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Destruyen maestros oficinas de partidos en Chilpancingo

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Con la leyenda “diputados traidores” junto al signo de dólar,  alrededor de 9 mil maestros marcharon ayer en la ciudad durante cuatro horas y causaron destrozos en las fachadas y en el interior de las sedes estatales del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, así como en la oficina de gestoría del senador Sofío Ramírez Hernández y en un edificio que la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) aún usa como bodega.
En el edificio del PRI, los manifestantes que llevaban en mano palos, tubos y resorteras incendiaron la oficina del presidente estatal, Cuauhtémoc Salgado Romero, así como parte del mobiliario, cuadros de políticos y papeles que lanzaron a la gran explanada de esas instalaciones.
Personal de Protección Civil, que se encuentra a unos 500 metros del PRI estatal sofocó el incendio una vez que el contingente de maestros abandonó la calle de acceso.
La mayoría de las oficinas de los partidos fueron desalojadas ante la inminente llegada de maestros inconformes con la aprobación de las reformas a la ley estatal de educación, el martes, porque los diputados locales desecharon sus planteamientos.
Sólo en las oficinas de Movimiento Ciudadano salieron dos personas cuando los maestros entraron. Los inconformes comenzaron rompiendo todos los cristales de las ventanas del edificio, desde fuera y por dentro, y en este evento un joven encapuchado resultó herido de la mano izquierda por la caída de vidrios.
El gobierno del estado ordenó desde temprano el traslado al Congreso local de policías antimotines concentrados en el Palacio de Gobierno, y momentos antes de que se acercaran los manifestantes los policías se formaron haciendo una valla, de uno en uno, en el exterior del edificio legislativo.
Sin embargo,  la protesta pasó de largo, con abucheos y consignas contra los uniformados, que una vez concluida la manifestación se retiraron del lugar en sus camiones.
Fuentes extraoficiales del gobierno de estado informaron con anterioridad que en el Palacio de Gobierno había alrededor de 4 mil policías antimotines en espera de contener las acciones del magisterio movilizado.
Incluso se informó que estaban inconformes porque llevaban mucho tiempo concentrados y la comida del lugar es mala.
A las 11:30 de la mañana, dirigentes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) que encabeza la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) informaron el rechazo “en lo general” a la reforma a la Ley Estatal de Educación que aprobaron los diputados locales en una sede alterna el martes pasado en Acapulco.
Destacaron sólo la ratificación de la gratuidad de la educación como un triunfo del magisterio, y señalaron que maestros de las distintas regiones realizarían acciones de difusión que seguían discutiendo.
Pero a medio día se observó mucho movimiento en el plantón, y a las 12:20 comenzaron a organizar los contingentes para una marcha que se dirigió al Zócalo de la ciudad.
Al frente iban los maestros de Acapulco con una manta donde se leía “diputados traidores $”,  y cartulinas con los nombres de ex dirigentes de la sección 14 del SNTE, ahora legisladores, Emiliano Díaz Román, Víctor Salinas, así como del priista Héctor Astudillo Flores con el agregado “rata”.
Con las consignas reflejaban su inconformidad: “Aguirre, traidor, engañaste al profesor”, “pueblo, despierta, la miseria está en tu puerta”, y advertían: “cuidado, cuidado con Guerrero, estado, estado guerrillero”.
Los maestros de la zona Centro que llevaban además una lona de identificación, tenían una alusiva al desalojo de normalistas de Ayotzinapa en diciembre de 2012, donde fueron asesinados dos estudiantes, y gritaban: “Aguirre, Rivero, asesino con fuero”.
También dejaron pintas en algunos edificios de la avenida Lázaro Cárdenas, donde transitaron los contingentes de Acapulco, Costa Chica, Tierra Caliente, Montaña y Centro.
Entre los grupos avanzaban hombres con palos, tubos y resorteras, pero hasta ese momento no todos iban con el rostro cubierto.

