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Elabora la Iglesia protocolo de seguridad para sacerdotes ante la violencia: Garfias

Mariana Labastida

El arzobispo Carlos Garfias Merlos pidió a los maestros que acepten la determinación del Congreso en relación a la Ley de Educación Estatal y que sus inconformidades las planteen para mejorar dicha ley en el futuro.
Durante su intervención en la sesión del Grupo ACA, el prelado católico manifestó que la iglesia hará un protocolo de seguridad para los sacerdotes debido a que la violencia “sigue manifestándose”.
En declaraciones a los reporteros en relación a la aprobación del dictamen presentado por la alianza PRI-PVEM-PAN y Panal, y apoyado por el gobernador Ángel Aguirre Rivero en sesión del Congreso del martes, el arzobispo dijo que es importante que los diputados se hayan decidido luego de tener diferentes iniciativas para analizar.
Garfias Merlos consideró que se debe de asumir lo que los diputados aprobaron “y en ese sentido ojalá que los maestros acepten lo que se define en el Congreso”, y enfatizó que si hay inconformidades se deben de plantear para en un futuro mejorar la ley.
A pregunta expresa de si los maestros ahora deben de enfocarse en recuperar clases, manifestó que los maestros tienen que plantearse su responsabilidad con los niños y jóvenes, y que más allá de manifestar sus inconformidades “tienen que asegurar el cumplimiento de sus responsabilidades, de su obligación, en ese sentido es importante que sigan con su inconformidad pero que cumplan con su responsabilidad de educar”.
Del protocolo de seguridad que elaboran los sacerdotes, el arzobispo explicó que es parte de los elementos que están dentro de la capacitación, talleres y cursos que han recibido, en los que se ve muy necesario dicha medida también aplicable en la atención a las víctimas.
Indicó que se busca la forma de generar condiciones para apoyarse entre sacerdotes, “sobre todo cuando se agudiza la inseguridad y la violencia”, para tener una normatividad y criterios para mantenerse en contacto cuando salgan a comunidades a alejadas donde no es posible la comunicación telefónica, “dejar un señalamiento de a dónde va y que las personas puedan tener contacto y conocimiento y otros elementos que nos ayuden a protegernos unos a otros”.
Garfias Merlos aclaró que el protocolo no es por alguna agresión, sino parte de las acciones que se realizan en el trabajo de reconstrucción de la paz, para generar seguridad en las familias, comunidades y el presbiterio, que es una forma de protegerse unos a otros ante la violencia que continúa; “tenemos que aprender a cuidarnos unos a otros en la medida de lo posible, contando con que la autoridad cumpla con su parte de seguridad y protección a las personas”.
En cuanto a las víctimas de la violencia que se atienden en los cinco centros instalados en parroquias, el arzobispo dijo que no se tiene una cifra exacta, que se brinda atención multidisciplinaría en aspectos relacionados con la conducta cotidiana, recelo y fallas en el trabajo que tienen los afectados.
Indicó que los centros de atención iniciaron en las colonias donde más afectados había como La Zapata y La Laja, pero que actualmente se concentra la violencia en la colonia Jardín, donde a crecido la demanda de atención.
Resaltó que los obispos redactaron una carta pastoral llamada “Educar para una nueva sociedad”, que se busca impulsar primero en las escuelas católicas, y en la cual se hace una reflexión en el tema de la educación, haciendo sugerencias y poniendo algunos principios de la manera en como se debe de realizar la educación integral.
Dijo que dicha iniciativa no está confrontada con la gratuidad de la educación.
Durante la sesión semanal del Grupo ACA, los acasocios manifestaron al arzobispo su respaldo para que se haga una invitación formal al papa Francisco para que visite Acapulco, si viene a México, y también que sea mediador en el conflicto del magisterio, a lo que respondió el arzobispo que lo hará si se lo solicitan.
El ex regidor Celso Sánchez recordó su secuestro en 1996, cuando se habló de la fe, y propusieron a Garfias Merlos que se tenga un símbolo de paz que represente Acapulco.

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