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Marchan más que el 10 de abril, bloquean la autopista, y hacen plantón en el Congreso porque no hubo respuesta

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Una pancarta sintetiza todo: “Aguirre, estamos hasta la madre de tu política bipolar”. El que la porta es don Moisés González, quien viene de San Nicolás Zoyatlán, municipio de Xalpatláhuac, ubicado en La Montaña.
Camina casi en la retaguardia de la marcha que a la una de la tarde se despliega en 8 kilómetros del bulevar Vicente Guerrero, tramo que conecta a la Autopista del Sol, al sur de la ciudad.
El mensaje de la pancarta de don Moisés pudo explicar cómo, ayer, el Movimiento Popular Guerrerense volvió a cumplir sus expectativas y superar en número la marcha del 10 de abril.
En la de ayer, el movimiento logró movilizar entre 70 mil y 80 mil personas, 200 mil según los organizadores. En esta segunda mega marcha, participaron más que en la del 10 de abril, cuando se calcularon más de 50 mil manifestantes y los organizadores dieron la cifra de 100 mil.
Además, en la protesta hubo la participación de organizaciones políticas y sociales disímbolas.
A las 10 de la mañana comenzó la concentración en los alrededores del Museo Interactivo La Avispa, Bodega Aurrerá, en el patio de las oficinas del DIF estatal y a lo largo de la avenida Ruffo Figueroa.
Los que llegaban –ya los maestros y estudiantes se encontraban en su plantón en los alrededores de la CETEG– eran padres de familia, integrantes de organizaciones sindicales como el Frente Único Estatal de Representantes de Sindicatos Autónomos (FUERSA), de organizaciones indígenas como la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), agrupaciones políticas como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de organizaciones sociales como el Movimiento Social de Izquierda (MSI), Asociación Genaro Vázquez Rojas y el Movimiento Popular Lucio Cabañas.
También había comisiones de maestros que vinieron de Michoacán, Oaxaca, estado de México y Chiapas, o de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que vinieron a dar su respaldo a los maestros y estudiantes de las normales públicas de Guerrero que se manifiestan en contra de la reforma educativa del presidente priista Enrique Peña Nieto y promovida en Guerrero por el gobernador perredista Ángel Aguirre Rivero.
“Va a caer, va a caer, la reforma va a caer”, se escuchó la primera consigna a través del aparato de sonido que estaba colocado adelante del primer contingente, en coro.
Los del primer contingente repitieron la consigna y fue la señal de partida poco después de las 10 y media. En el puente que  da paso a la avenida Ruffo Figueroa la vanguardia enfiló por el carril de baja velocidad rumbo al sur de la ciudad y unos 100 metros adelante los marchistas invadieron los carriles de alta velocidad de la autopista, de norte a sur.
“Aguirre Rivero,  ya vete de Guerrero”, “Gaviota, Gaviota, tu marido es un idiota”, “cuidado con Guerrero, estado guerrillero”, eran algunas de las primeras consignas de los marchistas que se escuchaban a lo lejos.
Mientras que el orador  en el aparato de sonido hacía las primeras advertencias a los diputados locales: “que le midan y le piensen bien a lo que van a hacer, porque este movimiento está preparado para llegar hasta sus últimas consecuencias. El problema está en manos de los diputados. Nosotros no vamos a permitir que gente sin escrúpulos cambie nuestra propuesta”.
Y es que ya para las 11 de la mañana, se suponía que los diputados debían estar comenzando la sesión para discutir y aprobar en el Congreso las reformas y adiciones a la Ley Estatal de Educación, con las propuestas que acordaron los maestros y estudiantes con la fracción del PRD.
Sin embargo, del Congreso llegaba la información de que ni siquiera habían llegado todos los diputados del PRD.
