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Desaloja la Policía Federal a maestros de la Autopista del Sol

Zacarías Cervantes

 

Chilpancingo

 

Unos mil 500 policías federales desalojaron a aproximadamente 2 mil 500 maestros que la tarde de ayer bloqueaban la Autopista del Sol y la carretera federal al sur de la ciudad.

El resultado preliminar del desalojo fue de tres maestros detenidos y medio centenar de golpeados, uno de ellos grave, que está siendo atendido en la clínica del ISSSTE.

Asimismo, según la Policía Federal, 12 efectivos fueron también lesionados y dos de ellos reciben atención médica en el ISSSTE.

También dos reporteros resultaron lesionados en la cabeza por piedras que fueron lanzadas en la refriega.

La embestida de los policías federales comenzó a las seis y media de la tarde, después de una hora de negociaciones por parte del jefe de la policía, quien se presentó con el seudónimo de “Espartaco”.

La acción policiaca encontró la resistencia de los maestros y estudiantes de las escuelas normales por espacio de 40 minutos, tiempo en el que arrojaron piedras, palos y envases prendidos con gasolina.

Uno de los proyectiles hizo blanco en la nariz precisamente de “Espartaco”, mientras que los uniformados arremetieron a empujones con sus escudos y a golpe de tolete en contra de los profesores y estudiantes para replegarlos.

La orden de desalojo se dio después del rompimiento por enésima vez del diálogo entre los miembros de la comisión política del movimiento integrada por maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), del Sindicato Único de Servidores Públicos al Servicio del Estado (SUSPEG), de la fracción institucional de la sección 14 del SNTE y de estudiantes de las 9 normales públicas del estado.

Los dirigentes se habían reunido a la una y cuarto del día con Ángel Aguirre Rivero en la Casa Guerrero, donde recibieron la negativa del gobernador de reenviar al Congreso las reformas y adiciones a la Ley Estatal de Educación que los diputados locales rechazaron el martes pasado.

Aguirre Rivero también les dijo que ya no hay marcha atrás a la reforma educativa federal y les advirtió que les aplicaría la ley.

Para entonces, los maestros ya habían comenzado una marcha que partió de su plantón ubicado en los alrededores de la CETEG; tomaron primero el carril de baja velocidad de la Autopista del Sol de norte a sur, y posteriormente el carril de alta velocidad.

Apenas habían caminado un kilómetro cuando detuvieron su marcha, y de las dos a las cuatro de la tarde permanecieron bloqueando ese carril frente a las instalaciones del Cebtis, a unos 100 metros de la Procuraduría de Justicia del estado.

Ahí recibieron de parte de la comisión política la respuesta del gobernador, y luego de dos horas y media de deliberaciones por regiones, decidieron seguir la marcha hasta el entronque a la  Autopista del Sol, en donde comenzaron a bloquear ambos sentidos de esta arteria, así como la carretera federal.

Bloqueo total a las 5 de la tarde

 

El bloqueo total comenzó a las cinco de la tarde al grito de: “se ve, se nota, en Guerrero no hay derrota”, así como “porque el color de la sangre jamás se olvida, los masacrados serán vengados, ¿y quién los vengará?, el pueblo organizado”, en referencia al desalojo violento que ocurrió precisamente en este mismo lugar el 12 de diciembre del 2011, con saldo de dos normalistas de Ayotzinapa asesinados por policías estatales y federales.

Apenas habían transcurrido unos 20 minutos de bloqueo, cuando aparecieron por los carriles de norte a sur varias patrullas y camiones llenos de policías federales, quienes de inmediato comenzaron a descender de las unidades. Unos mil 500 en total, quienes llegaron en 23 camiones  y en unas 20 camionetas.

Al frente se colocó “Espartaco”, quien buscó a los dirigentes del movimiento, pero no aparecieron ni Gonzalo Juárez Ocampo ni Minervino Morán Hernández.

Fueron dirigentes provisionales los que dialogaron con el jefe policiaco, quien les dijo que el bloqueo había provocado ya que muchos automovilistas quedaran varados en ambos sentidos de la autopista, “y me están pidiendo que les abra el paso”, dijo.

