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Celebran las mujeres el Día de las Madres entre la felicidad y la melancolía

Mariana Labastida

Felicidad y melancolía son los sentimientos que invaden a las mujeres que hoy celebrarán el Día de las Madres, algunas tendrán que trabajar y el día pasará como cualquier otro del año, mientras que otras les entristece no poder festejarlo con los seres que les dieron la vida.
Josefina Chilapa Nava vende fruta en un puesto semifijo que instala frente a la  unidad familiar del IMSS número 9 en la Cuauhtémoc, a sus más de 60 años está empezando de nuevo el camino como madre, hace un año murió su hija mayor, por lo que quedó a cargo de sus tres nietos, dos niñas y un niño, mismo número de hijos que ella tuvo.
No espera festejos, “cuál fiesta, vamos a trabajar, hay que trabajar porque si no no hay pa’ comer”, dice al preguntarle cómo espera que le festejen el Día de las Madres. Menciona que tendrá que mover su puesto por este día, la clínica del IMSS según le dijeron estará cerrada, será poca la gente que pase por la  banqueta donde ella se pone diariamente, así que se podrá “más allá o por allá”, dice señalando la esquina que forman las calles Cuauhtémoc y Humbolt o cerca de la Vía Rápida.
Sus tres nietos la acompañarán como lo han hecho en el último año; tiene que trabajar para ellos, para que vayan a la escuela, para vestirlos y alimentarlos. A Josefina el Día de las Madres no le emociona, su rostro refleja tristeza y sus ojos se le ponen llorosos al recordar que hace un año murió su hija.
La melancolía también es parte de los festejos del 10 de mayo, aunque estará con su hija y su esposo, la coordinadora delegacional de Comunicación Social del IMSS en Guerrero, Mónica Martínez, añora poder celebrar el día con su mamá, quien no se encuentra en la ciudad; al igual que María Bernal Fuentes, su madre viven en Jaleaca de Catalán municipio de Chilpancingo, lleva más de seis meses sin verla y no podrá viajar a visitarla en el Día de las Madres.
“Vamos a estar de flojos pero no voy a poder estar con mi mamá”, dijo doña María, quien espera que sus tres hijos lleguen a su casa a festejarle el Día de las Madres y poder pasar un día agradable.
Otra que no trabajará es Liduvina Barreda Álvarez, enfermera desde hace 21 años. Emocionada dice que no trabajará, que le darán el día y podrá pasarlo con su hijo adolescente; sin embargo recuerda cómo se ha perdido festivales y celebraciones por su empleo, “a veces el horario no me permite ir y me los pierdo, lo bueno es que me los graban y los puedo ver, como cuando le entregaron la bandera (a su hijo)”, recuerda.
Hoy Liduvina quiere descansar y pasar el día con su mamá, “uno tiene muchos roles, el de mamá es uno de ellos; aunque no se tenga tiempo y se crea difícil cuando uno quiere hacerlo todo parece más fácil,” expuso.

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