Mitin en el Zócalo

Alrededor de la 1:40 de la tarde se realizó un acto político en la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac, donde el vocero de la CETEG, Meynardo López Pachuca, señaló que el movimiento debía continuar con mayor inteligencia y mayor contundencia.
También denunció que la sección 14 del SNTE, que tiene la representación oficial del sindicato, envió a personal a las regiones a decir que no los van a correr con la reforma educativa, porque si no tienen buenos resultados en las evaluaciones probablemente les den una plaza de intendencia.
Los manifestantes casi cubrieron la explanada que tiene una capacidad de 12 mil personas, aunque muchos marchistas se colocaron en los jardines del Zócalo para aguardar la protesta a la sombra de los árboles.
En tanto, el dirigente de la zona Centro, Minervino Morán Hernández, advirtió al micrófono que llegará el tiempo en que se enfrente el poder del pueblo con el poder del gobierno, hacia allá se tiene que trabajar incansablemente, frente el rechazo del Congreso de una iniciativa popular.
Añadió que estos gobiernos no garantizan el ejercicio pleno de los derechos de los pueblos, ni la erradicación de la miseria, “no son capaces de resolver los problemas del pueblo”, enfatizó.
“Por eso decimos que quienes se deben preocupar son ellos, porque llegará el momento en que se van a enfrentar el poder del pueblo con el poder del gobierno, y llegará el momento en que los que están en el poder ya no tendrán razón de ser”, dijo.
Minutos después de las 2 de la tarde se anunció que la protesta regresaría al plantón que se encuentra en el fraccionamiento Jacarandas, pero la avanzada, donde entonces se instalaron los manifestantes encapuchados, se dirigió al lado contrario y cruzó el paso de desnivel que a traviesa el Zócalo capitalino para llegar al andador Zapata, donde están las oficinas estatales del PAN.
Al salir del Zócalo, se advertían nuevas acciones en las consignas: “el pueblo, se cansa, de tanta pinche transa”, “Aguirre, El Charco no se olvida”, “12 de diciembre, no se olvida, es de lucha combativa”, y a media plaza detonaron un cohetón que no inmutó a los manifestantes.

