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Las autodefensas armadas generan un “estado caótico”, advierte ex asesor de la ONU

Aurora Harrison

 

El ex asesor especial de la secretaria general de la Naciones Unidas, Edward Luck opinó que los grupos de autodefensa son “deseables” en circunstancias extremas de inseguridad, pero consideró que lo mejor es una respuesta pacífica de ciudadanos bien organizados ya que, advirtió, en caso contrario se genera un estado “caótico”.

Después de una conferencia que ofreció antes de clausurar el diplomado Ciudadanía para la Paz y la Resolución de Conflictos, que organizó la Universidad Loyola, declaró que antes de que los pueblos se armen, deben de presionar a los gobiernos local, estatal y federal para que hagan su trabajo de fortalecer la seguridad en esos lugares.

El decano de la Escuela de Paz Joan B. Kroc de la Universidad de San Diego dijo “si cada pueblo se arma, vamos a tener una situación muy caótica… si hay una amenaza directa a la familia, uno tiene la obligación de defenderse, pero una respuesta pacífica bien organizada es la respuesta correcta a esta situación”, al referirse a los grupos de autodefensa.

“Si existe inseguridad crónica, entonces es reflejó de que el gobierno no hace su trabajo en términos de protección, y puede ser que el gobierno necesite mejorar estrategias de seguridad en algunos lugares donde existen estos grupos de personas civiles armadas”, dijo.

Abundó en que que si los ciudadanos no tienen la confianza en las autoridades, el gobierno debe de buscar la manera de reconstruirla mediante una acción politica, “en un gobierno libre donde hay expresiones de libertad, entonces sí hay mecanismos para que se dé el cambio”.

Argumentó que, “la violencia genera más violencia”, por lo que advirtió que si el gobierno entrena a la población de formar patrullas ciudadanas “parecería que no tiene el control” y la participación de los ciudadanos deben ser sin armas, porque las tradiciones son distintas de México y Estados Unidos, porque aquí “no se tiene cultura de las armas”.

“Cuando se formó Estados Unidos sí había una tradición de milicias locales, porque no tenía confianza en los gobiernos locales y federales, pero como funciona en México es diferente y no tienen la cultura de armas como lo tenemos en Estados Unidos, no deberían de copiar los malos hábitos que tenemos en Estados Unidos”, puntualizó.

Participación ciudadana para la construcción de la paz

Sobre la situación del narcotráfico, dijo que según estudios de Naciones Unidas, los “traficantes forman parte de redes internacionales grandes y las personas lo hacen porque hay ganancias, y ese dinero se va a otros países, los narcos desestabilizan un país e invierten en otro lado (el dinero qué ganan)”.

Cuando uno de los asistentes a la conferencia preguntó qué se puede hacer para que haya paz ante los constantes hechos de violencia, respondió que “yo no soy experto en Acapulco, ni mucho menos experto en México pero de manera típica lo que hace la diferencia en los lugares, es que primero tiene que haber un sentido de ser una comunidad, si hay divisiones no va a contestar con eficacia cuando hay muchas familias afectadas”.

Dijo que los ciudadanos deben de conocer sus derechos y sus obligaciones, pero además exigir al gobierno local, estatal y federal que se cumplan las leyes, para lo que se requieren estándares altos, “intolerancia a la corrupción e insistencia de un gobierno responsable con los ciudadanos”.

“México tiene una historia que involucra al gobierno y a la sociedad, y hay barreras y problemas pero hay partes del mundo donde no hay posibilidad de que se escuche a los ciudadanos, no hay prensa libre, no hay sistema democrático,  pero ustedes ya tiene esos puntos positivos y la posibilidad de animar el cambio político es real”, abundó.

Explicó que la “intolerancia a la violencia y a la corrupción son pasos importantes” e indicó que en otras parte del mundo las patrullas desarmadas de ciudadanos han ayudado mucho, que hay lugares que han tenido peor violencia y lo peor es no hacer nada.

“El blanco no es un ciudadano normal, hay otra parte donde hay violaciones masivos, y se intimida la población, no sé si sea el caso aquí, pero hay espacios para que patrullen en las calles desarmados y dialoguen con los vecinos” puntualizó el ex asesor especial.

Preguntó si en la entidad el proceso judicial funciona como debe, si las cortes funcionan como deben, si cuando hay violencia hay impunidad y si ocurre eso, debe haber procesos que si funcionen y con mucha presencia de la comunidad para recuperar su territorio y los grupos delincuenciales se vayan a otros lugares.

Recordó que Nueva York no estaba tan mal como Acapulco, pero si estaba muy mal en el año de 1970, había muchos crímenes pequeños en las calles, falta de respeto a la autoridad, corrupción, pero los ciudadanos y alcaldes pudieron cambiar y ahora tiene el nivel de crimen de los más bajos, hay problemas de drogas, pero no dominan.

“Las soluciones mejores son cuando se une la ciudadanía y habla sobre lo que se puede hacer y empoderarse, si permiten que grupos armados no nada más controlen territorios sino que  también su psicología de lo que puedes y no hacer, entonces ya ganaron ellos, la gente debe de tener la seguridad otra psicología y viene de la unión y salen las mejores ideas”, agregó.

Sostuvo que otra de las preocupaciones  de la ONU es la utilización de niños en grupos armados y que se está tratando de “eliminar la contratación de niños”.

Explicó que una de las cosas que preocupaba era la gente desplazada de sus lugares en países como Irak. Siria, Afganistán, Colombia. Guatemala y México “y empezamos a actuar sobre esas personas, pero ahora la preocupación es de niños contratados por grupos armados para hacer actos terribles que van en contra de los estándares y derechos del niño”.

El ex asesor especial estuvo acompañado del rector de la Universidad Loyola, Enrique Pasta Muñuzuri, quién informó que en el diplomado participaron 35 personas y se presentaron 17 proyectos de prevención y cultura para la paz.

 

 

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