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De 70 mil a 80 mil personas en la marcha del Movimiento Popular en Chilpancingo

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Alrededor de entre 70 mil y 80 mil personas, entre maestros, organizaciones sociales, alumnos de distintas escuelas y normales públicas del estado, además de representaciones seccionales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), marcharon ayer sobre la Autopista del Sol en Chilpancingo por más de diez horas, para exigir la aprobación de la reforma y adiciones a la Ley Estatal de Educación acordadas por la fracción legislativa del PRD con el Movimiento Popular Guerrerense.
En la que se considera la marcha más numerosa de la historia reciente del estado, superior a la del pasado 10 de abril, diferentes contingentes de todas las regiones del estado, integrantes de las policías comunitarias de Tixtla y Ayutla, así como delegaciones de Oaxaca, Michoacán, el Distrito Federal, Puebla y Zacatecas, hicieron el recorrido de la sede de la CETEG hacia el bulevar Vicente Guerrero por los carriles centrales de norte a sur (paso obligado para la carretera de cuota) hasta el retorno fuera de la ciudad.
Diferentes fuentes hicieron sus propios cálculos sobre la participación; agentes de Gobernación estatal hablaban de 40 mil manifestantes, los organizadores hasta de 200 mil, pero lo cierto es que la manifestación comenzó el recorrido de regreso después de avanzar ocho kilómetros, y los manifestantes no terminaban de salir del punto de partida.
A las 10 de la mañana no se podía determinar la cantidad de los manifestantes que acudirían a la manifestación, porque los maestros se encontraban dispersos, aunque los organizadores ya habían dicho que iba a superar a la marcha de la semana pasada, donde se estimaron más de 50 mil personas.
La marcha que comenzó a las 10:40 de la mañana paró a las dos de la tarde en la carretera federal, pero desde el mediodía los manifestantes habían bloqueado los cuatro carriles del bulevar Vicente Guerrero, incluido el punto conocido como el Parador del Marqués, donde se obstruyó por completo todo acceso o salida de la ciudad.
Una hora después, tras una consulta cerrada de los dirigentes del Movimiento Popular, se reanudó la marcha por los carriles centrales, se decía que rumbo al zócalo, pero unos metros antes del Congreso local, que colinda con el bulevar, la avanzada que se componía de maestros armados con tubos y palos enfiló a toda prisa hacia el edificio legislativo.
Después del amago para abrir los accesos por la fuerza, los manifestantes formaron una valla en los accesos del edificio para impedir la salida de los legisladores. A esa hora, la sesión programada para las 11 de la mañana no se había instalado.
Incluso, la  fracción del PRD, la más amplia de la legislatura y que apoyaría la iniciativa del magisterio, no se encontraba completa en el edificio, reconoció el dirigente de la CETEG, Gonzalo Juárez Ocampo, quien luego se trasladó a la residencia oficial Casa Guerrero, con la comisión de negociación del movimiento, a una reunión con el gobernador Ángel Aguirre Rivero,  quien dijo que iba a intervenir “para destrabar el conflicto”, dijo el dirigente.
La protesta

La manifestación de maestros, alumnos y organizaciones sociales se distinguió por el entusiasmo de los participantes que cantaron consignas durante toda la marcha, las más contra el gobernador, de quien incluso pedían su salida de Guerrero.
A pesar de que se intentó organizar a los contingentes para que desfilaran en hileras de tres, y así poder identificar el paso de “infiltrados”, pocos grupos atendieron la recomendación, pero la protesta se realizó sin incidentes.
En la avanzada marcharon un centenar de maestros, la mayoría con el rostro cubierto, y todos con palos, tubos, incluso resorteras; tras ellos los dirigentes del Movimiento Popular y de la CNTE, que se sumaron a esta protesta como parte de sus acciones nacionales, pues Guerrero es la punta de lanza de su lucha contra la reforma educativa del gobierno federal.
Comenzada la protesta se incorporaron tras los dirigentes la Policía Comunitaria de Acatempa, del municipio de Tixtla, uniformados, sin armas y con una pancarta que decía: “el respeto a nuestros pueblos será la justicia”.
Detrás de ellos iban unos 300 representantes de preparatorias populares —el sistema educativo que funciona con un apoyo mínimo de gobierno—, y la sección de Michoacán de la CNTE, que alentaba así: “ni un paso atrás”, “se ve, se nota, en Guerrero no hay derrota”.
El Sindicato Mexicano de Electricistas también estuvo presente con la consigna “dicen que estamos liquidados, aquí les demostramos que están equivocados”.
Al frente de todos iban más de cien reporteros de medios locales, nacionales, algunos internacionales, observadores de derechos humanos y también agentes del gobierno, que en cada puente peatonal subían a tomar fotografías del largo desfile.
Los reporteros de televisión se interesaron en el personaje de la “muerte” que se ha vuelto característico en las protestas de la CETEG, y que dio entrevistas en cadena nacional sobre las demandas del magisterio.
Uno de los voceros en altavoz recordó a los manifestantes que nada estaba resuelto, y advirtió a los diputados que ofrecieron discutir la reforma estatal en materia educativa que “no queremos que nos salgan con cuentas rengas, con que no puedo”, reclamó.
Al inicio de la protesta, Juárez Ocampo reconoció que no tenían el pulso de lo que ocurría en el Congreso local, sin embargo, hasta un día antes las comisiones encargadas de revisar la propuesta no habían aprobado el dictamen que se presentaría en la sesión de ayer, mientras la fracción del PRI y del PVEM se preparaban a subir a pleno una contrapropuesta de reforma.

