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El combate al hambre en México no es caro, pero se deben usar los recursos con eficiencia: FAO

Monserrat Bosque / Agencia Reforma

Ciudad de México

El costo que tiene para México y cualquier otro país el combate al hambre es mínimo y más que un gasto es una inversión que permite grandes ahorros en asistencialismo y programas de salud, aseguró José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
En entrevista con Reforma, aseguró que el combate al hambre, en especial en un país como México, que tiene una importante capacidad productiva de alimentos, es barato, pero requiere de una coordinación adecuada de las políticas públicas ya existentes para eficientar el uso de los recursos.
“No se trata de crear programas nuevos, sino de usar los que ya se tienen y coordinarlos, crear sinergias entre ellos; eso evita que se dupliquen y distribuye mejor el gasto que hace el gobierno hacia las verdaderas necesidades de la población. En Brasil asiste a 12 millones de familias y el costo de esa asistencia representa 0.4 por ciento del PIB”, dijo.
En Brasil, detalló, cuando inició la estrategia Hambre Cero, que ha servido de modelo para la Cruzada contra el Hambre en México, se contemplaba la implementación de 61 programas de gobierno, mientras que actualmente el combate incluye tan sólo 20.
“En México la Cruzada contra el Hambre incluye 72 programas que son implementados; en Brasil eran 61, pero se fueron reduciendo paulatinamente. Algunos de ellos cumplieron su función y dejaron de usarse, otros se combinaron entre sí y se fueron eficientando, y es lo mismo que se esperaría que pasara en México”, explicó.
El director general de la FAO indicó que, si bien el cambio climático y la volatilidad en los mercados representan actualmente un agravante de la pobreza alimentaria, es posible superarlos y la clave está en el desarrollo de mercados locales.
“En Brasil el programa comenzó en medio de una gran sequía, tal y como está sucediendo en México (…) Sin duda el cambio climático es un factor de incertidumbre cada vez mayor en la producción de alimentos, pero se puede superar, aunque para ello se requiere un rediseño completo de la producción agropecuaria que se enfoque en el desarrollo de capacidades de los pequeños y medianos productores y en la creación de mercados y cadenas de valor locales”, remarcó.
El experto destacó que, para los países en desarrollo, como México, la apuesta por entrar a los mercados globales de alimentos debe ser superada y deben enfocarse los esfuerzos en impulsar la producción de aquellos alimentos que no se contemplan en los grandes mercados, como el frijol, la yuca, entre otros, pues ellos están exentos de los vaivenes del mercado y son fundamentales para alimentar a los más necesitados.

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