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Sigue siendo el libro impreso el principal soporte para la cultura frente al e-book

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

A pesar de la crisis económica y una cultura cada vez más tecnologizada, el e-book no ha logrado imponerse al libro tradicional, pues el papel continúa en el mundo como el principal soporte para la lectura.
Evidentemente, el tema preocupa, pero antes que una disminución de la lectura en papel, lo que se percibe es un desplazamiento, asegura Wilfrido Rincón Arredondo, presidente de la Cámara del Papel en México.
“De entrada, creemos que, efectivamente, los medios electrónicos van a ir sustituyendo el libro de papel, pero no va a ser de un año para otro, será un proceso largo, y sólo los sustituirá en parte, no los va a eliminar”.
Rincón Arredondo destaca como un primer factor el que México no tiene conectividad al 100 por ciento.
Y, como segundo, el que que de acuerdo con la experiencia en otros países, los medios electrónicos han ayudado, pero no han sustituido nunca al libro.
Según el representante del gremio, como industria están evolucionando para hacer frente a los cambios, pero confía en la fortaleza del papel.
“En cuanto a los libros, se cierra una puerta y se abre la otra. Yo descubro digitalmente un libro o un artículo, que luego quiero bajar para leerlo. Lo bajo y lo imprimo. ¿En qué lo imprimo? En una hojita de papel”.
De acuerdo con un reporte de 2011 y a partir de datos proporcionados por las fábricas y la Secretaría de Hacienda, el 23 por ciento del consumo de papel en México está orientado a la lectura (5 por ciento periódicos y 18 escritura e impresión), y Rincón Arredondo señala que ese índice no ha variado.
En Europa, aseguran especialistas, el futuro del libro en papel tampoco está amenazado, al menos en el corto y mediano plazo, pues mantiene hasta hoy una posición dominante en el mercado editorial.
Según datos de la Federación de Editores Europeos (FEE), en el Reino Unido, donde más ha penetrado, el libro digital ha superado el 10 por ciento de ventas del total del mercado editorial; en el resto de los países de la Unión Europea no supera el 3 por ciento.
“Lo que pasa es que se habla mucho más del libro digital que del de papel, pero, como importancia económica, el libro de papel sigue siendo mayoritario”, asegura el economista Enrico Turrin, quien trabaja para la FEE.
No obstante, precisa que el libro digital se está desarrollando y creciendo a un ritmo muy acelerado.
“Tampoco en el medio plazo creemos que el libro de papel desaparezca, lo que ocurre es que tenemos que estar pendientes del gusto de los lectores, porque hay muchísima gente aún que no quiere renunciar al gusto de tocar y hasta oler el libro impreso, así que no hay una visión real que revele que va a desaparecer, y menos de forma drástica”, sostiene Turrin.
Aunque el e-book está ya planteando retos nuevos en cuanto a contenidos, publicidad y formatos, Thomas Sparr, director del sello alemán Surkhamp Verlag, considera que el libro digital no ha podido sustituir ni imponerse al libro impreso.
“Vemos avances y observamos que el libro digital está ganando mucho terreno, pero el camino es todavía incierto, y lo poco que podemos adelantar es que llegará una estandarización en Europa del libro digital, pero no se sabe todavía cuánto tiempo tardará en llegar”, expresa.

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