Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza*

Sabiduría popular

El poder más peligroso es el del que manda pero no gobierna. Gonzalo Torrente Ballester.

En uno de los tantos bloqueos a la libertad que hemos padecido en los últimos días en Guerrero por parte de los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación, en su peor enseñanza dada a sus educandos, que espero sea la lección en la que todos sus alumnos salgan reprobados, porque ¿qué nos esperaría en una sociedad en la que a sus ciudadanos se les dé por educación, por formación académica, violar los derechos y libertades de los demás?, me subí a un taxi para trasladarme a un lugar de esta capital del estado, y fue ahí en donde escuche el sentir de la sociedad representada en un modesto y honesto chofer de taxi.
José, un taxista de ya entrados años, me dijo que nunca nadie había cancelado las libertades en Chilpancingo como lo han estado haciendo los maestros en los últimos días, ni el ejército en los peores días de Raúl Caballero Aburto durante la lucha popular por la autonomía de la universidad.
Yo le dije que era diputado y con un poco de asombro me dijo que nunca había tenido como pasajero un diputado, o que a lo mejor sí pero que tal vez prefirieron ocultárselo; me dijo que le hiciera un favor, que hablara por él en la tribuna de este Congreso, y yo le dije que por supuesto que lo haría.
José, ciudadano guerrerense, pregunta a los maestros de la CETEG ¿por qué se tardaron en  protestar cuando ya la reforma educativa había sido aprobada en la Cámara de Diputados en la ciudad de México? ¿Por qué no fueron a protestar a  la ciudad de México, con Enrique Peña Nieto o con los diputados del Congreso de la Unión quienes la propusieron y la aprobaron?
¿Por qué enfocarse en la figura del titular del Poder Ejecutivo del estado y en el Congreso local como si el objetivo fuera el de mediante la confrontación obtener más poder en lugar de mejorar la educación de los niños y niñas guerrerenses? ¿Por qué muchas personas que participan en su movimiento al preguntarles qué cosa quieren contestan que vienen porque les han prometido cosas que no tienen nada que ver con la educación?
¿Por qué Guerrero es de los estados en que más se gasta en educación y es de los que más mal salen en las evaluaciones nacionales tanto de maestros como de alumnos? ¿Por qué reclamar una obligación a los poderes del estado dejando de cumplir la suya que es la de dar clases a los niños y niñas guerrerenses?
¿Por qué violentar y desestabilizar al estado con su llamada lucha si hay mecanismos institucionales como el amparo para oponerse con la razón a las leyes que se aprueban en el país?
¿Por qué sólo en Guerrero está ocurriendo esto y no en los demás estados de la República, como en Oaxaca, en donde el líder del magisterio disidente ha dicho que no van a suspender clases con sus movilizaciones?
¿Por qué recurrir a acciones ilegales para conseguir algo legal? ¿Por qué violar la ley para conseguir una ley? ¿Por qué exigir como delincuentes que se les trate como ciudadanos? ¿Por qué esa contradicción en su comportamiento?
En fin, éstas son las preguntas que se hace no sólo José, sino amplios sectores de la sociedad, en donde de acuerdo a encuestas publicadas nueve de cada diez mexicanos no están de acuerdo con su llamada lucha y  ocho de cada diez está de acuerdo en que se les descuenten los días que dejan de ir a trabajar. Los maestros de la CETEG tienen que dar respuesta.
No se puede legislar a la medida y con la bota en el cuello, de aprobar lo que exigen los maestros de la CETEG sería la primera ley dictada desde la dictadura de unos cuantos, pero lo que se ha conseguido con violencia y de manera dictatorial, no puede tener una vigencia democrática, no podemos legislar con estrangulación de las libertades sino con razón y diálogo, ésa es la lección que deben aprender los maestros de la CETEG.
Lo que le ha quedado claro, sobre todo con la actitud de barbarie adoptada ayer en el Congreso Estado en donde está representado, quieran o no quieran los maestros de la CETEG, el verdadero supremo poder de la voluntad de los guerrerenses,  es que no tienen como objetivo la educación en el estado; lo que quieren es conservar los espacios de poder que han ganado para seguir decidiendo lo que a sus intereses económicos y políticos convengan: entrega indiscriminada de plazas, evaluación a la medida, ascensos de escalafón de acuerdo a una selección sectaria.
Parece ser que los integrantes de la CETEG le temen a una evaluación no diseñada por ellos mismos, ¿ya se les olvidó esa máxima que la escuela no hace al alumno sino el alumno a la escuela? Como maestros ¿qué tipo de escuela han hecho de Guerrero?
Lo que le ha quedado claro a la población es que en esta movilización hay más intereses de poder, de desestabilización, intereses políticos de viejas rencillas, que objetivos educativos, es ya vox populi que atrás de este movimiento están los enemigos políticos del titular del Poder Ejecutivo.
Ayer los maestros de la CETEG mostraron poder pero no inteligencia, no señores, mientras Guerrero siga sometido a los intereses políticos de los grupos de poder que hay no sólo en la sociedad, sino en los partidos y en los propios poderes del estado,  nuestro estado no podrá desarrollarse y resolver los problemas que lo tienen sumido en la ignorancia, la pobreza y el atraso.
Si de veras lo que se están exigiendo los maestros de la CETEG corresponde al sentir de la población, propongo que llevemos esta iniciativa a referéndum, apruébese aquí lo que dictatorialmente se quiere imponer, y estoy seguro que el verdadero pueblo, la sociedad, daría un revés a la CETEG.
Vuela vuela palomita y ve y dile: a los maestros de la CETEG que yo votaría a favor de lo que están proponiendo, si dan respuestas convincentes al ciudadano José, aunque sé que no lo van hacer, porque para ellos la educación no es solución.
* El autor es diputado local del Partido Acción Nacional (PAN).

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