Mientras tanto los ánimos de los manifestantes se encendían y respaldaban a la comisión que dialogaba con el jefe policiaco, mediante consignas como “que sube, que baja, aquí nadie se raja” , o con gritos a los policías de que mejor se fueran a agarrar a los narcos.

Mientras “Espartaco” hablaba con la comisión, a unos 100 metros los más de mil policías habían tomado posiciones en ambos carriles de la autopista. Escudo al frente y toletes en mano.

“Vengo a invitarlos. Estamos de acuerdo en que ustedes se estén manifestando, hay libertad de expresión, pero tenemos gente atrás que nos está pidiendo el apoyo para poder circular, no va a haber confrontaciones de la Policía Federal con ustedes. Sólo venimos a invitarlos, vamos a agotar todas las instancias por parte de su servidor”, les dijo.

Los dirigentes al frente le respondieron que consensarían con la base  y uno de ellos le dijo que su lucha es tranquila, “no venimos a provocar, somos docentes y no queremos que se repita lo del 12 de diciembre”, en referencia al desalojo de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. Y agregó: “pero si ustedes definitivamente quieren sangre, pues va a haber sangre”.

También dirigiéndose a los reporteros dijo que “le decimos a Aguirre Rivero que si quiere otro Aguas Blancas lo va a tener”, en referencia a la masacre de 17 campesinos en 1995.

Y sobre el presidente Enrique Peña Nieto dijo que si también quiere otro San Salvador Atenco, “también lo va a tener”, en referencia a las acciones represivas ordenadas por el entonces gobernador del estado de México.

El jefe policiaco explicó que un notario había certificado que no llevaban armas y les dijo que de su parte agotaría hasta la última instancia, “les digo una cosa, soy mexicano y como mexicano represento a una autoridad, y atrás de nosotros hay muchos mexicanos, por eso les pido a ustedes que actúen con mucha cordura. Ustedes son maestros y les pido a ustedes que demuestren que hay civilidad de su parte”, les dijo, y después les dio de 5 a 10 minutos para que tomaran una decisión.

Sin embargo los maestros pidieron media hora, pero tras un estire y afloja ambas partes convinieron un plazo de 20 minutos. Los acuerdos se tomaban mientras los maestros entonaban el himno nacional, como para disuadir la embestida policial.

En un segundo diálogo, la respuesta de los maestros fue de rechazo a desbloquear las arterias.

“Pues ustedes digan qué hacemos, no vengo con ningún plan de desalojarlos sino a agotar todas las instancias, pero en ustedes debe caber la prudencia y a exhortarlos para que depongan su actitud. Si ustedes deciden, ahorita mismo repliego a mi gente y ustedes continúan su camino”, dijo “Espartaco”.

A pregunta de los reporteros, el jefe policiaco evitó en todo momento responder que la orden que llevaba era desalojar a los maestros, “sólo vengo a pedirles a que depongan su actitud, que desalojen la vía federal, aquí no va a haber mártires”, dijo, mientras a cada momento por teléfono recibía instrucciones.

A las seis de la tarde llegó el director de Gobernación, aparentemente con instrucciones del gobierno del estado para dialogar también con los dirigentes, sin embargo no logró entablar contacto.

En un tercer contacto los maestros volvieron a rechazar el repliegue y el jefe policiaco pidió que cuando menos un carril fuera desalojado, y esta vez les dio cinco minutos, que se prolongaron a 20, y al final dio la orden de avanzar a sus elementos hasta quedar a unos 20 metros de los maestros, los de enfrente con palos y tubos, y los de atrás con piedras. Estaban dispuestos a hacer frente a los uniformados.

El jefe policiaco nuevamente se acercó y les dijo a los dirigentes: “en ustedes queda que entren en cordura, hay terceras personas, mujeres y niños”.

El profesor Manuel Rodríguez, uno de los miembros de la comisión que dialogó con el jefe policiaco, dijo entonces que el acuerdo de las bases fue no retirarse, “ellos son los que nos van a agredir, nosotros nos mantenemos. Esa es la fuerza del Estado. Nosotros somos maestros que defendemos la educación gratuita y ellos nos responden con represión. Hacemos responsable al gobernador de lo que pueda pasar aquí”, dijo.

La orden definitiva del desalojo ocurrió a las 6 con 20 minutos. Los uniformados avanzaron escudos al frente y llegaron hasta la primera fila de los maestros y comenzaron a embestir, a empujar, y los maestros respondieron con los palos y los tubos que azotaban contra los escudos.