Participan institucionales del SNTE

En la protesta destacaron los contingentes de maestros oficiales de la sección 14 Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre ellos los de la Normal Rural de Ayotzinapa, que no se habían manifestado con el Movimiento Popular Guerrerense.
También se observaron estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero que se unieron a la Policía Comunitaria de Acatempa; más atrás también desfiló la Policía Comunitaria de Ayutla, y con una manta del Sindicato de Trabajadores de la Académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero, representantes de la preparatoria 33 de Chilpancingo.
Entre los manifestantes desfilaron dos estudiantes con el uniforme de Conalep, así como algunos de la Secundaria Federal Antonio I. Delgado (ESFAID), una escuela que se sumó a las acciones de la expresión sindical disidente después que el año pasado la Secretaría de Educación Guerrero les aplicó descuentos en los estímulos por los resultados de sus estudiantes en la aplicación de la prueba ENLACE.

Las consignas contra Aguirre

Detrás de los contingentes de magisterio de la zona Centro, Tierra Caliente, Montaña, que fueron los más amplios, marchó el Frente Único de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG), con las consignas más atrevidas, como “quítate de en medio, pinche Ángel…, que ahí viene el normalista, cuidado a todo el mundo”.
En la retaguardia marcharon los normalistas de Ayotzinapa que cantaban consignas revolucionarias. Aunque circularon versiones de que llevarían bombas molotov, los estudiantes marcharon con las manos libres.
La representación de Costa Chica, de donde es originario el gobernador, cantó a ritmo de chilena: “qué bonitas, qué bonitas, son las costas de Guerrero, aunque haya un culero, como Ángel Aguirre Rivero”, y el contingente de Acapulco recriminaba: “diputado, demente, tu voto está pendiente”.
El contingente de la Montaña, de los más aguerridos de la CETEG, llevaban sobre el hombro palos forrados en forma de lápiz, y detrás de ellos desfilaron la asociación estatal Tierra y Libertad de Tierra Caliente, el Movimiento de Regeneración Nacional, la Asociación civil Lucio Cabañas y la Organización Popular Genaro Vázquez.

El bloqueo y el plantón

Tras cuatro horas de manifestación, la avanzada paró en medio de la carretera federal, a la altura de la tienda Walmart, pero la protesta se extendía por en ida y vuelta sobre el bulevar Vicente Guerrero.
Ahí, la comisión negociadora del movimiento realizó una consulta cerrada, que resguardaron los mismos maestros, y tras una hora continuaron  la marcha hacia al norte, hasta el Congreso local.
Tras unos momentos de tensión, una avanzada de manifestantes cerró los accesos e intentó romper los candados de las puertas de la entrada principal del edificio.
En uno de los accesos con pared de cristal, parecía que los manifestantes con palos iban a derribarla, pero con los empujones sólo lograron desmontar dos puertas, sin romperlas, que luego colocaron con sumo cuidado sobre el pasto.
Los manifestantes que se quedaron en el plantón del Congreso –pues muchos comenzaron a retirarse desde las tres de la tarde– mantuvieron cerradas las cuatro vías de la autopista, al menos hasta las 8:50 de la noche, hora en que supuestamente se preparaba el comienzo de la sesión de los diputados.
Sin embargo, después de las tres de la tarde, se habilitaron algunas salidas alternas, hacia el sur, por el río Huacapa, en donde circularon vehículos pesados y autobuses de pasajeros con rumbo a Acapulco; y hacia el norte, por una avenida a la altura del Cbtis 135.
A las 7 de la noche, los maestros también bloquearon la avenida Lázaro Cárdenas, a la altura de la UAG, para presionar por la solución de su demanda: la aprobación de la reforma.
Al filo de las 9 de la noche, al-gunos manifestantes apostados en la autopista, a la altura del Congreso, comenzaron a lanzar cohetones, que provocaron la algarabía de los que estaban en plantón dentro y frente al edificio legislativo.
Como a las 11 de la noche los plantonistas que estaban en la autopista aseguraron que desde el techo del Congreso lanzaron un cohetón, lo que provocó que golpearan las rejas que rodean el recinto, sin que el incidente pasara a mayores.
A las 11:20 continuaba el bloqueo, ya que aún no había el quórum requerido en el Congreso para iniciar formalmente la sesión.

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