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Analizan desde dentro el movimiento #YoSoy132 a un año de su surgimiento

Diana Baptista / Agencia Reforma

 

Ciudad de México

 

A un año del “viernes negro” de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, estudiantes y académicos hicieron un balance sobre los logros y las fallas del movimiento #YoSoy132, en el que destacaron la realización del debate de los candidatos presidenciales frente a los jóvenes y el impulso de la reforma en materia de telecomunicaciones.

A raíz de una protesta protagonizada por estudiantes de diferentes carreras de la Ibero durante la visita del entonces candidato presidencial del PRI, nació #YoSoy132, apoyado por alumnos de instituciones públicas y privadas del país.

“Fueron relevantes por su organización independiente, la frescura de sus demandas, la insolencia democrática, la interpelación a los partidos, su oposición a los monopolios y su obvia capacidad de imaginación”, opinó Pedro Peñaloza, académico de la UNAM.

Fue el primer movimiento social en presentar características de una organización horizontal y sin líderes, agregó, lo cual brindó una frescura inusitada al panorama político nacional.

Ana Rolón, estudiante de Comunicación de la Ibero, recordó el rechazo a la manipulación mediática de un candidato como una de las principales razones para convocar a un debate presidencial, el cual fue realizado por estudiantes y transmitido a través de internet.

“El 19 de junio (día del debate) es una fecha histórica para la ciudadanía, porque jóvenes de 20 a 25 años le demostramos al IFE que no se necesitan millones de pesos para armar un diálogo, y la ciudadanía se dio cuenta de cuánto se puede involucrar en el proceso”, indicó.

Las demandas de #YoSoy132 en torno a la democratización de los medios, consideró Leonardo Figueiras, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, se han visto reflejadas en acuerdos políticos como el Pacto por México y en la reforma de telecomunicaciones, y su discurso ha influido en la toma de decisiones políticas de la nueva administración federal.

“La nueva ley de telecomunicaciones tiene que ver con todo esto que sucedió, puesto que concreta el reclamo de este movimiento y muchos otros más”, afirmó.

En opinión de los especialistas y de integrantes del movimiento, #YoSoy132 integró a los jóvenes a la vida política del país, lo que se reflejó en una participación sin precedentes en las elecciones presidenciales, que borró la imagen de apatía e indiferencia que se tenía de ese sector de la población.

No obstante, la represión sufrida el 1 de diciembre durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, así como la burocratización de la toma de decisiones mediante asambleas, señalaron, fueron dos de los factores que resultaron en la desarticulación del movimiento.

Para Alfredo Lecona, estudiante de Derecho de la Universidad del Valle de México, la realización de asambleas nacionales y locales impidió tener reacciones inmediatas ante hechos coyunturales.

“Uno de los grandes errores fue habernos sumido en los métodos asamblearios. Fuimos excesivos en poner atención a las asambleas, y se dejó el trabajo de base de lado. Fallamos en descentralizar el movimiento”, opinó.

Javier Bautista, académico de la Universidad Iberoamericana y miembro de la Asamblea de Académicos del #YoSoy132, destacó como uno de los mayores errores del movimiento el no haber trascendido a la coyuntura electoral, y haberse anclado en el tema de la imposición presidencial.

“Fue un error seguir con la avalancha electoral. Nos centramos mucho en el proceso electoral y nos olvidamos de construir canales de diálogo más efectivos con la sociedad; en su lugar seguimos insistiendo con la ‘no imposición’, lo cual metió al movimiento en una espiral estéril”, señaló.

De acuerdo con Lecona, el momento más difícil y que aún no ha sido superado, fue el sucedido el 1 de diciembre en el Centro Histórico de la ciudad de México, tras los cuales #YoSoy132 se ganó una percepción pública negativa, y fue obligado a reconfigurarse en grupos más pequeños y que actúan de manera autónoma.

Actualmente, #YoSoy132, explicó, afronta un proceso de reorganización con base en un proyecto de lucha de siete puntos y ha pasado de ser un movimiento de masas a uno que pelea “desde trincheras”.

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