Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

*Más candidatos que electores

Sí, ya sé que muchos andan con la muina y el fastidio por tanta grilla colgada de muros y postes, impresa en periódicos, sonando en radio y perifoneos, de tantísimos aspirantes a cargos de elección popular.
Inches políticos, casi los oigo rumiar en silencio, susurro o en voz alta, y no es para menos, que el mitote se armó en grande.
Pero no hay que ser, siempre agarramos a los pobres de nuestros puerquitos, siempre son ellos razón de nuestros males sociales y motivo de nuestras frustraciones ciudadanas.
Siendo honestos, y pensándolo mejor, con frialdad republicana, calma institucional, madurez democrática y un poquito de ánimo buena onda, parece lógico, natural y hasta positivo, que de pronto haya tantísimos guerrerenses (porque antes que políticos, son paisanos) tirándole con singular desparpajo a lo más alto del escalafón jerárquico del hueso electoral, los más guapos, y el resto de ahí pa’ bajo, a lo que caiga o vayan dejando, de jodido una suplencia legislativa que, así como acostumbran, más temprano que tarde pedirán licencia en busca de otro hueso.
Es lógico que haya tantísimos aspirantes, dada la inédita concurrencia del próximo proceso electoral, cuando de golpe y porrazo elegiremos a un presidente de la República, tres senadores, nueve diputados federales, 46 locales, 81 alcaldes y vaya usted a saber cuantísimos regidores.
Es natural que la alternancia democrática en el poder estimule la participación abierta y multitudinaria de viejos y nuevos militantes partidistas, libres del control antidemocrático del viejo régimen.
Y es incluso positivo, pues la marabunta participativa nivela un poco la verticalidad tradicional del poder político en México.
Pero es más lógico y natural que haya tantísimos guerrerenses en busca de chamba y salario, siendo el nuestro un estado tan pobre, y siendo el gobierno el principal empleador y el mejor pagador de todo el mercado laboral, público y privado.
De lo que no estoy seguro es que sea positiva la apertura coincidente de tantas vacantes tan bien remuneradas.
Nada más súmele y multiplíquele las 140 vacantes (sin contar regidores), por tres (candidatos en promedio), y el total, multiplíquelo de nuevo por tres (suplentes de cada candidato). Luego, al resultado súmele lo que le dé al multiplicar… digamos 8 (regidores en promedio) por 81(ayuntamientos).
Y eso sin contar los pre aspirantes a pre candidatos a cada cargo, por cada partido político, ni la bola de gente que anda tras ellos.
Si le cuadran los números, le agradeceré que me mande por e-mail el resultado, porque a mí, la neta, me dio güeva aplicar tanto esfuerzo, para saber lo que ya sé: un chingo de guerrerenses anda metido en la grilla electoral.
Por eso hasta un loro dice “yo también quiero”, desde el medallón de un camión urbano de Acapulco.
Por eso un amigo escribió un cuento acerca de un pueblo en el que todos sus habitantes se registran como candidatos a alcalde… menos uno, quien harto de la locura colectiva, decide mudarse a otro pueblo con menos grilla, dejando a los candidatos, sin electores.
Por eso no estoy seguro de que sea positivo para la democracia el que haya tantísimos tiradores. Porque con tanto tumulto, mitote y griterío, nos atarantamos todos, políticos y ciudadanos, y al final, unos pocos terminan agandallándose casi todo, como siempre.
El loro resume la reacción ciudadana ante la marabunta: critica y humor, irritada y sarcástico, pero sólo eso.
Se nos olvida, o pretendemos olvidar, que de cualquier forma, nuestro presidente, nuestros senadores, diputados federales y locales, alcaldes y nuestros regidores, serán electos en julio de 2012. Nada más y nada menos que las autoridades y representantes populares que dirigirán y decidirán los destinos de todos durante los próximos años.
Por eso no estoy seguro de que sea positivo para la democracia el que haya tantísimos tiradores. Porque en el griterío resultante, a nadie se le entiende nada, y porque con tantos pre candidatos, a todos se nos olvida por qué necesitamos elegirlos.

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