Rechaza la CRAC llamado de la Segob para ir a negociar a la ciudad de México

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) acordó en su asamblea de la tarde y noche de ayer, continuar sus acciones de presión y rechazó una propuesta del comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, de la Secretaría de Gobernación, para que una comisión se trasladara a la ciudad de México para participar en una mesa de diálogo.
Entrevistado al término de la reunión, el coordinador de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, Raúl de Jesús Cabrera, dijo que resulta una contradicción que el gobierno estatal y federal les prohíban salir de su territorio, y ahora les estén pidiendo que se trasladen a la ciudad de México a reunirse con ellos.
La asamblea acordó integrar comisiones cuyos integrantes comenzaron a recorrer las comunidades desde la tarde noche de ayer para concentrar más gente para este viernes y seguir con las acciones, que hasta la noche de ayer habían arrojado la detención de un secretario de Acuerdos del Juzgado, de un comandante de la Policía Ministerial y cuatro agentes, además del decomiso de 16 armas, 10 de policías municipales de Malinaltepec y 6 de San Luis Acatlán.
Por la mañana, el coordinador de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, Raúl de Jesús Cabrera, respondió a la advertencia del gobierno del estado a través de un boletín de prensa en el sentido de que se encuentran al margen de la ley, y dijo: “el gobierno del estado ya dio su respuesta, de que nosotros estamos cometiendo un delito, porque para cualquier detención debe de haber una orden de aprehensión para ellos, pero cuando nos detuvieron a nosotros no hubo ni una orden, cómo es posible que para ellos sí quieren que se aplique la ley, cuando son ellos los que no respetan los derechos de los pueblos”.
Y luego añadió que la respuesta que dio el gobierno del estado “no nos preocupa hasta este momento, ellos quieren que nos vayamos a una reunión a Acapulco (la primera que les ofreció el gobierno del estado con funcionarios estatales), cuando ellos dicen que no tenemos derecho de salir de nuestro territorio, ¿y cómo es que nos están citando a otro lado?”

Agregó que al citarlos en Acapulco nuevamente el gobierno estatal pretendía ponerles un “cuatro”, pero dijo que ahora “nosotros ya no nos vamos a dejar”.
Respondió, asimismo, sobre las advertencias de que les van a aplicar la ley: “eso tampoco nos preocupa, siempre nos han estado amenazando. La CRAC siempre ha estado acostumbrada a eso en los 17 años que llevamos”, dijo.
Mientras tanto , en entrevista por la tarde, después de la asamblea, De Jesús Cabrera informó que por la tarde recibieron una llamada telefónica del abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, a través de quien el comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, les ofreció una reunión pero en la ciudad de México.
La propuesta fue discutida en la asamblea, pero la mayoría de los más de 300 asistentes la rechazaron y aprobaron otra que fue la integración de comisiones para recorrer las comunidades del territorio comunitario y traer más gente para este viernes y continuar con las acciones.
“Nosotros estamos en la mejor disipación de dialogar, pero nos quieren mover de aquí, imagínese las confrontaciones a las que nos enfrentamos aquí en Guerrero y quieren que vayamos a México”, expresó.
Dijo que la postura de la CRAC, en el sentido de no acudir a la ciudad de México, para los coordinadores es respetable “y vamos a acatarla, vamos a seguir con nuestras acciones, tal y como lo acordaron los representantes de los pueblos”, advirtió.
El coordinador dijo que son varios puntos los que tiene que tratar la CRAC con los gobiernos estatal y federal, incluso más de los 10 que contiene el pronunciamiento aprobado por la mañana, que tiene que ver con la devolución de las dos camionetas, el armamento y sus pertenencias personales, así como el libre tránsito en todo el territorio estatal y nacional, además de la autorización de armas de alto calibre.
Respecto a este punto, en la asamblea de la mañana se justificó la petición de la devolución del armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y la autorización para portarlo en adelante, porque “nosotros cumplimos la misma función en contra de los delincuentes como lo hacen los militares o las policías, también nos enfrentamos a los delincuentes, corremos el mismo riesgo y tenemos derecho a usar el mismo tipo de armas que ellos”, explicó un comandante de la Policía Comunitaria.
Mientras tanto, por la tarde noche, el coordinador Eliseo del Villar Castillo demandó a las autoridades estatales y federales que accedan al diálogo con la CRAC, “porque de lo contrario, los pueblos cada día se están organizando mejor y está en ellos darle solución a esto, de lo contrario ellos serán los responsables de lo que pueda pasar, porque fueron ellos los que provocaron a la CRAC”.
Dijo que de parte de las autoridades comunitarias hay disposición al diálogo y a participar en una mesa de trabajo, “pero si las autoridades no tienen esa voluntad, ya hemos sido claros como CRAC que seguiremos accionando”.
Por la mañana, las autoridades comunitarias descubrieron a tres grupos de encuestadores supuestamente del programa de Oportunidades, que realizaban en realidad una consulta en la cabecera municipal para conocer si había el respaldo de la población a las acciones de la CRAC.
El objetivo, se reveló en la asamblea, era conocer si había apoyo  de los ciudadanos, por lo quelas autoridades accederían a la instalación de la mesa, de lo contrario no acudirían.
Otro incidente ocurrió en Ayutla, cuando el promotor de la CRAC y de la Policía Comunitaria en Tecoanapa, Prócoro Valente Gil, fue retenido por más de una hora por elementos del Ejército, que mantenían un retén en la gasolinera de la entrada de la ciudad.
“Nos dijeron que había la orden del gobierno de no dejar pasar a nadie de la CRAC”, dijo Valente Gil.
Informó que él venía con un grupo de policías comunitarios a San Luis Acatlán a respaldar el movimiento, y que lo mantuvieron retenido de 7 a 8 de la mañana, hasta que uno de los mandos de los militares recibió una llamada telefónica.