Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan

El Sur: un periódico imprescindible en la lucha por los derechos humanos

 

 

Hace 20 años, cuando varios colegas platicábamos con Juan y Maribel en un restaurant de Tlapa, compartíamos la ilusión de contar con un medio que centrara su mirada en las luchas emblemáticas de los pueblos de Guerrero e imprimiera los rostros y las voces de quienes escriben desde las montañas, las costas y los valles, la historia densa y prolífica del acontecer cotidiano de Guerrero, plagado de rebeldía y esperanza.

Teníamos la certeza de que en el país y en nuestro estado se daría una transición política. Se sentía en el ambiente un ánimo enorme para empujar hacia un cambio, apostándole a la lucha electoral. Estaba aún viva la efervescencia ciudadana de pelear palmo a palmo por el poder presidencial que le fue usurpado al hijo del Tata Lázaro, por Salinas de Gortari.

El despertar latinoamericano de los pueblos indígenas, contra las políticas “etnocidas” impuestas por los gobiernos colonialistas increpaba a un sistema excluyente y racista. La destrucción de  la estatua del conquistador Diego de Mazariegos, en octubre del 92, por parte de los indígenas chiapanecos fue el preludio de lo que sería la madrugada del primero de enero del 94, cuando  los indígenas zapatistas le declararon la guerra al Ejército mexicano. En nuestro estado, el Consejo Guerrerense  500 años de Resistencia Indígena demostró ser una organización indígena ejemplar por su fuerza inquebrantable. Las históricas marchas que realizaron a la ciudad de México le imprimieron un sello único por ser un movimiento surgido desde las entrañas de los pueblos indígenas, que tenía en su haber una gran calidad moral y política. ¡No están solos! Fue el grito trepidante y el saludo combativo de los nahuas, me Phaa, na savi y amuzgos de Guerrero a los indígenas zapatistas, que enfrentaban la embestida del Ejército.

La violencia política emprendida desde el poder presidencial y secundada por Ruiz Massieu contra el movimiento cardenista del 88 tuvo como saldo más de 300 perredistas asesinados en el país, siendo alrededor de 70 de Guerrero. Esta represión encarnizada dio lugar a un movimiento político de oposición que cimbró las estructuras caciquiles impuestas por el PRI.  La Montaña se transformó en una región emblemática para el partido comunista mexicano, gracias al liderazgo del maestro Othón Salazar, quien luchó denodadamente enarbolando la doctrina y la bandera del PCM. Su lucha inquebrantable y su figura carismática le imprimieron un sello especial, al grado que la región llegó a ser un bastión de la oposición, bautizada como Montaña roja.

Los colgados de Ayotoxtla, en diciembre de 2003, fue una noticia que dio la vuelta al mundo y volvió a colocar a Guerrero como uno de los estados más inseguros, donde impera la violencia caciquil, la corrupción de los políticos, la barbarie policiaca y la represión militar.

En medio de tantas desdichas y tanta perversidad de los gobiernos, los ciudadanos y ciudadanas, ensayábamos como sociedad civil, formas inéditas  para acabar con la hegemonía política impuesta por el PRI y al mismo tiempo, romper con el control político de los medios de comunicación. En esta lucha por la democratización de nuestro estado era imprescindible contar con un medio informativo que diera cuenta de los trágicos acontecimientos y de las luchas políticas que libraban los ciudadanas y ciudadanas contra el poder caciquil. Era de suma trascendencia, contar con un medio impreso que recuperara la esencia de lo que es un verdadero periodismo; sin ataduras ni concesiones para los sátrapas del poder; sin condicionamientos políticos ni económicos. Un periódico cercano a lo que vive, siente, sufre y lucha el pueblo de Guerrero. Un periódico que diariamente le recuerde a los poderosos que el el halago y la lisonja no son ninguna noticia para una población informada, por el contrario, es el síntoma más claro de su atraso político y su ruindad.

En una mirada retrospectiva podemos decir con agrado y orgullo que El Sur ha sabido cumplir con creces su misión de informar y de ser un periódico al servicio de la sociedad. Al contrario de lo que ha pasado con los gobiernos priistas y perredistas,  que han denostado a los héroes del pueblo, (como ahora lo está haciendo contra los maestros, maestras, policías comunitarios y estudiantes) las páginas de El Sur dan cuenta de la grandeza de un pueblo que lucha dignamente y que construye el nuevo amanecer de la justicia y la democracia, dando lecciones de entrega, sacrificio, valor, pasión y amor por las mejores causas de Guerrero.

Lo que nos alegra es ver un proyecto periodístico consolidado, que cuenta con el respaldo y la confianza de un amplio número de lectores y lectoras que son afines y críticos a su línea editorial. Nos entristece seguir leyendo la trágica realidad de Guerrero, que desde hace 20 años se sigue escribiendo con sangre de la gente que ha dado todo y que por culpa de los gobiernos, no han alcanzado una vida digna.

A pesar de la multiplicidad de amenazas, agresiones, persecuciones y campañas de desprestigio, contra  sus fundadores y todos los compañeros y compañeras que aquí laboran, les decimos que el periódico El Sur desempeña un papel imprescindible en la lucha por la defensa de los derechos humanos en Guerrero. Sin ustedes no tendríamos un lugar donde escribir las historias de los grandes defensores y defensoras que ha dado nuestro estado. ¡Muchas felicidades!

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