La marcha siguió a paso lento obstaculizando el paso vehicular por los carriles de norte a sur, rumbo a Petaquillas. “Urgente, urgente, evaluar al presidente”, seguían las consignas y a cada paso que se escuchaba ésta, los manifestantes se mofaban del presidente Enrique Peña Nieto, que hace unos días dijo que la capital de Veracruz era Boca del Río.
Pasaba el contingente por el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (Cebtis), cuando en los carriles de sur a norte pasaron varios camiones con policías federales, y los miles de manifestantes enfilaron hacia ellos sus tubos y garrotes expresando, a su vez, una rechifla y expresiones de rechazo. “Espartaco, Espartaco, dónde estás, dónde estás, ya nos regresamos, ya nos regresamos y no estás”, entonaron en señal de reto al jefe de la Policía Federal que ordenó el desalojo el 5 de abril pasado.
Los contingentes caminaron hasta el primer retorno para tomar la carretera federal y dieron vuelta para regresar por los carriles de sur a norte. Así, los marchistas comenzaron a las 12 del día a obstaculizar el tráfico vehicular en los dos sentidos del bulevar Vicente Guerrero.
Al regresar, el grupo que caminaba en la vanguardia llegó hasta la tienda Sams, donde apenas iba la retaguardia. Allí fue cuando se pudo calcular la magnitud de la marcha, pues los manifestantes estaban extendidos a lo largo de 8 kilómetros, y mientras los organizadores de la movilización hablaban de 200 mil participantes, fuentes de Gobernación aseguraban que eran 40 mil, mientras que los periodistas coincidían en que la participación era de entre 70 mil y 80 mil personas.
A las 13: 40 horas, el contingente que iba al frente llegó a las instalaciones de Diconsa, y allí decidieron detenerse, por lo que a partir de esa hora el bloqueo fue total en los dos carriles de la autopista.
Mientras tanto, del Congreso local llegaban nuevos reportes de que los disputados aún no iniciaban la sesión, por lo que hubo una nueva decisión, que fue trasladar una parte de los manifestantes al Congreso y otra mantenerse en la carretera.
Y cuando el grupo de enfrente se encaminaba a las instalaciones del Poder Legislativo, fueron avisados que los diputados, en su mayoría del PRD, abandonarían las instalaciones del Congreso.
En desbandada, cientos de ellos, con tubos y palos en mano corrieron hacia el edificio; en grupos llegaron hasta las rejas de la explanada, otros se quedaron en el acceso principal. Un grupo más se quedó resguardando la entrada al estacionamiento y otros más se desplegaron por la parte de atrás del edificio, en donde también hay salidas, dejando así en el interior a diputados, trabajadores y periodistas que estaban en espera del inicio de la sesión.
Los maestros rompieron los candados de las entradas principales y en el acceso al salón de sesiones quitaron los cristales de las puertas. Allí un contingente con palos y tubos se mantuvo en intervalos golpeando el piso con el fin de presionar a los diputados para que empezaran la sesión.
A las 14:30 los integrantes del Movimiento Popular Guerrerense comenzaron la toma del edificio, pero también los dos carriles del bulevar Vicente Guerrero que da paso a la Autopista del Sol y a la carretera federal.
A las 15:30 diputados y dirigentes del movimiento acordaron la salida del edificio de mujeres y niños. Sin embargo quedaron retenidos diputados, trabajadores varones y periodistas.
Allí, frente al Congreso, sentado bajo la sombra de una marquesina, se volvió a ver al hombre que llevaba la pancarta que decía: “Aguirre, estamos hasta la madre de tu política bipolar”.
–¿Sabe lo que dice su pancarta?
–Eso que dicen los maestros, que un día dice una cosa y al otro dice otra, por eso no se resuelven los problemas, por eso queremos que ya se vaya, si no sabe gobernar no tiene por qué seguir, yo y mis compañeros que venimos de San Nicolás apoyamos a los maestros –respondió don Moisés, ya cuando los maestros habían tomado el control del Congreso local y el otro contingente seguía con el bloqueo a la carretera.

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