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Semiabandonado y en calma lució ayer el campamento de la CETEG

Lourdes Chávez

Chilpancingo

La tregua anunciada por los dirigentes de la CETEG el viernes se notó en el campamento que los maestros instalaron hace 67 días en Chilpancingo.
Ayer, las manifestaciones más visibles de la tregua eran la presencia de poca gente en el campamento, quizás unos cien profesores y personas de apoyo de organizaciones que componen el Movimiento Popular Guerrerense.
La mayoría de los maestros regresó a sus lugares de origen, en espera de la marcha estatal que anunciaron para el primero de mayo, que todavía hoy no se sabe si será en Acapulco o en Chilpancingo.
El campamento luce con muchas lonas, hules, lazos y cuerdas que sirvieron de resguardo a miles de profesores, que se encuentran dispersos; algunos prefieren estar en el auditorio de la Coordinadora, mucho más fresco que en la intemperie y donde se han realizado largas e intensas asambleas con cientos de representantes a puerta cerrada.
Tampoco fueron ayer los vendedores ambulantes, que abundaron y que incluso acompañaron a los maestros en todas sus acciones de protesta. A las dos de la tarde, sólo una joven ofrecía mangos maduros.
Los comercios establecidos se mantuvieron abiertos, pues finalmente los maestros del movimiento han sostenido la economía formal e informal de la zona durante los dos meses del paro de labores de las oficinas centrales de la Secretaria de Educación Guerrero (SEG), que concentra a uno de los más amplios sectores de burócratas del estado.
Los maestros movilizados han demostrado que vivimos en una sociedad de consumo, que se confirma  con las cantidades de basura que generan; no es gratuito que hayan colocado un anuncio donde se pide que se cierren las bolsas de basura para evitar un foco de infección, y que a las 7 de la mañana un carro del municipio irá a recoger los desechos.
Los sanitarios que usan para sus necesidades y limpieza personal son los del edificio de la CETEG, insuficientes en los periodos de mayor participación.
Por la seguridad de los que aún se quedan a dormir, se mantuvo cerrado un tramo de dos cuadras en la avenida Ruffo Figueroa, de las oficinas centrales de la SEG a la Secretaría de Salud, donde también se ocupó el estacionamiento.
En las paredes del edificio sindical se divulgan artículos y caricaturas para denunciar el abuso de poder, mantener la unidad y formar una identidad del movimiento popular.
El cartón más reciente lo protagoniza el presidente Enrique Peña Nieto y banqueros representados por enormes cerdos, y que tras la aplicación forzada de la reforma educativa colocan un signo de pesos en la entrada de una escuela de lámina y cartón, para mejorar la calidad del servicio.
A la par, también se colocaron anuncios de permutas a diferentes regiones, lo que indica que continúa la actividad sindical.
Los principales líderes magisteriales, que prácticamente vivían en las oficinas seccionales bajo la protección del campamento –acosados además por las órdenes de aprehensión en su contra–, no se han presentado en los últimos actos políticos después de que el gobernador ordenó su aprehensión inmediata.
Hasta el viernes, el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, no había confirmado si se solicitarían amparos para evitar la aprehensión de los dirigentes, aunque en el gobierno estatal ya se hablaba de 39 líderes a quienes se les fincarían responsabilidades por las acciones del movimiento.

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