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Forma la Iglesia comisión para el protocolo de seguridad para Acapulco y las dos costas

Mariana Labastida

 

Un directorio telefónico con números de emergencia de autoridades a quien acudir en caso de un secuestro, asalto o quedar en medio de un enfrentamiento son algunos de los puntos que se especificaran en el protocolo de seguridad que desarrolla la Iglesia para los sacerdotes de Acapulco, Costa Grande y Chica.

El arzobispo Carlos Garfias Merlos indicó que esperan tener las recomendaciones para los sacerdotes y la comunidad en julio, mismo que se adaptará de acuerdo a las circunstancias que vivan en cada una de las localidades.

En el encuentro bimestral en el seminario del Buen Pastor, unos 70 sacerdotes de la diócesis acudieron a una especie de retiro, donde además de dialogar de los asuntos pastorales, se asignó una comisión para desarrollar el protocolo de seguridad que implementará la Iglesia.

La elaboración del protocolo lo había anunciado el arzobispo Garfias Merlos en la sesión semanal de la Asociación Civil Acapulco el 24 de abril, donde explicó que ese se desarrollará debido a que continúan los hechos de violencia, siendo la región de la Costa Grande donde existe el mayor temor de los sacerdotes.

Al final del trabajo de dos días, el arzobispo explicó que se consideró que el protocolo de seguridad debe de contener planteamientos y recomendaciones no sólo para los sacerdotes sino también para la comunidad, como medios de transporte, horarios de los mismos, e identificar salidas y llegadas cuando salgan a otras comunidades, y de ser posible teléfonos o un modo de estar en comunicación cuando se vaya a los “lugares de más alto riesgo”.

Los sacerdotes plantearon que se establezcan en el protocolo puntos precisos en situaciones de riesgo como secuestros, asaltos o enfrentamientos donde queden como testigos, “qué pasos dar, qué acciones realizar y a quiénes acudir”, explicó Garfias Merlos, y se propuso la elaboración de un directorio telefónico de autoridades a quienes acudir en  cada caso, “para que en un su momento en cualquier situación acudir a quien nos pueda auxiliar”.

Garfias Merlos reiteró que en la Diócesis de Acapulco no se han tenido amenazas ni hechos directamente donde los sacerdotes estén afectados como asaltos o secuestros y que el protocolo se hará con elementos comunes y decanato, hará especificaciones de acuerdo a la realidad que ellos tienen.

Como en el caso de la Costa Chica donde se tiene relación con los movimientos de autodefensa y la Policía Comunitaria y se han  empezado a implementar algunos elementos como estar en relación con los que están al frente de los movimientos y de las autoridades.

El protocolo esperan tenerlo listo para la próximo encuentro de sacerdotes en julio para que se lo puedan llevar de regreso a sus comunidades y lo empiecen aplicar.

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