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Jaime Castrejón Diez

Chavismo sin Chávez

Con las elecciones realizadas en Venezuela aún disputadas por la oposición, lo más probable es que finalmente sea Nicolás Maduro el sucesor de Hugo Chávez, ya que había sido ungido por el mismo caudillo y que hereda una posición importante en la política de Sudamérica.
Lo interesante de este proceso es ver si puede subsistir el chavismo sin Chávez porque Maduro es una persona totalmente diferente y se vio en el mismo proceso electoral. La campaña se llevó a cabo con el apoyo oficial y todavía bajo la protección de un chavismo que busca encontrar una forma de mantener el poder y para ello tendrá que encontrar un nuevo caudillo.  La pregunta que uno se hace es si realmente Maduro tiene las capacidades para ser un caudillo no solo venezolano sino representando las ideas radicales de toda América del Sur.  Esto lo veremos en el desarrollo de su acción cómo logra mantener el mito de Chávez y al mismo tiempo gobernar Venezuela y ser en cierta forma el conductor de un movimiento radical en América del Sur.
Una de las cosas que se vieron desde antes de la campaña fue que el nuevo conductor del radicalismo venezolano no tiene el carisma que tenía Chávez.  Y ahí es donde empiezan los problemas porque Chávez tenía además de su carisma un apoyo total del ejército, tal vez basado en la leyenda de su intento de golpe de Estado y su paso por la cárcel y el apoyo que recibió de parte de los jóvenes oficiales de aquella época.  Es decir, tenía además de carisma y de historia personal, también el apoyo de un gran número de oficiales del ejército que en última instancia significaban una presencia de poder real en las actitudes y en el desenvolvimiento del gobernante Hugo Chávez. Y esto naturalmente se va a reflejar en la presencia continental de Maduro ya que muchos países: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua veían en Chávez un populista radical opositor al imperio que cubría las aspiraciones de muchos de los populistas de América Latina.
Pero más que la imagen y la posición política, el nuevo gobierno de Venezuela va a enfrentar un problema más serio que es el de la economía, por un lado ya hubo una devaluación del 46% y la situación económica de ese país muestra que probablemente en el corto plazo haya otra devaluación. Esto sumado a su deuda externa (55% del PIB) el bajo rendimiento de sus exportaciones que están muy por debajo de sus importaciones. Con un déficit fiscal de 12% es difícil que logre el desarrollo de sus recursos, lo que requiere no solo de la inversión nacional sino de atraer capitales del exterior. En este momento ante la duda de cómo será el nuevo gobierno y al mismo tiempo la inseguridad por las expropiaciones de empresas extranjeras que realizó Hugo Chávez, el mercado internacional está un tanto reacio a invertir en Venezuela sin tener garantías de sus inversiones.
Es también necesario revisar las relaciones de poder que tendrá el designado sucesor de Chávez, que es su relación con el ejército. Uno de los pilares del desempeño de la presidencia de Hugo Chávez y su gran poder que exhibió todo el tiempo se debió precisamente al apoyo incondicional que tenía de parte del ejército. Eliminados los viejos generales, los jóvenes oficiales que habían llegado a los puestos de mando superiores, habían sido compañeros de Hugo Chávez y habían admirado su posición desde el intento del golpe de Estado contra un régimen corrupto y su historia fue tomando la forma de un currículum desafiante, pero dependía mucho del apoyo de sus viejos compañeros.
Por otra parte el grueso del ejército, a través de adoctrinamiento y los privilegios que les dio Hugo Chávez, también formaban parte de este conjunto de circunstancias que le brindaban un apoyo incondicional. No fue así con la iniciativa privada venezolana, sus constantes fricciones con los empresarios lo hicieron el símbolo de un gobierno interventor y al mismo tiempo las expropiaciones a empresas extranjeras disminuyeron el atractivo que tenía Venezuela para atraer capitales que son indispensables para el desarrollo de un país.
Por último también tenía algo que jugaba muy a su favor, que era el apoyo continental. Su figura se había convertido en un estandarte para los grupos radicales, populistas, antiimperialistas en América del Sur y esto le daba una posición importante de liderazgo ideológico. Y la pregunta es ¿Maduro logrará ese mismo apoyo de esos grupos con sus limitaciones personales?  Habrá que ver como se desarrolla el país en el corto plazo y si realmente el chavismo trascendió a Chávez.

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