alternan con textos de Kapuscinski, en los que da cuenta su fascinación por el arte fotográfico y la forma en que éste podía reflejar la realidad, aunque entre los mismos también se incluyen reflexiones personales sobre este viaje: “Recorrí más de 60 mil kilómetros atravesando la URSS, desde Brest (Bielorrusia) a Magadán (Rusia). Visité todas las repúblicas de la URSS. Viví inviernos muy crudos y veranos calurosos, condiciones en las que la mera supervivencia representaba un problema”.

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