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Marchan maestros a la Procuraduría por la liberación de los cuatro detenidos

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Unos dos mil maestros y padres de familia marcharon la tarde de ayer a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para exigir la liberación de los cuatro trabajadores de la educación detenidos por los actos de vandalismo contra edificios públicos el miércoles pasado.
Aunque a medio día ya se había difundido oficialmente la detención de maestros movilizados contra la reforma educativa, en el plantón de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) había desconcierto, desinformación y coraje por las versiones que llegaban a cuenta gotas al campamento.
Los dirigentes magisteriales se reservaron hacer un posicionamiento sobre la aprehensión de cuatro trabajadores de la educación, pero a las 3:40 de la tarde los maestros del plantón marcharon a la PGJE para exigir la liberación de sus compañeros y denunciar la represión al magisterio.
Dos horas después, a las 5:30, se anunció el repliegue de la acción política y regresaron al campamento donde continuarían las reuniones internas; más tarde se informó que continuaban reuniendo datos a través de su abogada, que continuaba en las diligencias en la Procuraduría.
Desde temprano la PGJE informó que se habían ejecutado las primeras dos órdenes de aprehensión contra los maestros José Lucas Juárez Tlatempa y Genaro Guevara Hernández, por los delitos de motín, terrorismo y daños, y que continuaba la búsqueda de 37 más contra quiénes también se abrieron procedimientos judiciales.
Juárez Tlatempa se identificó como un militante de base, y Guevara Vázquez como  integrante de la comisión ejecutiva de la sección democrática de la Sección 14 del SNTE-CETEG.
Desde esa hora también se mencionaba la desaparición del líder de una delegación sindical de oficinas centrales, Cesáreo Rosendo Feliciano, de quien más tarde la Policía Ministerial confirmó su detención en Chilpancingo, así como de Mauro Lázaro García, a quienes los maestros también identificaron como base del movimiento.
Antes de estas aprehensiones, el gobernador Ángel Aguirre Rivero señaló que entre los 39 acusados están el dirigente estatal de la CETEG, Gonzalo Juárez Ocampo, de quien trascendió que participaría en la mesa de negociación nacional con el subsecretario de Gobernación en la ciudad de México, y el representante de la zona Centro, Minervino Morán Hernández, que presuntamente estuvo a punto de ser detenido el miércoles, pero se escabulló.
Antes de la marcha se realizaron dos asambleas cerradas de los representantes de la región Montaña, la que ha aportado mayor número de participantes en las manifestaciones de la CETEG, y la sesión estatal que determinó accionar para fijar una postura política sobre las detenciones.
La marcha, donde participaron en las misma proporción hombres y mujeres, así como algunos niños, denunció con pancartas: “la represión, el diálogo del gobierno”, “detienen a dirigentes cetegistas y liberas a los asesinos”, “presos políticos, libertad”, “cese al hostigamiento magisterial”, “en Guerrero se combate al magisterio con cárcel y se ignora el crimen organizado”.
A través de un altavoz, varios líderes regionales señalaron que los maestros no son delincuentes, ni se encuentran en la desobediencia civil por casualidad, sino porque fueron afectados en sus derechos, porque les quieren quitar la seguridad en el empleo, que están dispuestos a defender.
En la entrada de la PGJE, ante unos 300 antimotines que ya los aguardaban atrás de la pluma del estacionamiento, y como barricada dos camionetas de la Policía Ministerial, también denunciaron que deben emitir entre 60 y 80 mil órdenes de aprehensión, para todos los maestros que participan en la defensa de la educación pública.
Se insistió en que al gobierno no le van a alcanzar las cárceles para que los opositores a las políticas del presidente Enrique Peña Nieto. También se denunció que si es necesario esgrimir otro tipo de lucha por la liberación de sus compañeros, tendrían que recurrir a ellos: “¡ni un paso atrás!”
En el contingente iba una representación numerosa de la región Costa Chica, entre ellos personas con palos y tubos, a quienes se les pedía actuar con sensatez para “cuidar el movimiento”. De hecho durante el recorido no ocurrió ningún hecho de violencia
Frente a los antimotines que cambiaron en varias ocasiones de posición, los manifestantes repetían “ni la cárcel, ni descuentos, detienen al movimiento”, “cuidado, cuidado, con Guerrero, estado, estado guerrillero”.
Después pidieron paso para la abogada de la CETEG y luego para los abogados del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, que ingresaron por otra puerta a las instalaciones.
Ahí se supo que los trabajadores de la Procuraduría habían sido desalojados desde las 2 de la tarde, porque se preveía una reacción de los maestros, que como amenaza también cantaban “si no hay solución, haremos quemazón, si no hay solución, aquí será el plantón”.
Pero a las 5:30 de la tarde, uno de los dirigentes anunció el repliegue de la movilización, que dijeron habían cumplido ya con su objetivo, porque los abogados serían recibidos por la procuradora Martha Elva Garzón y se tenían 72 horas para definir la situación jurídica de los detenidos.
Algunos manifestantes protestaron, pero ante el movimiento de los contingentes regresaron al plantón estatal. Los manifestantes aún no sabían que las cuatro personas detenidas fueron trasladadas a penales de alta seguridad de Nayarit y Veracruz.

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