Un helicóptero que estaba sobrevolando la zona desde unos 20 minutos antes, descendió bajito y el aire esparció polvo y basura por el lado donde se encontraban los maestros, que comenzaron a replegarse; ya para entonces lanzando piedras y tubos sobre el grupo de uniformados, que respondieron lanzando gases lacrimógenos contra los maestros.

A los extremos comenzó la persecución. Uno de dos hombres que antes del desalojo habían estado provocando a los policías como para forzar la agresión policiaca, fue detenido pero algo les dijo a los uniformados y de inmediato fue soltado.

Dos maestros más no corrieron la misma suerte y fueron arrastrados a orillas de los carriles de sur a norte.

Mientras el contingente mayor era replegado a empujones con los escudos hacia uno de los accesos al carril de sur a norte, por la tienda de Liverpool. Por ese lado comenzaron los maestros a lanzar botellas con gasolina encendidas a los policías, pero no alcanzaron a  hacer daño.

Sólo una piedra hizo blanco en la nariz de “Espartaco”. Pero los golpeados eran mucho más por parte de los maestros, quienes caían al pavimento, pero después se levantaban a seguir resistiendo. La refriega duró unos 40 minutos; las piedras que lanzaban los maestros y normalistas eran regresadas por los policías.

Los maestros fueron replegados hasta el encauzamiento del río Huacapa, hasta atrás de la gasolinera Eva -II, en donde los maestros resistieron la embestida. Frente a la tienda Liverpool, un niño de 8 años quedó atrapado entre los maestros y fue rescatado por el visitador general de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos, Hipólito Lugo Cortés, quien los llevó con su familia al interior de la gasolinera.

Finalmente los maestros fueron replegados a las 7 con 20 minutos hacia los dos carriles del encauzamiento y de allí emprendieron el regreso hacia su plantón, que mantienen afuera de las instalaciones de la CETEG.

 

Tres maestros detenidos y unos 50 golpeados

 

Vía telefónica una hora después de la refriega, el vocero de la CETEG, Minervino Morán Hernández, informó que el resultado preliminar del desalojo fue de tres detenidos; Mario Dorantes García, Raymundo Ramírez y Patricio Catana.

Insistió que el dato era preliminar, pues hay muchos maestros que no regresaron al plantón y que se desconoce si algunos de ellos fueron detenidos o se retiraron a sus casas. Informó que por la noche realizarían la evaluación y el recuento.

Sin embargo, después de las 12 de la noche, Minervino Morán informó que dos de los detenidos en la PGR son el maestro de Chilapa, Mario  Durán Torres, y el padre de familia Salvador Corona ,pero que desconocía cuántos más estaban detenidos. “Hay mucho hermetismo en la PGR, no tenemos acceso, para saber cuántos más, no los han presentados. Sabemos que los tienen en algún lugar. No sabemos dónde. No los han presentado, tal vez mañana”.

También más de medio centenar de maestros fueron golpeados, uno de ellos dijo que estaba grave en la clínica del ISSSTE de esta capital. Mientras que de parte de los uniformados, según información de los jefes del operativo, hubo 12 lesionados, sin embargo se confirmó que sólo dos de ellos reciben atención médica en el ISSSTE.

Uno de los policías lesionados fue precisamente “Espartaco”, por la pedrada en la nariz.

Asimismo, el corresponsal del diario Excélsior, Abel Miranda Ayala, fue descalabrado con una piedra, igual que el corresponsal de la revista Alarma, Carmelo González.

Otros dos reporteros fueron jaloneados al ser confundidos por los uniformados. Asimismo, cuando menos tres vehículos particulares sufrieron daños al ser alcanzados por las piedras, palos y golpes de ambos lados.

De las organizaciones sociales que venían anunciando su respaldo al movimiento magisterial solamente se vieron durante le refriega al dirigente de la Organización Popular Vicente Guerrero y promotor de la Policía Comunitaria en Ayutla y Tixtla, Gonzalo Molina; el secretario técnico de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Manuel Olivares Hernández, y el director del Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), Javier Monroy Hernández.

También estuvieron 10 observadores de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos encabezados por el visitador general, Hipólito Lugo Cortés.

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