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Arrojan cada día cientos de toneladas de escombro en la Curva del Capitán

Karla Galarce Sosa

Cientos de toneladas de escombro, tierra y basura son arrojados todos los días en la cañada conocida como la Curva del Capitán, donde aún se construye la carretera a cuatro carriles del tramo Mozimba-Pie de la Cuesta.
Además, aunado a este tiradero de escombro en la carretera nacional, hay una tienda de autoservicio, cuyos cimientos fueron edificados sobre el área de escorrentía de la cañada, zona donde hay casas construidas y que también reciben escombro de todo tipo.
En una visita al lugar, se pudo observar que tres camiones de volteo tiraban restos de asfalto a la cañada, donde ya se formó una cortina de desechos de al menos 200 metros de altura, evidente cascajo de obras carreteras, de casas, edificios y de basura de construcciones.
Ese tramo de carretera, que se caracteriza por el frecuente corte de la vía cuando llueve a consecuencia de una fuerte corriente de agua, ahora pretende ser rellenado con escombro.
De acuerdo con vecinos de la zona, todos los días se vierten al menos 30 cargas de camiones de volteo con diversos materiales, pero que la mayoría se componen de asfalto, concreto y tierra, resultado de obras de diversos tipos que incluyen también ladrillos y bloques de cemento.
En el sitio hay un letrero con logotipos del gobierno federal pasado, en el que se indica que el tramo construido es del kilómetro 5+064.1.
La escasa vegetación que existe en la cañada está semienterrada por tierra y basura. Bajo el antiguo puente de la carretera había una cuadrilla de trabajadores del Ayuntamiento que limpiaban la maleza, acciones que son previas a la llegada de la temporada de lluvias y que sirven para evitar el azolve de los canales.
El puente edificado aún permanece cerrado por montones de tierra aunque transitan por él motociclistas quienes acortan la distancia y evitan la pronunciada curva donde pasan los vehículos de la ruta Pie de la Cuesta-Centro.
En el lugar se pudieron observar apenas cuatro trabajadores que portaban chalecos de la obra, una grúa para el manejo de equipo pesado y camiones de volteo que tiraban su carga en la cañada.
A un costado de la tienda de autoservicio Soriana Express se observan también pilares que sirven de cimiento a una posible ampliación del lugar, pero que fue rellenado con tierra y escombro, material que también sirvió como piso de un tramo del nuevo puente.
En 2008, inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), clausuraron la edificación de una obra que afectó una superficie que abarcó más de 200 metros cuadrados de superficie en el paraje El Derrumbe, donde se localizó un relleno con materiales y escombro, pero debido a que la obra tenía inclinación, ésta provocó que los materiales llegaran directamente a los márgenes del acantilado y al lecho marino, afectando la flora y fauna del lugar.

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