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Lucha armada, último recurso de los pueblos si el gobierno los ignora, dice un historiador

Sergio Ferrer

Tlapa

El historiador Francisco Herrera Cipriano afirmó que la gente del campo está en movilización permanente en la lucha por sus demandas, de manera pacífica por medio de peticiones de audiencias, programas pero al no haber atención las acciones se vuelven más fuertes hasta llegar a la lucha armada que es el último recurso que los pueblos toman cuando se les cierran las puertas y el gobierno los ignora o se pone en su contra
Agregó que los pueblos de La Montaña participaron activamente en la Revolución Mexicana y Sabás Crispín Galeana Cantú, originario de Malinaltepec, es la figura más representativa de esa época.
Herrera Cipriano fue entrevistado cerca del zócalo de la ciudad, luego de que presentó su conferencia La Revolución en La Montaña de Guerrero, la lucha zapatista.
Originario de Ometepec, ha desarrollado su vida primero en Cuajinicuilapa, luego como docente en la preparatoria de Huamuxtitlán y radica en Chilpancingo para la realización del libro sobre el zapatismo en La Montaña se llevó cerca de diez años de estudio.
Herrera Cipriano comentó que al inicio de la Revolución Mexicana, la población de La Montaña se incorporó de manera masiva por el descontento con el gobierno de Porfirio Díaz al levantamiento.
Un ejemplo se sucscitó en Huamuxtitlán, donde cerca de mil pobladores tomaron la cabecera municipal encabezados por músicos de bandas de viento que fueron los primeros en caer el 21 de abril de 1911 al ser atacados por el Ejército porfirista.
Otra escena ocurrió en Tlapa cuando tres mil personas, según un parte militar del jefe de la guarnición federal, atacaron, acompañadas de músicos de bandas de chile frito, a soldados federales.
El historiador manifestó que Francisco I. Madero no cumplió su promesa de devolver las tierras inmediatamente por lo que campesinos siguieron la lucha zapatista, no así la clase media, profesionistas, comerciantes, porque lo consideraban innecesario en tanto los campesinos buscaban la devolución de sus tierras y justicia inmediata.
De marzo de 1914 a septiembre de 1915, Tlapa y la región estuvieron bajo gobiernos zapatistas, que según el historiador, ejercieron el gobierno de una manera inestable e irregular porque los grupos armados se sublevaban a las autoridades civiles bajo el amparo de las armas por lo que incluso hubo un momento en el cual nadie quiso ser autoridad municipal.

Defendía Galeana Cantú de saqueos a los pobladores durante la Revolución, narra el investigador

Según la investigación del historiador Sabas Crispín Galeana Cantú fue un hombre me’phaa acomodado, con tierras y ganado, incluso fue regidor y síndico, y a sus 30 años era conocida su fortaleza física capaz de matar con los puños, montar toros o ser buen tirador.
Bajo esta descripción los pobladores aceptaron que fuera su dirigente para defenderlos de los saqueos que traería la Revolución. La gente del municipio lo dotó de una tropa, comida y dinero.
Fue al inicio de la Revolución, gente maderista, luego con Huerta y finalmente zapatista cuando la sublevación de 1914 marcó la etapa del máximo poder y desarrollo zapatista.
Galeana Cantú se convirtió en el máximo dirigente revolucionario del Distrito Morelos llegando al grado de General De Brigada otorgado por Emiliano Zapata.
El líder ,que hasta la fecha recuerdan habitantes de Malinaltepec, pero que aún no cuenta con un reconocimiento oficial por parte del Ayuntamiento de dicho municipio, sobrevivió a la Revolución, formó parte del Ejército federal, se jubiló en 1945 y murió en 1972 retirado en la ciudad de México.
Para la investigación, Herrera Cipriano contó con el apoyo de diversas fuentes desde los archivos de Ayuntamientos de Tlapa o Malinaltepec, archivo de Guerrero, archivo de la Sedena, la UNAM, entre otros, además de entrevistas de campo.
Cuestionado respecto al trato de las noticias por parte de medios masivos, como las televisoras nacionales, sobre el Movimiento Popular Guerrerense, comentó que existe una lucha política y de clases sociales lo cual hace diferentes las demandas de los sectores más marginados y quienes están mas o menos bien o piensan que lo están.
“Éste grupo se alarma por las movilizaciones que otros sectores de la población hacen porque consideran que se pone en riesgo su estabilidad, y se olvidan que existen pobres cuyas demandas no son atendidas”, dijo.

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