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Llama el obispo de Tlapa a las autoridades a que atiendan a los más marginados

Carmen González Benicio

Tlaquilzinapa, Tlapa

En su toma de posesión e inicio de su ministerio como tercer obispo de esta ciudad, Dagoberto Sosa Arriaga, invitó a las autoridades de todos los niveles a preservar la estabilidad social y se atienda a “los hermanos más marginados”.
Dijo que seguirá el plan diocesano pastoral en que su prioridad será llevar formación y acompañamiento familiar, pastoral, formación del clero y de la juventud. Buscará que se viva fraternamente y con responsabilidad.
La toma de posesión de Sosa Arriaga se realizó en el seminario Tonanzin Guadalupe, construido en la comunidad de Tlaquilzinapa e inició a las 12 del día, con la celebración eucarística pero desde las 10 de la mañana empezaron a llegar los católicos transportados en coches particulares, públicos y otros que designaron gratuitamente para la ocasión.
Se realizó en la cancha de fútbol del seminario, donde se colocaron sillas y  lonas para darles sombra a los más de mil asistentes entre sacerdotes, religiosas, representantes de comunidades y alcaldes de los cuales acudieron Marco Antonio García de Alpoyeca y su esposa; el de Olinalá, Eusebio González; el de Atlamajalcingo del Monte; el de Cualac y en representación del alcalde de Tlapa, Victoriano Wences, su esposa Leticia Mosso.
La ceremonia religiosa duró cerca de tres horas, se hicieron los ritos iniciales, lectura de las letras apostólicas, la entrega del báculo a Sosa Arriaga y los saludos de felicitación después de que leyeron su  nombramiento otorgado el 23 de febrero por Benedicto XVI.
En la liturgia de la palabra, el nuncio  apostólico en México, Christophe Pierre dio el sermón, dijo que es necesario escuchar y no sólo oír porque es lo más fácil, aún aquello que no gusta, por eso es necesario hacerlo  libremente.
Dijo que hay peligro en las ovejas y es necesario salvarlas porque cada una es importante y los pastores deben gobernar de buena gana y que un obispo que conoce a sus ovejas guías, defiende tutela y apacienta el rebaño.
Agregó que “en un mundo como el nuestro de tentaciones que apartan a las personas es necesario hacer de la transparencia una obligación para atender a los pobres, a los olvidados y mostrar solidaridad con los marginados y los tratados injustamente hallen ayuda”.
Añadió que el Dagoberto Sosa necesita fortaleza para llevar en su palabra a los fieles que su dueño no es ni la droga ni el transexualismo sino Dios.
En la parte de la liturgia eucarística los feligreses le entregaron ofrendas: los productores llegaron con mangos, sandías, naranjas, mameyes; los campesinos con maíz, frijol, chiles y con chivos; los artesanos con cajas y lacas de Olinalá, petates de palma decorados, el gabán y manteles tejidos de la zona me’ phaa y na savi y los nahuas collares de flores de cacaloxóchitl que le colgaron en su cuello; jóvenes con copal para limpiarlo.
Sosa Arriaga llamó a las autoridades de todos los niveles a preservar la estabilidad social y a que se atienda a “los hermanos más marginados”.
Pidió a los sacerdotes de la región que se levantaran para conocerlos ya que trabajarían conjuntamente y cerró la celebración eucarística realizada en su designación como obispo.
El obispo estuvo acompañado del primer obispo de esta ciudad, Alejo Zavala Castro; el segundo Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, el nuncio apostólico en México, Christopher Pierre, el arzobispo de Acapulco,  Carlos Garfías Merlos y del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza quien lo formó.
Se invitó a comer a los asistentes pero se distribuyeron cuatro espacios, la cancha de básquetbol para los asistentes de Puebla; sacerdotes y religiosas en otro; obispos y presidentes municipales en lugar distinto y los de la región bajo la carpa.

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