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Bloquean los maestros otra vez la autopista y se retiran en presencia de la Policía Federal

Zacarías Cervantes y Luis Blancas

Chilpancingo

Policías federales e integrantes del ahora llamado Movimiento Popular Guerrerense, integrado en su mayoría por maestros y estudiantes de las nueve normales públicas del estado, se amagaron ayer, cuando los segundos bloqueaban nuevamente la Autopista del Sol y la carretera federal, al sur de esta capital, mientras que los primeros, comandados nuevamente por Espartaco, amenazaron con desalojarlos.
Esta vez solamente se llegó al amago, pues tras casi media hora de negociaciones entre el Comandante Espartaco y uno de los integrantes de la comisión negociadora del movimiento, Mario Zamora, convinieron un repliegue mutuo.
Los aproximadamente cinco mil maestros, estudiantes y muy pocos padres de familia e integrantes de organizaciones sociales, regresaron en marcha al Congreso local, donde se instalaron en plantón, mientras que los aproximadamente mil 500 policías, esta vez divididos en dos contingentes; uno que llegó de norte a sur y el otro de sur a norte, se apostaron a orillas del carril de la carretera de norte a sur, por donde pasaron de regreso los manifestantes que no cesaron en lanzar consignas a los uniformados y a su jefe que ordenó el desalojo el 5 de abril pasado.
Lo anterior ocurrió después de que los miembros del Movimiento Popular Guerrerense realizaron otra marcha que partió del plantón que se encuentra en los alrededores del edificio de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), y que a partir del martes pasado abarcó hasta la avenida Ruffo Figueroa, frente a las oficinas de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), que fueron nuevamente bloqueadas.
La movilización empezó poco después de las 12 del día y recorrió de norte a sur el bulevar Vicente Guerrero hasta llegar a donde se dividen la Autopista del Sol y la carretera federal, al sur de la ciudad. Allí, a las 13:40 horas comenzaron a bloquear los dos carriles.
Simultáneamente a la movilización, en el Congreso local se realizaba una reunión entre la comisión negociadora del movimiento con una comisión de disputados, encabezada por el presidente de la Comisión de Gobierno, Bernardo Ortega Jiménez.
También participaba en ella como facilitador de los acuerdos el diputado federal perredista Catalino Duarte Ortuño.
Y en el lugar de la protesta, mientras se realizaba el bloqueo, el desafío de los manifestantes hacia la Policía Federal, incluso cuando ésta todavía no llegaba, era constante a través de pancartas y consignas.
Por ejemplo, en una pancarta se leía: “miles de policías nos están esperando, mientras la delincuencia está gobernando”.
Asimismo, se escuchaban consignas como “con los maestros son cabrones, con los narcos maricones”. Además de la ya tradicional: “que sube que baja, aquí nadie se raja”.
Entre retos transcurría la protesta cuando a las 14:25 horas comenzó a sobrevolar la marcha un helicóptero de la Policía Federal. La aeronave fue recibida con rechiflas y con brazos apuntando tubos y palos hacia el aparato.
A las 14: 55 se avistó la vanguardia del contingente de policías federales antimotines en la elevación del puente que se encuentra a la altura del Centro de Readaptación Social, y nuevamente se escucharon rechiflas y gritos de los manifestantes. Simultáneamente, los de enfrente alzaban palos y tubos.
Los policías, escudos al frente, cascos en la cabeza y toletes en la mano derecha, avanzaban resueltos, pero de improviso se detuvieron a unos 200 metros de los marchistas.
Avanzó sólo un grupo de seis elementos. Era “Espartaco” con los integrantes de su escolta que buscaban negociar con la dirigencia del movimiento el retiro del bloqueo de la carretera. Lo encontró el profesor Mario Zamora para dialogar a nombre del movimiento.
El jefe policiaco, igual que el 5 de abril, cuando ordenó el desalojo, les dijo que el bloqueo había provocado ya que muchos automovilistas quedaran varados en ambos sentidos de la autopista, “y me están pidiendo que les abra el paso”, dijo.
Mario Zamora respondió que primero se comunicaría con los integrantes de la comisión negociadora que estaban reunidos con los diputados en el Congreso local, “y ahorita vemos, ¿sale?”
–Muy bien, yo lo invito al diálogo como debe de ser y como muy buenos ciudadanos que somos –dijo Espartaco.
–También somos mexicanos, somos pueblo y de Guerrero, con historia –dijo el dirigente magisterial.
–Y aquí estamos para servirle, señor –respondió el jefe policiaco.
–Que no se les olvide que están en Guerrero.
–No, al contrario.
El dirigente magisterial y el jefe policiaco convinieron en un plazo de 15 minutos.
Después, en declaraciones a los reporteros, el dirigente magisterial dijo que “cuando estamos seguros que luchamos por una causa justa, por un derecho que nos corresponde a todos los mexicanos no se tiene miedo a nada, y eso que les quede claro, miedo no tenemos”.
Mientras tanto, el contingente arreciaba con sus consignas contra los policías: “esos son, esos son los que traicionan a la nación”, “esos son, esos son, los que fomentan la corrupción”. También entonaron el himno nacional y el canto “Venceremos”.
Transcurridos 10 minutos nuevamente el jefe policiaco se acercó y el dirigente magisterial le pidió otros 10 minutos, petición que aceptó Espartaco.
En cada lapso la tensión aumentaba. El desalojo se veía inminente. Mientras las consignas de los maestros y estudiantes eran una declaración de guerra: “12 de diciembre no se olvida, es de lucha combativa”. También se personalizaron para el jefe policiaco: “Espartaco culero, ya vete de Guerrero”, “Espartaco reprimiste y venimos por el desquite” y “Espartaco se tardó, en los calzones se cagó”.
A las 3: 35 se vencieron los 10 minutos y el jefe policiaco volvió a acercarse al dirigente Mario Zamora, quien le informó que tras una consulta a la base llegaron al acuerdo de que avanzarían de regreso “a resguardar la comisión” que se encontraba en el Congreso.
Esta vez fue el contingente movilizado el que dio tiempo al jefe policiaco para que replegara a sus policías, que se encontraban en los dos carriles, de norte a sur y de sur a norte, para que pudieran avanzar por ellos rumbo al centro los maestros y estudiantes.
Los policías fueron replegados a la orilla del carril de norte a sur y frente a ellos tuvo que pasar el contingente de maestros gritando sus consignas y blandiendo palos y tubos. Sin embargo el paso de los marchistas frente a los policías ocurrió sin incidentes.
Los manifestantes caminaron por los dos carriles hasta el Congreso del estado, donde se encontraba su comisión negociadora en una mesa de diálogo con los diputados. A esa hora, según se informó ya los diputados habían recibido la propuesta de reformas y adiciones a la Ley Estatal de Educación y solamente estaban discutiendo el mecanismo para su discusión y en su caso aprobación.
Los maestros y normalistas levantaron su plantón del Congreso local a las 6 y media de la tarde y se retiraron a su plantón de la CETEG, luego de que hubo el compromiso de los diputados de que este viernes continuarían con la mesa de revisión a la propuesta de reformas.

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