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Ningún apoyo han recibido tras el incendio cerca del penal, acusan afectados

Karla Galarce Sosa

A cinco días de que sus viviendas resultaron afectadas por un incendio que comenzó en terrenos del penal de Las Cruces, integrantes de siete familias reclamaron la falta de apoyo del gobierno, pues aseguraron que no tienen qué comer, que sus vecinos les dan ropa, los alimentan y les ofrecen un techo.
Lamentaron que el Ayuntamiento no les haya llevado “ni una despensa”.
Son seis familias que perdieron todo en el incendio del jueves pasado cerca de las 2 de la tarde, mientras que otra casa sufrió daños en una de sus paredes y el sistema eléctrico.
El subsecretario de Asuntos Políticos del Ayuntamiento, Delfino Hernández Ortega, encabezó un recorrido en la zona afectada para integrar un diagnóstico que “permitirá al municipio conocer en qué ayudará a las familias”.
Nabor García Ventura, quien se presentó como abogado de las familias, dijo al concluir el recorrido, que denunciaron en el Ministerio Público de la Zapata al director de la cárcel por los daños. Ahondó que las familias ratificaron la denuncia.
Una malla ciclónica que rodea la cárcel es lo que indica el rumbo que dejó el fuego por las casas que lo circundan y que tuvieron algún tipo de daño, también se pueden observar los árboles con hojas marchitas y el rastro de carbón que dejó el incendio a su paso.
Delfino Hernández indicó que en el diagnóstico de las afectaciones también se incluirá a tres familias que construyeron sus casas en zona federal, sobre el cauce de un río que atraviesa el fraccionamiento Libertadores, de la colonia Emiliano Zapata, a pesar de que son construcciones irregulares.
El funcionario dijo en entrevista que el compromiso con las familias es que se buscará incluirlas en el mayor número posible de programas que tiene el municipio, aunque no estableció alguna fecha para la entrega de apoyo.
La señora Elsa Chávez Celestino explicó que lleva más de 20 años de vivir en esa zona. Su casa está justo atrás de la cárcel. Narró cómo el viento llevó hasta su casa las llamas que cobraron fuerza por la enorme maleza que las alimentaban.
Dijo que la limpieza del reclusorio la llevaban a cabo los presos, quienes chaponaban poco a poco el terreno y quemaban en pequeños montones el pastizal.
La casa de la señora Elsa Chávez fue una de las que tuvieron pérdida total. En uno de los dos cuartos incendiados se observó el metal que quedó de su máquina de coser, afuera, donde era la cocina, quedó el cascajo de una estufa, una cama, dos colchones y cientos de plásticos quemados.
Al lado de la casa de la señora Chávez Celestino viven su nuera y su hija Sara Socoyote Martínez y María Concepción Saguilán Chávez.
La primera dijo que cuando hicieron la denuncia ante el MP de la colonia Zapata, el titular les exigió documentos para comprobar la titularidad de sus casas, pero le pidieron comprensión porque todo, incluidas sus identificaciones, fueron consumidas por el fuego.
Dos casas construidas al borde del andador Aldama también tuvieron pérdidas totales. En los terrenos únicamente quedaron los fierros retorcidos, un cuarto de baño ennegrecido por el humo y el carbón de los escasos muebles de madera que había dentro.
Hay tres caminos para llegar hasta las viviendas quemadas, uno de ellos es por la Calle 2 de la colonia Emiliano Zapata, otro es por la parte alta de la colonia Simón Bolívar y el tercero es por Las Cruces, rodeando el reclusorio. Los tres caminos, invariablemente, van a dar al cauce del río que atraviesa el fraccionamiento Libertadores.
Allí se observa a lo lejos el ennegrecido camino que dejó el fuego que arrasó las casas que estaban hechas de cartón y láminas de asbesto, madera y láminas de cartón.
Las calles no están pavimentadas y el agua la acarrean los vecinos con mangueras desde los manantiales o pozos de agua metros arriba.
De las paredes que delimitaban las viviendas hechas en zona federal, sólo quedaron los fierros retorcidos de estufas, refrigeradores y cubiertas de ventiladores. Allí, el suave viento hacía volar no sólo la ceniza que dejó el incendio, sino que también movía las hojas quemadas de un libro de texto. “Pedro y Carmen juegan futbol”, se leía en una hoja del libro de español que no quemó completamente el fuego.
Durante el recorrido que duró poco más de hora y media, los empleados del Ayuntamiento midieron la superficie de los terrenos, observaron lo que el fuego consumió y nada ofrecieron, en ese momento a los afectados. Se comprometieron a integrar el diagnóstico para conocer “el monto total de las pérdidas”.
La integrante del área de Fortalecimiento Municipal, de la Secretaría de Palaneación y Presupuesto, Nancy Sotelo, informó a las familias que acompañaron a los funcionarios en el recorrido que darían seguimiento a los folios de gestoría que tenían para ayudarles.

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