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Invierte la obra teatral Hard Candy los juegos de poder y los roles del cazador y el cazado

Raymundo Zamarripa / Agencia Reforma

Monterrey

Los cuentos de hadas han sido dulcificados para volverlos productos de consumo masivo, pero la obra de teatro Hard candy (basada en la película homónima de 2005, con Ellen Page y Patrick Wilson) le da un giro al mito de la Caperucita Roja.
Ahora es ella quien se pasa de “loba” con quien originalmente era su victimario, o al menos eso es lo que parece.
La puesta en escena se presenta en el Teatro del Centro Cultural Helénico con las actuaciones de Tessa Ía (protagonista del filme Después de Lucía) y Arap Bethke.
“Aquí va a haber sangre y vísceras. Es un texto que se presta para eso y los directores no tienen miedo de mostrarlo. Creo que cuando tienes la posibilidad y el texto lo justifica, ¿por qué no? Que haya un poco de cosas medio gore, medio violentas”, adelanta Bethke en entrevista.
La historia presenta el encuentro entre Heyley, una chica de 16 años, y Jeff, un fotógrafo de 35, quienes después de tres semanas de coquetear en línea deciden conocerse en persona en una cafetería, para terminar más tarde en la casa de él.
“Tanta dulcificación de los mitos y de los cuentos ha hecho que la gente tenga un poco de aversión a ver cosas más reales, más fuertes, y ésta es una obra justo para redimir una historia violenta”, explica el actor.
Sin embargo, la obra no está planteada de una forma demasiado expuesta –la gente no va a salir traumatizada–, pero se muestran situaciones que no siempre son fáciles de digerir.
“La tortura psicológica es mucho más fuerte que una tortura física y eso es lo saben los personajes y es lo que sucede en la obra”, insiste.
La adolescente manipula de tal manera al hombre que lo lleva al límite entre la vida y la muerte, mientras el público medita quién está bien y quién está mal. Los juegos de poder y los roles del cazador y el cazado cambian todo el tiempo.
“Esta niña toma la justicia en sus propias manos y, más que en la vida, me parece interesante que en las historias se cuenten este tipo de cosas, porque creo que sí es importante mostrar el cambio, el equilibrio de poderes”, abunda Bethke.

La dulce venganza

En Hard candy, como ocurre todos los días, queremos etiquetar a los personajes. A Heyley la vemos como “la mala” por todo lo que le hace a Jeff, quien nos parece ser “el bueno”.
“Pero no hemos visto la parte atroz de él”, comenta Tessa, quien viene de toda la ola que generó la polémica cinta Después de Lucía.
“Me encanta que (tanto la película como la obra) son historias interesantes, con mucho que decir, actuales y con personajes llenos de matices. Por un lado es difícil, por todo lo que hace y la rodea, pero por otro es muy misterioso y hasta el final de la obra nunca sabemos quién es ella realmente”, asegura.
La actriz encuentra puntos con los que se identifica con Heyley, como el ser determinada, pasional e incluso algo psicótica.

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