Contra los partidos

En el PAN los hombres con palos y tubos arremetieron contra la fachada de cristal; adentro se encontraba una motocicleta a la que también golpearon; aunque parecía que algunos vidrios que estaban colgando podrían desprenderse, los manifestantes entraron y sacaron sillas que siguieron golpeando por unos minutos.
Un maestro que pedía a los trabajadores de los locales comerciales del andador Zapata que guardaran la calma, que no les pasaría nada, en la marcha indignado decía “que no se aparezcan estos pinches diputados”.
Luego los manifestantes se trasladaron a las oficinas de Movimiento Ciudadano, que también se ubican en el primer cuadro de la ciudad, y en menos de diez minutos la avanzada repitió las acciones violentas.
Rompieron los vidrios de las ventanas de las oficinas de MC con palos y piedras lanzadas con resorteras, ingresaron por la puerta que estaba abierta y tiraron por las ventanas una silla, y por los cristales rotos un joven encapuchado resultó herido de la mano, pero buscaba a sus compañeros antes de pedir auxilio médico.
A 2:30 de la tarde continuaron la marcha hacia el número 40 de la avenida Alemán, domicilio del PRD estatal, aunque en este lugar se colocó una valla de hombres y mujeres, entre los demoledores y los reporteros de medios locales y nacionales, para no exponerlos.
Afuera, un perredista de base no se inmutaba ante los destrozos, al contrario, aseguró que apoyaba al movimiento y notificó que antes de que llegaran los maestros se desalojó el lugar y sacaron equipo de cómputo en una camioneta roja.
Durante estas acciones continuaban el canto de consignas revolucionarias: “cuando el pueblo se levante por pan, libertad y tierra, temblarán los poderosos, desde el Golfo hasta la Sierra”.
Antes de que los manifestantes derribaran el portón de acceso a las oficinas del PRD, todavía se observaban los rastros del asalto a las instalaciones por maestros a principio de mes, unas leyendas que decían “maldita cueva de ratas”, “Chuchos bandidos”.
En pocos minutos sacaron sillas y les prendieron fuego junto al portón, y continuaron al sur por la avenida Lázaro Cárdenas.
En esta vialidad se registraron dos incidentes, uno con una patrulla de Tránsito a la que lanzaron palos cuando circulaba en el sentido contrario, y un amago de ir contra el negocio de fotografía “Salo Estudio”, cuyo dueño fue candidato perdedor de Nueva Alianza.
Sobre la misma avenida, los manifestantes atacaron la oficina de gestoría social del senador perredista Sofío Ramírez, que se encuentra en el segundo nivel de un edificio particular.
Los inconformes rompieron parte de la puerta del primer nivel, básicamente quebraron todos los cristales, y lanzaron a la calle por la ventana una fotografía del legislador.
En la protesta un maestro denunció: “que lo piense otra vez Sofío, para que no sirva de títere, debe tener cerebro y conciencia”. El senador fue interlocutor del gobierno del estado ante el movimiento magisterial en distintas reuniones.
No había información de qué seguía en el itinerario, porque en el camino hacia el PRI estatal se encuentra el Congreso del Estado, que ya se encontraba resguardado por policías estatales antimotines; incluso rumbo al lugar pasó una ambulancia de la Cruz Roja, y los observadores de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum) avanzaron muy al frente del movimiento.
A las 3 de la tarde, antes de bajar a la calle Trébol que lleva al Congreso, quienes iban al frente de la protesta detuvieron a los contingentes para continuar
de manera ordenada, y pasaron de largo del edificio legislativo, donde los uniformados aguardaban la embestida. “Putos”, le gritó un maestro al frente del contingente.
El PRI estatal estaba vacío y cerrado desde la reja que rodea sus amplias instalaciones, pero una vez  que los manifestantes derribaron la puerta del portón de malla, los grupos comenzaron a romper puertas y ventanas del edificio principal.
Luego accedieron por la fuerza al auditorio, y ahí tronaron otro cohetón y arremetieron contra una oficina pequeña, separada del edificio principal, de la Confederación Nacional Campesina.
A las 3:25 comenzó a salir humo negro de la ventana de la oficina del dirigente estatal, y ante los medios de comunicación, los manifestantes comenzaron a exigir que se fueran, causando algunos altercados con varios reporteros.
Por las escaleras ya habían rodado macetas y papeles sobre las demarcaciones municipales, recibos de donantes, informes de los comités municipales, entre otros, y lanzaban desde el segundo nivel sillas y teléfonos, a los cuales también encendieron fuego, y volvieron a lanzar cohetones, mientras la mayor parte de la movilización esperó en la vía pública.
Desde arriba también cayeron cuadros de ex dirigentes del PRI y una foto autografiada del presidente Enrique Peña Nieto y su esposa.
Además de piedras, también lanzaron huevos a discreción, como en las demás sedes partidistas, pero en este sitio dejaron nuevas pintas: “priistas traidores”, “vende patrias”.
Antes de regresar al plantón de la CETEG, los manifestantes se trasladaron a la oficina de la Contraloría Interna de la SEG, desalojada hace un año, pero donde continúa habiendo archivos de la dependencia.
Se supo luego que los manifestantes ingresaron por la fuerza, lanzaron muchas hojas de actas de la SEG, así como sillas y material de oficina a los que encendieron fuego sobre la calle lateral del bulevar Vicente Guerrero, a unos metros del plantón.
A las 4:30 de la tarde concluyeron las acciones, y después de las 8:40 de la noche se informó que comenzaría la asamblea estatal del Movimiento Popular Guerrerense, donde se definiría la ruta de acción de la organización.
Durante la manifestación se registraron algunos agravios a periodistas; la reportera Margena de la O señaló que la golpearon con un tubo, y con rudeza admitieron que no fue con intención, pero a la compañera de El Sur, Rosalba Ramírez, la agredieron con frases misóginas y discriminatorias y cuando un reportero la defendió, los manifestantes agredieron a patadas a ambos.
Asimismo, en las instalaciones del PRI varios reporteros gráficos fueron hostigados para evitar que continuaran haciendo tomas de los desmanes.

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