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Vuelven a clases con vigilancia policial los maestros de 7 escuelas rurales de Acapulco

Aurora Harrison

 

Con la presencia de policías estatales a bordo de una patrulla, maestros de las siete escuelas rurales que estaban en paro por la inseguridad se incorporaron a dar clases y dijeron que la policía municipal no hizo recorridos.

En declaraciones, uno de los maestros indicó que esperan que la vigilancia sea permanente y que el gobierno cumpla con los compromisos que hizo este lunes durante la reunión, porque de lo contrario advirtieron que volverán a suspender labores.

“Sí hubo vigilancia, ayer (lunes) se hizo el compromiso durante la reunión y si no había seguridad no habría regreso, pero los comisarios y padres de familia de esas comunidades constataron que había vigilancia y decidimos regresar”, indicó.

Abundó que reiniciaron actividades, para lo que se pusieron de acuerdo en verse en un punto y viajaron en caravana, acompañados de la Policía Estatal llegaron a la escuela, por la tarde poco antes de las 12 del día, se observó una patrulla que ingresó al poblado.

Los maestros suspendieron labores el miércoles de la semana pasada, y tras un acuerdo con la autoridad decidieron regresar a clases, porque dijeron que sí hay temor pues no habían tenido problemas hasta que sus compañeros fueron víctimas de un robo violento.

El profesor contó que hace varios años había asaltos a pasajeros de camionetas, pero desde hace dos años aumentó la violencia y en la zona han dejado cadáveres, el más reciente fue en enero que asesinaron a un joven en la entrada del pueblo.

“En enero tiraron a un muchacho en la entrada del poblado, y de ahí no se sabía nada, estaba un poco tranquilo no teníamos tanto miedo y veníamos con gusto a trabajar a esta zona, pero se han suscitado varios incidentes en otros años”, declaró.

Agregó que “es tiradero de cadáveres, eso sí”, aunque ocurren asaltos pero han ocurrido otros casos, hace unos tres años dejaron abandonada a una mujer agonizando, la que fue auxiliada por paramédicos y falleció en el trayecto al hospital; y accidentes de coches.

Recordó que el enlace de la Secretaría de Gobierno, Gustavo Téliz Hernández, se comprometió a ir a las escuelas la próxima semana para reunirse con los padres de familia y autoridades de los tres órdenes de gobierno, comandantes de las policías estatal, municipal y federal.

Una maestra dijo que no se habían suscitado problemas, y mucho menos que sus compañeros fueran las víctimas, sin embargo a raíz de lo que sucedió con los maestros de la comunidad de Tecomapa decidieron tomar precauciones.

“No vimos a la Policía Municipal, no vinieron pese al compromiso que hicieron ayer (lunes) durante la reunión, de que darían seguridad para llegar a las escuelas”, argumentó la maestra, al tiempo que precisó “esperamos que cumplan”.

 

Calles de terracería, sin drenaje y casas de madera

 

Las escuelas se ubican en la zona rural de Acapulco, en las comunidades El Zapote, El Pelillo, Loma Larga y Tecomapa, y para llegar a esas comunidades el camino es la carretera del libramiento de Paso Texca, en vehículo se hacen unos 45 minutos.

El primer poblado es El Zapote, que se encuentra después de la empresa gasera en Paso Texca, las viviendas son construidas de madera, con adobe y lámina de cartón, los accesos a las comunidades son de terracería y el suministro de agua es a través de pozos artesanos.

A unos 10 minutos más adelante está la entrada al poblado de El Pelillo, desde la carretera a donde están las viviendas hay un kilómetro de distancia, la entrada tiene asfalto pero luego el camino es terracería, hay tres escuelas, un jardín de niños, primaria y telesecundaria.

Las casas tienen las mismas características, la mayoría de barro con techo de lámina, otras son de madera, no hay drenaje, el suministro de agua es por mangueras o pozos artesanos. Son unos 300 habitantes, aunque cuentan con una iglesia de material y cancha techada.

En la primaria Benito Juárez, de la comunidad El Pelillo, asisten 38 alumnos y es una escuela multigrado, la atienden tres maestros, cada uno con dos grupos, la escuela no tiene barda, sólo una malla ciclónica que rodea el inmueble, no cuenta con cooperativa.

Mientras que en la telesecundaria Francisco González Bocanegra tiene una matrícula de 42 estudiantes, todos son de esta comunidad, los salones son de concreto, hay algunos de palma de coco y el techo es de lámina de cartón.

Tampoco tiene barda, sólo una malla metálica que cubre el inmueble. Ayer se observó que algunos estudiantes, en la hora del recreo, acuden a sus casas a comer y otros salen a comprar a la tienda cercana a la escuela o aprovechan para jugar con sus compañeros.

En el kínder Niños Héroes, que pertenece al sistema de Conafe, hay un maestro –quien se queda a dormir en la comunidad– y se encarga de atender a los pequeños que toman clases en aulas construidas con trozos de madera de palma de coco.

A unos 15 minutos, más adelante, se encuentra la comunidad de Tecomapa, donde trabajan los dos maestros que fueron despojados de forma violenta de sus automóviles, el camino a la comunidad no está rastrillado y hubo vigilancia policial.

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