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Se convulsiona un indigente extranjero frente a la Universidad Americana

Salvador Serna

 

 

Un indigente extranjero estuvo a punto de morir ayer en la Costera, frente a la entrada de la Universidad Americana de Acapulco.

A las 4 de la tarde, el indigente, de 50 años, de quien se desconocen sus datos personales y nacionalidad, caminaba con dirección al banco HSBC cuando sufrió convulsiones que le hicieron perder el equilibrio y al caer se lesionó en la cabeza.

Ante turistas y residentes, quienes no sabían qué hacer, el indigente continuaba retorciéndose y gritando de dolor sobre el piso, cuando llegaron otros tres indigentes y dos lavacoches para ayudarle a recobrar el conocimiento.

Como no fue posible reanimarlo, un residente hizo una llamada al 065 para pedir el auxilio de la Cruz Roja. En cinco minutos llegó la ambulancia número GRO-010 con dos paramédicos quienes atendieron al indigente, tomándole la presión y aplicaron un suero.

“No sabemos cómo se llama, solamente le dicen El Popeye y es extranjero porque habla cuatro idiomas y no tiene familiares en Acapulco, todos están en Estados Unidos. Hace tres años trabajaba de masajista en playa El Morro pero cayó en el alcohol y casi no come, toma puro chinicuil con el dinero que le dan los turistas. Hace dos días lo atropelló una camioneta frente al (restaurant) Zorrito”, dijo Sergio Moreno, quien lava automóviles afuera de los bancos Santander y Banamex.

Mientras los paramédicos atendían al indigente, el turista Cristóbal Llamas se quejó de la mala imagen que tiene Acapulco, “llegamos hoy, estamos hospedados en el hotel Playa Suites, con mi familia hemos caminado desde el hotel hasta La Gran Plaza y hemos visto como a siete indigentes muy sucios, están en total abandono. Punto y aparte de su situación de calle, son personas, son seres humanos, esto da muy mal aspecto y no habla bien de Acapulco, que ¿acaso no hay un albergue gubernamental que los ayude?”.

Los paramédicos informaron que aparte de los golpes, hematomas y escoraciones en su cuerpo y cabeza, el indigente presentaba un fuerte cuadro de congestión alcohólica y desnutrición. Le pidieron sus datos al indigente extranjero, pero por su estado no podía ni hablar. Ante tal situación, lo pusieron en una camilla para subirlo a la ambulancia y trasladarlo a las instalaciones de la Cruz Roja para ayudarlo a restablecerse.

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