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Provoca la Orchestral Manoeuvres in the Dark un regreso a la música electrónica de los 80 Jorge Santamaría

Agencia Reforma

 

Ciudad de México

 

Si hay una orquesta capaz de maniobrar el sonido a su antojo desde lo más profundo de la oscuridad, esa es la Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD).

El jueves, en el Teatro Metropólitan, OMD desató una tormenta electrónica en las mentes de las más de 3 mil personas que abarrotaron el recinto.

La banda británica, que ya había tocado en el Corona Capital 2011, desempolvó los recuerdos de toda una generación ochentera dispuesta a bailar hits de hace 30 años y escuchar algo nuevo, del disco English electric.

Algunos fans llegaron con camisas color pastel desabotonadas hasta el pecho, jeans entubados, botines, chamarras de diseño retro y hasta cintas en la frente, para recordar la atmósfera new wave.

A las 21:20 horas, Paul Humphreys y Martin Cooper (teclados), Malcolm Holmes (batería) y la voz de Andy McCluskey desataron la lluvia synth pop al ritmo de Decimal.

“¡Bienvenidos! ¿Cómo están?”, gritó en español un eufórico McCluskey, quien no dejó de bailar, cantar y saltar como loco por todo el escenario, si bien tomó cinco botellas de agua y las roció sobre su cuerpo, para mitigar el calor.

OMD tuvo todo a su favor, la actitud, la energía y el dance de su gente, que ignoró por completo el mensaje incluido en el tema Please remain seated.

Sin una espectacular producción escénica, sólo con las texturas de sus notas, los ingleses continuaron emocionando con Metroland, Messages y Dresden.

Humphreys también tuvo la oportunidad de aportar su voz durante (Forever) Live and Die y Souvenir.

“¡Anímense! Bueno, vamos a intentarlo con una canción de una película de Hollywood, para que despierten”, dijo el vocalista antes de If you leave (del filme Pretty in pink, 1986), cuyo coro retumbó junto a los sintetizadores.

Joan of Arc y Maid of Orleans fueron dedicadas a los fans de la vieja escuela; sin embargo, un bajón de revoluciones hizo que la gente tomara asiento.

McCluskey lo detectó muy bien y reventó voces, energía y adrenalina y rememoró los 80 con So in love y la tan esperada Enola Gay, la cual desató un calor infernal que hizo sudar de más a todos en el Metropólitan.

A las 11 de la noche OMD cerró su concierto con Secret y Electricity, dos selecciones que dejaron satisfechos a los fans del grupo surgido hace 35 años en Liverpool, mismo que agradeció los aplausos con una reverencia.

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