Exhiben ante un auditorio repleto documental sobre los nahuas de Guerrero en el festival Ambulante

Abraham Chavelas

“Hacer cine es más parecido a la carpintería, es un oficio que con los años se perfecciona…”, comentó Roberto Olivares, director de Silvestre Pantaleón, documental que se presentó ante un auditorio lleno en el Fuerte de San Diego la tarde de este martes.
Silvestre Pantaleón es la primera producción mexicana que ha ganado el Premio Tehuikan, por ser la Mejor Obra de la edición XXI del Festival Présence Autochtone en Montreal, Canadá.
Filmada en Guerrero, en la comunidad de San Agustín Oapan (a la orilla del río Balsas), es un trabajo que retrata la lucha cotidiana de un anciano, particularmente en su trabajo, la elaboración de lazos de fibra de maguey. “Si bien la historia habla del lazo, quisimos mostrar el lado humano, no tanto cómo se hacia el lazo, sino el proceso personal de don Silvestre”, agregó el director.
“Jonathan D. Amith –co director– tiene 20 años haciendo una investigación sobre el náhuatl en la comunidad, entonces es prácticamente de su familia, eso nos ayudó muchísimo para que la gente se sintiera cómoda con la cámara”, indicó cuando se le preguntó sobre las complicaciones para la realización del registro.
El documental está grabado totalmente en náhuatl, de lo cual el director apuntó “fue complicado por el lenguaje, no se náhuatl, entonces el grabar y no entender nada no nos permitía saber en qué momento decían algo importante hasta después, eso complica algunas tomas”.
Sobre como poco a poco se han ido perdiendo las raíces de ésta, una de las lenguas más importantes de nuestro país, comentó: “ es compresible que un padre de familia prefiera no enseñarle náhuatl a sus hijos porque la sociedad los discrimina, y para que no sufran algunos optan por solo enseñarles español… con una sola generación que no transmita las raíces, que no enseñe el lenguaje materno, es suficiente para perderlo”.
Silvestre Pantaleón es parte de la séptima gira de documentales Ambulante, que finaliza mañana.