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Jaime Castrejón Diez

La reforma migratoria

El presidente Barak Obama sorprendió con el anuncio de una ley migratoria en que senadores importantes, tanto demócratas como republicanos, estaban de acuerdo. Esto hace que haya más posibilidad de que se apruebe en la Cámara baja porque los senadores importantes de los dos partidos están impulsando la Reforma. Con la visita del presidente Obama a nuestro país se renovaron las esperanzas, aún cuando cuidadosamente no trató directamente el tema.

Es natural que en algún momento se tuviera que revivir este proyecto. Ya en la época del presidente Bush y del presidente Fox estuvo a punto de establecerse esta reforma migratoria. El episodio de las Torres Gemelas vino a poner fin a este proyecto pues toda la fuerza política de la presidencia de Bush se enfocó hacia el tema de seguridad nacional. Se espera que el acto terrorista del maratón de Boston no tenga el mismo efecto.

Los tiempos han cambiado y la población norteamericana también. Estudios sociológicos realizados en los últimos cinco años muestran como la población original ha ido cambiando y el americano descendiente de europeos ha bajado alrededor del 40% o 45% de la población norteamericana; por el contrario ha aumentado el número de latinos y de orientales que han estado presionando por los cambios migratorios. Esto quiere decir que la población es diferente a la que contemplaban los llamados padres fundadores de la Unión Norteamericana. Esto también quiere decir que se tienen que flexibilizar los conceptos dentro de los partidos políticos.

La derrota de Mick Romney en las elecciones presidenciales mostraron que fue el voto latino, el voto no blanco el que finalmente se impuso y los radicales republicanos están ante la posibilidad de verse apabullados en las próximas elecciones si no flexibilizan su posición. Dentro de esta posición hay un racismo escondido. Esto se puede ver muy claramente en algunos de los documentos que utilizan las escuelas en los distintos estados de la Unión Americana en los que en la pregunta sobre la raza vienen varias posibilidades entre ellas una que dice caucásico y otra dice latino. Es claro que el latino también es caucásico, pero la segregación de quien no es o no pertenece al mismo grupo racial que se creen dueños del destino de los Estados Unidos hace que se cometan este tipo de errores que no dejan de ser insultantes.

El Partido Republicano está siendo seriamente cuestionado inclusive dentro de sus mismas filas. El tener que reconocer las nuevas tendencias poblacionales, obligaría a cambios de actitudes en ciertos aspectos, lo que hace que el ala más radical del Partido Republicano vaya alejándose cada vez más de la posibilidad de atraer el voto no blanco del electorado americano. Ya se oyen voces dentro del Partido Republicano que tratan de reorientar la actitud. El gobernador de Louisana, Bobby Jindel, republicano, en una reunión del partido hizo alusión a este problema diciendo que con el tiempo podrían convertirse en el partido ridículo si no cambiaban ciertas posiciones de supremacía racial.

Que los tiempos han cambiado es inevitable, 11 millones de personas están como indocumentados en los Estados Unidos. Si de un plumazo quisiera expulsar a los migrantes el aparato productivo se vería casi totalmente paralizado, lo que haría que la potencia económica que es hoy los Estados Unidos se desplomara. Ya en alguna ocasión se ha mencionado este asunto, inclusive hubo una película que se llamó “Un día sin mexicanos”, que hacía notar el efecto de la ausencia de la mano de obra mexicana en el estado de California.

En la visita del presidente norteamericano se pudo ver, especialmente en el acto con los jóvenes, que buscó un acercamiento ideológico con la juventud. Para todos fue sorprendente la actitud de Obama y también la respuesta de los jóvenes. El énfasis de su visita fue la economía y en este tema se refirió a la competitividad de América del norte. Llamó la atención que no tocara el tema de seguridad y que si hablara del tráfico de armas de los Estados Unidos hacia América Latina.

Aún cuando la legislación sobre la inmigración es un asunto interno de los Estados Unidos, también servirá para medir los alcances de la diplomacia mexicana en promover estos asuntos que son de interés central para la comunidad mexicana. El hecho de que se hable de América del norte como una unidad competitiva es un cambio de actitud que nuestros diplomáticos deben aprovechar.

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